La noticia de la retirada de Keith Jarrett de los escenarios ha sido un duro golpe para los aficionados al jazz. Como muchos sabéis, la noticia la daba el propio Jarrett el pasado mes de octubre, en una entrevista exclusiva para el New York Times. Tras sufrir un derrame cerebral el pasado mes de febrero, se sentía completamente incapacitado para volver a tocar, por lo que muy probablemente tampoco vaya a volver a grabar material nuevo.
La confesión coincidía en el tiempo con el lanzamiento de su último álbum “Budapest concert”, el segundo concierto en ser editado de la gira europea del pianista en 2016. Con ambas noticia en mente, en Caravan hemos querido rendirle un pequeño homenaje y repasamos los que creemos que son cinco álbumes icónicos en solitario, porque en solitario es donde muchos le apreciábamos más.
Facing You (1971)
Aconsejado por Manfred Eicher en un momento en el que los álbumes de “solo” piano no eran ni mucho menos frecuentes en el mundo del jazz, la grabación de “Facing you” de 1971, supone el punto de partida de lo que acabaría por ser una colaboración histórica entre Keith Jarrett y ECM, además de un manifiesto estético que de, alguna manera, definiría el sonido del sello.
Compuesto por ocho temas originales, la música de Jarrett en este álbum es tremendamente melódica y sugestiva, con un punto incluso de cierta sensualidad. Sin ser tan conocido como otros de los discos que grabaría después, tiene el mérito de sentar las bases de un “arte del solo”, que desarrollaría en muchos de esos conciertos que acabarían siendo grabados…dando forma a su leyenda.
The Köln Concert (1975)
¿Qué se puede decir del concierto de Colonia que no se haya dicho ya? Dejando a un lado las circunstancias que rodearon su grabación y de las que ya hemos dado cuenta en Caravan, merece la pena destacar el hecho de que el álbum se encuentra entre los discos de jazz más más vendidos de la historia, pero si nos limitamos a aquellos en los que únicamente se presenta un solista, es el más vendido en absoluto.
Grabado en 1975, el disco refleja las improvisaciones que Jarret realiza ese año en un concierto celebrado en el «Cologne Opera House» de Colonia (Alemania). El concierto está dividido en tres partes, cada una con una duración de 26, 34 y 7 minutos, respectivamente. Una de las cosas a destacar es la habilidad de Jarrett para producir un aparentemente ilimitado material de improvisación sobre una base de uno o dos acordes por prolongados períodos de tiempo, volviendo al tema principal una y otra vez de forma completamente diferente.
Por ejemplo, en la «Parte I», Keith pasa casi 12 minutos suspendiéndose entre los acordes Am7 (La menor séptima) y GM (Sol mayor), en algunas ocasiones con una tranquila lentitud, en otras con una sensación de rock blusero. Además, durante los últimos 6 minutos de la «Parte I», improvisa únicamente sobre la base de AM (La mayor). Como estos hay otros tantos ejemplos en este mismo concierto, que dan cuenta de esta especial habilidad.
La Scala (1997)
Tras el Köln Concert, este es sin duda el álbum de Jarrett en solitario que más me gusta. Tras haber pasado prácticamente toda la década de los ´80 explorando las posibilidades de la formación en trío (con la salvedad de “Dark intervals” en 1987), el público estaba deseando la vuelta de ese Jarrett solo al piano.
Grabado en 1995 en ese tempo musical que el “La Scala” de Milán, Jarrett ofrece una vez más un recital espléndido, de gran intensidad y concentración y, de alguna manera, marca también el fin de esa etapa de gran improvisación en sus conciertos para dar paso a una nueva forma de tocar que, aunque sigue siendo lírica y expresiva, ya da paso al Jarrett realmente compositor, coherente con todo lo que hará a partir de ese momento. De alguna forma, Jarrett llega a la meta de esa carrera que tal vez iniciara en Colonia.
Especialmente interesante resulta la primera de las dos partes del álbum, que alcanza su clímax en las referencias jazzísticas que hace a la famosa aria Nessuna Dorma del Turandot de Puccini.
The melody at night, with you (1999)
Para entender lo que significa esta grabación en la carrera de Jarrett, compuesta en un momento en el que el artista sufría de fatiga crónica, nos remitimos a la columna que el propio Manfred publicaría en 2015 en la revista Jazz Magazine:
“es una obra muy marcada por la experiencia de la enfermedad y más aún, por la soledad…un estado que ha preocupado mucho a Keith en los últimos años. Es un disco profundamente intimista, grabado solamente por él, tras largas noches de insomnio. Es, de alguna forma un álbum de humor sombrío, pero de una precisión y de atención al detalle, que me recuerda a la obra de Giacometti. Es una música de gran pureza, que desnuda la melodía por completo, y en la que el acento trágico tiene para mí una dimensión casi metafísica”.
Creo que no se puede expresar mejor. El álbum ofrece ocho estándares de jazz, dos temas tradicionales y lo que resulta sorprendente siendo Jarrett, un único momento de pura improvisación (“Meditation”).
Rio (2011)
Grabado en el Theatro Municipal de Rio de Janeiro el 11 de abril de 2011, “Rio” puede considerarse como el comienzo del último estilo de Jarrett en su forma de su “solo” al piano.
Mucho menos sombrío y atormentado que en grabaciones anteriores, este disco en directo, posee una intensidad lírica fuera de lo común que se plasma a lo largo de todo el concierto en quince temas breves, reflejando una amplia variedad de estados de ánimo.
Junto a la introspección de algunos temas, encontramos, también cierta liberación e incluso una alegría que mezcla la complejidad de la composición formal Jarrettiana, con cierta inclinación a formas melódicas mucho más relajadas.