Black History Month

Black History Month en tiempos de «Black Lives Matter»

Febrero, además de contener el Carnaval y el día de San Valentín, es el mes que en Estados Unidos se dedica a revisar y visibilizar la historia del pueblo afroamericano. Black History Month se llama la iniciativa ideada por la Association for the Study of African American Life and History (ASALH) y que todos los presidentes del país desde 1976 han avalado.

En tiempos del Black Lives Matter y del asalto al Capitolio por parte de radicales republicanos (con posibles vínculos a la extrema derecha) parece más necesario que nunca reivindicar el espacio que merecen las personas de origen afroamericano que han construido ese país, pese a que su historia haya sido obviada o peor, aún, borrada de las hemerotecas y archivos. Febrero llena las redes con información sobre el papel desempeñado por el pueblo afroamericano en las áreas de la educación, la divulgación, los derechos civiles, las artes, las ciencias y la sociedad en general. 

Aquí en Caravan lo que nos compete es la música. Y quizá es en la música estadounidense de los últimos 150 años donde la herencia afroamericana es más evidente, y sin embargo, más allá de las grandes estrellas del pop o de las leyendas del jazz (y tampoco…) , o de los representantes actuales del hip hop, tampoco son tantos los músicos de raza negra conocidos por el gran público. 

Prueba de ello son los posts y publicaciones de diferentes artistas que ilustran sobre los logros y las creaciones de la población de origen africano. Personalmente, considero de gran interés seguir a algunos de estos artistas, no sólo por su calidad musical, sino porque muchas veces comparten lo que para mí son auténticos descubrimientos que me ayudan a entender la historia de su país, y a apreciar mejor esta maravillosa música de infinitas ramificaciones que es la música clásica afroamericana, como la llama Wynton Marsalis.

Black History Month: los artistas

Y por él empezamos. Este artista que despierta un amorodio como pocos, (rasgo propio de las grandes personalidades, he de decir) dedica una buena parte de su energía a divulgar el origen africano del jazz, resaltando obstinadamente su nacimiento en el blues y góspel y reivindicando a los artistas afroamericanos que lo crearon. De hecho la temporada del Jazz at Lincoln Center, la entidad que él dirige, explorará, con el nombre de «Songs of Struggle and Hope» la obra de Betty Carter, Billie Holiday, Abbey Lincoln, Nina Simone o John Coltrane a lo largo de toda la primavera, más allá del Black History Month. 

Otro artista afroamericano, mucho más joven, pero con una amplia proyección, es Jontavious Willis. Con sus dos primeros álbumes en el mercado, Willis parece haberse proclamado heredero directo de los grandes nombres del blues moderno, como Keb Mo o Taj Mahal. Su área de especialidad es el country blues (Delta, Piedmont, etc) y ya ha logrado varios premios y reconocimientos. Jontavious es consciente de su influencia y cada lunes de este Black History Month comparte en sus redes sociales una canción de protesta interpretada por algún artista afroamericano. Según sus propias palabras, “si la gente entiende de verdad el blues, se tomarán la molestia de entender la cultura de la que proviene y el conflicto que lleva asociado, ayer y hoy.” Puedes escuchar a Jontavious aquí. 

Rhiannon Giddens se ha convertido en estos últimos cinco años en una de mis principales inspiraciones. Su capacidad y trayectoria artísticas abarca géneros como la ópera, el blues, el folk, o el góspel y ya le ha procurado algún merecido Grammy. A Rhiannon la descubrí con Carolina Chocolate Drops, formación de la que era líder hasta hace unos 10 años, y desde entonces la he escuchado bordar un clásico como St James Infirmary al igual que incursionar en territorios pop con sus discos en solitario.

Banjista y violinista, además de cantante versátil e impecable, Giddens dedica durante este mes un post diario en su cuenta de Instagram a glosar las vidas y obras de distintos personajes de raza negra olvidados o desconocidos por la historia. Además, durante todo el año, colabora con Third Person Project, una iniciativa que busca “deshacer el borrado histórico recuperando los archivos del Record, el periódico afroamericano que se supone destruido en la masacre de Wilmington de 1898”. 

Por cierto que Rhiannon estrena disco en abril basado en su investigación sobre el folclore irlandés. Para esta artista no existen los límites… por suerte para quienes la admiramos. 

Sé que está ya muy avanzado el mes de febrero, pero quizá podamos tener presente el Black History Month durante todo el año y dedicar algo de nuestro tiempo a re-conocer a los y las artistas que han construido estos géneros musicales que tanto amamos y que no son tan conocidos. Por curiosidad, pero, sobre todo, por justicia. 

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