Murakami

Haruki Murakami y el Jazz de su vida

No es ningún secreto que además de ser un gran escritor, Haruki Murakami es un auténtico melómano. Todas sus novelas están llenas de referencias musicales y aunque cita discos y canciones de prácticamente todos los estilos, dos son los que más destacan: la música clásica y el jazz. En el caso del jazz, su pasión viene de lejos, de mucho antes de que publicase su primera novela.

Lo explica en su libro autobiográfico «De qué hablo cuando hablo de escribir»: «abrí un bar porque no quería trabajar en una empresa. En el bar poníamos música jazz, servíamos café, alcohol y algo de comer. Puedo decir que en aquel momento de mi vida estaba enganchado al jazz (también ahora lo escucho muy a menudo) y por eso quería abrir un local en el que escuchar música de la mañana a la noche (sic). Me llevé al bar mi piano vertical y los fines de semana organizaba conciertos. Alrededor del distrito de Mushashino vivía una gran cantidad de músicos de jazz , que se animaban a tocar aunque el caché no fuera gran cosa. Hoy en día muchos de ellos se han convertido en músicos famosos».

En «De qué hablo cuando hablo de correr» (publicada unos años antes), el autor de «Kafka en la orilla» o «1Q84» recuerda cómo a los 15 años comenzó su pasión por el jazz y cómo trabajaría en ese club, el Peter Cat, durante la mayor parte de los años 70.

«Tuve mi primer encuentro con el jazz en 1964 cuando tenía 15 años. Art Blakey y los Jazz Messengers actuaron en Kobe en enero de ese año, y me dieron una entrada para un regalo de cumpleaños. Fue la primera vez que realmente escuché jazz, y me dejó boquiabierto. Me quedé atónito.»

Poco después de cumplir los 30 años y tras más de diez al frente del club, decidió que había llegado el momento de vender el local y tomarse su carrera como escritor realmente en serio. Aunque el club acabaría cerrando, si tenéis la oportunidad de viajar a Tokyo, podéis seguir las pistas de lo que fue, en el recorrido que Héctor García hace en su famoso blog, Kirai.net.

Pero por supuesto el jazz ya no le abandonaría. Sus personajes más solitarios (ese camionero de «Kafka en la orilla» o el pintor de «La muerte del comendador») escuchan a Thelonious Monk o a Coltrane durante sus largos viajes por carretera. Además de en sus novelas, el autor japonés reflejaría su pasión por este estilo musical en sus ensayos «Portrait in Jazz« y «Portrait in Jazz 2».

En estos dos libros (publicados en 2001 y que aún no han sido traducidos a otros idiomas), el eterno aspirante al Nobel, habla sobre el lugar que el jazz ha tenido en su vida y cómo le ha ayudado a descubrir y desarrollar su talento literario.

Por supuesto, casi todos los temas que se reflejan en esos dos libros pero también los que se citan en sus novelas e incluso, su propia colección de discos, ha sido celosamente recopilada por fans de todo el mundo, y compartido en servicios como Youtube o Spotify. ¡Disfrutadla!

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