Una de las cosas maravillosas que tiene Internet es que te permite encontrar «lo imposible», ya sea un foro para terraplanistas convencidos, una tienda on-line especializada en linternas o en este caso que nos ocupa, uno de los ejemplares completos que la revista Down Beat publicó en 1939. Maravillas similares pueden encontrarse en ese gran tesoro on-line que responde al nombre de Internet Archive, una gran plataforma que reúne los «pasos perdidos» de la Red y que os recomiendo que no dejéis de visitar.
Como veis el ejemplar que nos ocupa, lleva en portada uno de los grandes temas de la época: las tensiones raciales que también se daban en el mundo del jazz y a las que ciudades como Nueva York tampoco eran ni mucho menos inmunes.
El artículo principal, «Can Goodman erase color line?» hace referencia en este sentido la decisión de Benny Goodman de contratar a dos nuevos «músicos negros» para su Big Band, toda vez que según afirma la publicación, el mundo del jazz ya se vio sorprendido cuando tras la salida de Fletcher Henderson de la banda, Goodman decidiese sustituirlo de forma regular por Clarence Profit, pianista también «de color».
Merece la pena recordar en este punto que aunque es cierto que desde el primer momento los músicos negros de jazz , pese al racismo imperante, eran «tolerados» por su talento, también lo es que fenómenos como el «Dixieland» y las primeras Big Bands «mainstream» (por llamarlas de alguna forma) estaban compuestas principalmente por músicos blancos. Que la incorporación de dos músicos negros a la banda de Goodman fuese noticia de portada para DownBeat refleja claramente como era la mentalidad de la época…y no solo en los estados sureños.
La revista incluye como no podía ser de otra manera noticias de próximos conciertos, reseñas de discos, o columnas de opinión (en este número en concreto hay una interesante escrita por un Duke Ellington que reflexiona sobre las dificultades con las que se encuentran los autores de temas originales a finales de los años 30).
También piezas realmente divertidas, como «Bank, robbers, thieves and rapists play in this band» (ladrones de bancos, ladrones, y violadores tocan en esta banda) en la que se habla de la que probablemente fuese si no la primera banda, sin lugar a dudas uno de los primeros conjunto musicales de jazz formados en una cárcel americana. Al parecer el líder de la banda, Jules Rachman, cumplía en ese momento 15 años de prisión por el asesinato de sus dos primos.
¿Había chistes? Por supuesto. Y en la viñeta que vemos arriba merece la pena fijarse en un par de detalles. El bajo parece estar interpretando «Out of this world» un muy popular tema de la época, puesto de moda por cantantes como Ella Fitzgerald. Sin embargo no parece que la interpretación sea demasiado buena ya que el comentario que le sigue es «and out of the chord» (fuera de tono). El otro detalle que me gusta es el de los dos gatos que se ven en la zona inferior izquierda y a los que bautiza como «local cats» (gatos locales) como alusión a esos músicos jóvenes y ambiciosos que habitualmente recibían el apelativo de «Cats».
Y por supuesto Down Beat no habría llegado hasta nuestros días sin anuncios que asegurasen su rentabilidad financiera. El que os mostramos arriba hace referencia a la marca de baterías «Ludwig Drums», de la que se afirma que es la preferida por Sidney Catlett, batería de la banda de Louis Armstrong. Ver para creer.