Tras repasar algunos de los discos y grabaciones más representativas de Louis Armstrong, Billie Holiday, Duke Ellington, Charlie Parker, Miles Davis, John Coltrane y Ornette Coleman, llega el momento de poner el broche final a este serial “Cómo comenzar a escuchar jazz” con ese gran genio del saxo tenor que responde al nombre de Coleman Hawkings y el enorme pianista Thelonious Monk.
Como muchos sabéis, hemos seleccionado tres grabaciones/discos de cada uno de estos artistas… como una forma de introduciros en ese estilo único y maravilloso que es el jazz. A partir de aquí no hay límites, os corresponde a vosotros explorar…y mientras lo hacéis, ¡no os olvidéis de visitarnos de vez en cuando!
Coleman Hawkings
Body and Soul (1939)
Body and Soul es una de las grabaciones más estudiadas, repasadas y vuelta a estudiar por enteras generaciones de saxofonistas de jazz. De hecho, como destaca “The Penguin Jazz Guide”, lo que escuchamos en las grabaciones que se asocian o que orbitan en torno a el tema “Body and Soul” (recordemos que en ese momento no se producen álbumes), se encuentra junto algunas piezas de Louis Armstrong, Charlie Parker y Art Tatum, entre las mejores interpretaciones de la historia de este estilo musical.
Pero si nos remitimos a esta única grabación, descubrimos un tema imprescindible en el que cada nota tiene significado, con un tempo ideal, swing rapsódico irresistible y un desarrollo dramático que se sostiene hasta la nota final. Con estos ingredientes no es desde luego de extrañar que Body and Soul siga conquistando a nuevos aficionados.
Picasso (1948)
Si no nos cansamos de Body and Soul, mucho menos podemos hacerlo de Picasso, grabación de 1948 en la que Hawkings demostró que el saxofón podía funcionar solo, sin necesidad de ningún tipo de acompañamiento.
Originalmente el tema formaba parte de un disco titulado Picasso: 1929-1949 en el que participan varios autores. El tema Picasso, en homenaje al pintor malagueño, muy aficionado al jazz, es un solo de tres minutos y trece segundos basado de nuevo en el estándar Body and Soul,6 sin acompañamiento ni apoyo de ningún instrumento más, tan solo saxo con toda la fuerza y expresividad magistral que obtenía de su saxo tenor.
Coleman Hawkings with the Red Garland Trio (1959)
De las numerosas colaboraciones que haría Coleman Hawkings a lo largo de su carrera, esta es la única que incluye a Red Garland, estupendo pianista que se ganó buena parte de su fama en el quinteto de Miles Davis…para después poner en marcha su propio grupo tras ser expulsado del mismo por el genio del jazz.
El disco pertenece al conjunto de LPs producidos en la década de los 50 por el sello Prestige, que en una decisión que demostraría ser plenamente acertada se propuso realizar una serie de grabaciones en las que se mezclase talento intergeneracional o en este caso, el de un cincuentón que tenía el mérito de haber introducido el saxo tenor en el mundo del jazz con el de un pianista que quería renacer de sus cenizas.
Thelonious Monk
Thelonious himself (1957)
Thelonious Monk es sin lugar a dudas uno de los grandísimos pianistas de la historia del jazz, como se encargaría de demostrar desde mediados de los años cincuenta con álbumes como “Thelonious alone in San Francisco” o este Thelonious himself grabado para el sello Riverside en 1957.
Pese a la descarga de energía que supuso el Bebop de la época, lo único que vamos a escuchar en este álbum (salvo en el último tema) es Monk y su piano. Intimista, reflexivo, tremendamente cercano y personal, para muchos medios especializados este es el mejor álbum de Monk en solitario.
Con luz propia brilla en el álbum “Round midnight”, un temazo de nada menos que 22 minutos en el que el genio del piano demuestra de todo lo que es capaz y que de hecho, se ha convertido en uno de esos estándares del mundo del jazz que vas a poder encontrar en los álbumes de muchos otros artistas.
El propio Monk reinterpretaría este “Round midnight” en sus discos “Mulligan Meets Monk” y “Misterioso” entre otros.
Brilliant corners (1956)
Un año antes, Monk grababa junto a ese otro artistazo que responde al nombre de Sonny Rollins (podeís empezar con Saxophone colossus) Brilliant Corners, un disco cuya grabación casi provoca que los integrantes del grupo (el saxofonista Ernie Henry, el bajista Oscar Pettiford y el batería Max Roach además de los ya mencionados) casi lleguen a las manos.
El motivo, “Ba-lue Bolivar Ba-lues-Are” un tema que hace referencia al Bolivar Hotel en el que residía Pannonica de Koenigswarter (su nombre real era la baronesa Nica Rothschild) una de las grandes mecenas del jazz de la época. Problemático desde el principio y muy complejo en su ejecución por sus constantes cambios de ritmo, fue necesario grabarlo 25 veces de forma consecutiva hasta que Orrin Keepnews (productor del disco) dijo hasta aquí hemos llegado y antes de que la cosa pasara a mayores (con un Oscar Pettiford que llegó a hacer ‘playback’ en algunas de las tomas) decidió recomponer el tema a partir de distintas grabaciones.
En el año 2003, Brilliant Corners fue uno de los 50 álbumes que fueron elegidos por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para pasar a formar parte del registro nacional.
Blue Monk (1957)
Blue Monk no solo es un disco de consolidación, sino en el que cede buena parte del protagonismo de la grabación a Art Blakey, uno de los mejores baterías de la historia del jazz y con el que ya había colaborado en grabaciones anteriores.
Es un disco en el además se integran buena parte de los componentes de esa tremenda escuela de jazz que responde al nombre de Jazz Messengers. Aunque han pasado más de cincuenta años desde su grabación, el disco mantiene una misteriosa frescura y representa una piedra angular sobre cómo percibimos la música de Monk hoy en día.
Cómo comenzar a escuchar jazz (y III): Coleman Hawkings y Thelonious Monk comentarios en «3»