Wayne Shorter, saxo tenor

Alto, Tenor y Soprano: los saxos del jazz

El saxofón es, sobra decirlo, uno de los instrumentos básicos del jazz. Inventado en 1846 por Adolphe Sax con el objetivo de dar más fuerza a las orquestas sinfónicas de la época, hasta finales del siglo XIX sería considerado un «instrumento menor» que solo parecía encontrar un claro protagonismo en las bandas militares. No sería hasta la muerte del propio Sax en 1894 cuando el saxo comenzaría a ser realmente reconocido, con compositores modernos como Claude Debussy que empiezan a incorporar arreglos para este instrumento en sinfonías  (famosa es la Rapsodie del autor francés) e incluso, música de cámara. Para 1910 comienza a convertirse en un «must» para las agrupaciones de jazz,  registrándose en 1916 la primera grabación de este tipo.

Pensar en el saxofón es sin embargo, pensar en una familia de instrumentos bastante amplia. De hecho, en este caso hablamos de dos familias. Una familia orquestal con instrumentos afinados en do y fa, y la familia de banda militar en mi bemol y si bemol. Cada familia constaba de un sopranino, un soprano, un alto, un tenor, un barítono, un bajo y un contrabajo. De todos estos, tres son los que han acabado utilizándose en el mundo del jazz: tenor, alto y soprano.

Saxo Tenor

De los tres, el saxo tenor es el más utilizado por los músicos de jazz. Afinado en si bemol, es un saxo que destaca por la calidad y la profundidad de sus sonidos graves, a la vez que «sufre» en los tonos más agudos, que pueden resultar demasiado penetrantes.

El más grande de los saxos que veremos en este artículo (y el que muchos tienen en mente cuando piensan en un saxo), comienza su «época dorada» en las manos de Coleman Hawkings, que lo incorpora a su banda como instrumento protagonista, especialmente para los solistas.

A Hawkings le seguirán Ben Webster y Lester Young y para principios de los años cuarenta será uno de los instrumentos más utilizados en el mundo del jazz, especialmente desde que John Coltrane, que tocaba el saxo alto antes de la segunda guerra mundial, se pasara a este instrumento finalizada la contienda. Entre los clásicos más destacados, podríamos citar a músicos como Stan Getz, Sonny Rollins, Wayne Shorter o Dexter Gordon, además de los más modernos Joshua Redman, James Carter o Chris Potter.

John Coltrane, saxo soprano

Saxo Soprano

Aunque ni mucho menos es tan popular como el tenor, el saxo soprano tiene el mérito de ser el primer saxofón usado por un músico de jazz. Introducido por el clarinetista Sidney Bechet en la década de 1920, posee una caña mucho más pequeña que otros saxofones, lo que exige una mayor presión de aire para que vibre y por lo tanto para que suene, siendo un instrumento difícil de dominar.

Su registro es una octava más alta que el saxofón tenor, desplazándose desde el si bemol hasta el fa sostenido. Si bien Bechet propugnaba el uso de este instrumento en sus conjuntos de jazz no comenzó a ser realmente «popular» hasta que John Coltrane decidió utilizarlo pasar la grabación de su álbum «My favorite things» en 1961.

Además de Coltrane, músicos que destacan por haber sabido explorar las posibilidades de este instrumento son Jan Garbarek, Dave Liebman, Steve Lacy o Brandford Marsalis, viviendo este instrumento un «interesante» revival en la década de los 80/90 en las manos de Kenny G.

Charlie Parker

Saxo Alto

El saxo alto, afinado a mi bemol, comenzó a desempeñar un papel primordial en el mundo del jazz cuando empezaron a surgir las big bands del swing. En esta época, nombres de la talla de Johnny Hodges, Benny Carter y Willie Smith impulsaron con fuerza el uso de un saxo más pequeño y manejable que el tenor, ofreciendo más «calidad» en los agudos y haciéndolos más «bailables».

¿El saxo alto más famoso de la historia? Ni más ni menos que el grandioso Charlie Parker. Desde 1940 y hasta su fallecimiento, Parker cambió con su saxo alto las reglas del jazz, haciendo sombra incluso a otros grandes saxos altos de su época y que también resultaban muy innovadores, como podía ser el caso de Sonny Stitt.

La llegada del cool jazz, dio pasó a otros «altos» como Lee Konitz y a partir de las décadas de los 50 y los 60 a nombres tan conocidos como Lou Donaldson, Cannonball Adderley, Jackie Mclean, Olivier Nelson, Phil Woods, Art Pepper y, muy especialmente, Ornette Coleman. En los últimos años han destacado como solistas del instrumento Branford Marsalis, Kenny Garrett, Antonio Hart o John Zorn.

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