Fred Cohen, Jazz Records, New York

Fred Cohen, Jazz Records Center: «Hay grabaciones de Charlie Parker que cuestan varios miles de euros»

Jazz Records Center no es la tienda de discos más bonita del mundo. Y sin embargo, es un templo del jazz en Nueva York. Una tienda que bajo su apariencia de «descuido vintage» oculta auténticas joyas, rarezas que han llegado a venderse por varios miles de euros.

Al frente de Jazz Record está Fred Cohen, un ya no tan joven neoyorquino que descubrió el jazz a los 12 años, cuando como el mismo confiesa, escuchó un disco de Charles Mingus por primera vez. Desde entonces su interés por esta música no ha parado de aumentar y en 1983, puso en marcha una tienda que desde entonces no ha parado de crecer. Lo que rescatamos ahora es una entrevista que Fred Cohen concedió a Joachim Paulo, editor del libro «Jazz Covers».

¿Cómo y de qué forma pusiste en marcha el Jazz Record Center?

Todo empezó en 1983, con un pequeño local en el west side de Manhattan. En aquel entonces no había ninguna tienda de música en Nueva York especializada en Jazz, así que decidí montar una.

En aquella época no había CD’s. Tienes que tener en cuenta que 1983 fue el año en el que el CD se lanzó al mercado. Así que básicamente lo que vendía eran libros y LP’s. Algo más tarde empecé a vender también CD, cintas d vídeo, DVD’s, posters, prácticamente todo lo que conecta con el jazz, si exceptuamos los instrumentos,

¿Cuándo fue la primera vez que escuchaste un disco de jazz?

Me acuerdo perfectamente. Me acuerdo de comprar ese disco y de hecho, sigo teniendo algunas copias en la tienda. Se titulaba «Modern Jazz Hall of Fame» y estaba editado por el sello Design.

Contenía temas de varios artistas. El primero que me llamó la atención fue el «Abstractions» de Charles Mingus. En ese momento recuerdo que pensé que era la música más rara que había escuchado nunca, a pesar de que yo había sido educado en música clásica y tenía conocimientos de música clásica moderna. Me cautivó por completo ese cuarteto de cuerdas y disonancias. No podía pensar en otra cosa. Tenía que conseguir ese disco.

¿Cómo compras discos para la tienda? Es curioso que el vinilo siga vivo en la época donde la música digital es lo que más vende.

Llegan de muchas formas diferentes. Algunos los sigo comprando nuevos, ya que se sigue haciendo mucho en vinilo.

Creo que el impacto del Hip Hop y los Djs ha contribuido mucho a eso. Nos recuerda que no hace tanto tiempo, la única forma de escuchar música era en vinilo.

Que el vinilo todavía tiene un gran grandísimo sonido. A principios de los años 80 muchos de mis clientes cambiaron su entera colección de vinilos por discos compactos. Ahora están haciendo lo contrario, pero a un precio muy superior…porque es mucho más costoso conseguir los mismos discos en vinilo.

¿Compras grandes colecciones privadas de música?

Claro. Mucha gente trae discos a la tienda. Bolsas de discos, cajas de discos. Y por supuesto, también voy a casa de gente a ver discos cuando me escriben o me llaman.

El mercado de segunda mano de vinilos puede ser muy caro, especialmente para el jazz

Pero también puede ser un mercado muy barato. Hay cientos de miles de discos que se conservan en muy buenas condiciones, y que puedes conseguir por ocho dólares o menos. Eso sí, si entras en el mercado del coleccionismo, vas a pagar mucho, incluso miles de dólares.

¿Cuál es el sello más demandado?

En lo últimos 15 años, o incluso más, Blue Note ha sido el sello que más se ha coleccionado.

¿Cuáles son los discos más caros que has vendido?

Los discos más caros que he vendido no son necesariamente, de Blue Note. Hay otros que también tienen mucho prestigio. Por ejemplo el «Saxophone Colossus» de Sonny Rollins o el «Overseas» del Tommy Flanagan Trio.

Los discos de Lee Morgan o de Hank Mobbley se venden por un mínimo de 1.000 dólares. Algunas grabaciones de Charlie Parker pueden venderse por entre 5.000 y 10.000 dólares. También algunos discos avantgarde son caros, discos de Albert Ayler o del Black Artist Group. Algunas eran producciones muy pequeñas, pero que estaban definiendo cómo sería la nueva música.

Ahora Internet ha cambiado todo esto. Puedes comprar todo tipo de discos en eBay y en otras plataformas.

Internet ha cambiado la forma en la que los coleccionistas tienen acceso a la música que buscan. Antes de tener la tienda, solía mirar anuncios clasificados o subastas, incluso después de abrir la tienda. Después yo solía organizar subastas, de un mínimo de 2.000 discos. Para eso tenía que pasar dos semanas no haciendo nada más que escribiendo referencias y listas de discos que subastar.

Entonces se las mandaba a los clientes y a lo largo del mes siguiente me mandaban sus pujas y ofertas. Cuando estaban pujando sobre un disco , no podían saber quién estaba pujando sobre ese mismo disco, o lo alto que estaba llegando la puja. Eran pujas absolutamente a ciegas. Era un proceso completamente diferente a lo que se hace ahora en Internet, en el que pueden seguir en todo momento cuánto se está pujando por un disco determinado, o que en el último minuto alguien hace una puja tan alta que desplaza a todas las demás. Toda la psicología de las pujas ha cambiado mucho, desde el lanzamiento de eBay.

¿De dónde vienen tus clientes? ¿Quiénes son los mayores coleccionistas?

Vienen de cualquier parte. Sigo teniendo muchos pedidos que llegan por correo, personas a las que nunca he conocido y que viven al otro lado del océano, de Europa y Asia. Además tengo clientes habituales a los que veo varias veces al año y que vienen de países como Inglaterra, Francia, Italia, Japón, etc.

¿Cómo te explicas este renovado interés en los discos antiguos de jazz? Crees que se debe a la calidad del sonido? O hay algo físico en tener el disco entre las manos.

Hay un componente romántico en todo ello. En primer lugar, el tamaño del disco permite un gráficos, diseño, fotografía, presentarlos de una forma mucho más viva que en un CD, que es tan pequeño que no prestas demasiado atención a ese elemento gráfico.

En segundo lugar, hay muchas personas que nunca abandonaron el vinilo. Aunque al principio se resistieron al Compact Disc luego se dieron cuenta de que si querían seguir en la escena musical (como muchos títulos no se editaban en vinilo) tenían que comprar ambos.

El hecho es que muchos de mis clientes invierten en ambos formatos y eso significa mucho, porque también hay muchas grabaciones que nunca llegaron a salir en CD.

¿Tienes una gran colección de discos?

No. De hecho, dejé de coleccionar discos en 1989, cuando la habitación que contenía los discos que estaba coleccionando acabó por convertirse en la habitación de mi hijo.

Así que todos mis discos se han acabado «mudando al trastero». No he añadido un solo disco a la colección desde entonces. Pero no necesito una colección, tengo la tienda.

¿Hay algún disco que siempre hayas querido tener pero nunca hayas conseguido encontrar?

Hay un par de discos que, personalmente, nunca he conseguido ver. Sé que existen porque conozco a otros que los tienen, pero nunca los he visto.

Uno es uno de Kenny Dorham , que fue especialmente grabado para un coleccionista privado. No hay muchos que sepan de su existencia. Es una grabación de un concierto que dio hace 40 años para recaudar fondos. Fue encargado por una organización sin ánimo de lucro y fue una edición muy limitada. Aunque se grabó en Nueva York, nunca he visto una copia de ese disco.

¿Cuánto costaría ahora ese disco?

Varios miles de dólares. El otro disco es una grabación de Chico Hamilton, con Eric Dolphy, titulado «That Hamilton Man», pare el sello Sesac. Es también un sello de Nueva York, pero nunca he tenido la oportunidad de tener ese álbum en mis manos.

¿Qué hay de discos de otras partes del mundo? Cosas como el jazz británico o el jazz francés.

Hay muchos discos que son tan raros, que ningún americano los ha visto nunca. Discos muy exóticos. Discos ingleses para sellos como Nixa o Temple, que incluyen músicos del british bebop, como Dizzy Reece, Tubby Hayes o Victor Feldman.

El jazz no se limita únicamente a la escena americana: ha habido artistas maravillosos en todo el mundo, desde Réné Thomas en Francia a Dollar Brand en SudáfricaAutor:Joachim Paulo (Jazz Covers)

 

 

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