Swing

Volver a bailar Swing

Mad for Swing acaba de poner en marcha una campaña divulgativa y estupenda, que cuenta cómo bailar swing es una actividad saludable e incluso segura en tiempo del COVID-19.

Vaya la verdad por delante: no sé bailar. Mi coordinación corporal es tan deficiente que soy de esos a los que se les «reconoce por los andares», de los que tropiezan varias veces al día con la misma piedra. Sí, soy ese tío.

Así que cuando hace poco más de un año pusimos en marcha Caravan, jamás imaginé que iba a acabar escribiendo un artículo «de baile» y mucho menos, sobre swing. Yo que todo el swing que he visto en mi vida ha sido el de dudosas películas como «Rebeldes del swing»! Y sí, en ocasiones me ha cruzado ese pensamiento que dice «¡Tienes que aprender! ¡Te tienes que animar!» … pero ha sido lo suficientemente fugaz como para no recordarlo al minuto siguiente.

En estas estábamos mis inexistentes pasos de baile y yo, cuando hace unas semanas tuve la suerte de conocer a Lourdes Ibiricu, presidente de MAD for Swing. Y no es que hablásemos demasiado, pero no hizo falta. En los pocos minutos que compartimos en el Big Mama Ball Room, consiguió arrancarme media promesa. Así que ¿quién sabe? A lo mejor en unas semanas os cuento que me he puesto los zapatos de baiar y a costa del ridículo más absoluto, por fin me he lanzado.

Bailar Swing: una actividad saludable y segura

Si cuento todo esto es también porque Mad for Swing acaba de poner en marcha una campaña divulgativa y estupenda, que cuenta cómo bailar swing es una actividad saludable e incluso segura en tiempo del COVID-19.

Con el título “Yo bailo swing ¡seguro!”, la asociación que integra a profesionales y aficionados y aficionadas dentro de la comunidad de Madrid, quiere dar a conocer las diversas acciones y medidas de seguridad tomadas por escuelas de baile y organizadores de eventos para que nadie se «olvide» de mover los pies.

La campaña se articula a partir de un vídeo muy energético que muestra la nueva normalidad del baile en la comunidad de Madrid: clases de baile con todas las medidas de seguridad y aforo reducido; baile social sin cambio de pareja; mascarilla en todo momento y fomento del baile individual, sin aglomeraciones. Pero también muestra una comunidad de baile que no pierde el optimismo ni la alegría propios de esta actividad.

Merece la pena recordar en este sentido que la entrada en escena del virus en marzo de 2020 alteró los hábitos en el mundo del swing: las clases en las academias tuvieron que ser suspendidas, las actividades al aire libre también, y los conciertos para bailar desaparecieron de las agendas.

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Y como nos cuentan en Mad for Swing, «con mucho esfuerzo y ánimo por seguir adelante, las primeras que recuperaron la actividad fueron las escuelas de baile de Madrid, que adoptaron protocolos de higiene y desinfección, delimitaron los espacios y aforos para mantener la distancia de seguridad entre el alumnado y comenzaron a impartir clases con mascarillas obligatorias y ventilación a partir del verano de 2020, aunque muchas de ellas ya habían incorporado la enseñanza y práctica online».

Así que si quieres bailar, ¡No te quedes en casa! Y no lo digaís muy alto pero…creo que lo voy a intentar.

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