- 19/03/- Teatro Municipal Centro (Navalcarnero)
- Ariel Bringuez – Saxofón tenor y soprano
- Pablo Gutiérrez – Piano
- Javier Sánchez – Guitarra
- Reinier Elizarde “El Negrón” – Contrabajo
- Georvis Pico – Batería
Se trataba de una noche especialmente fría para estar a un sólo día del inicio de la primavera, sin embargo, Ariel Brínguez y su quinteto consiguieron que entrásemos en calor rápidamente. Cubano pero afincado en Madrid, Brínguez lleva años haciéndose un hueco entre los mejores saxofonistas de nuestro país y eso no es moco de pavo viendo el nivel que hay en este instrumento.
Fue él quien, ante el silencio del auditorio, cogiera su saxo tenor y comenzase tocando sin acompañamiento “Cuba Linda” de Virgilio Marti, declarando ya el amor a su tierra natal. Y no era para menos, el proyecto que presentaba esa noche era una nueva revisión de su trabajo “Nostalgia Cubana”, que esta noche incluiría temas de ese álbum y algún otro de su disco “Raíces en colores”. El repertorio al completo se basaba de hecho, en arreglos del cancionero popular cubano, homenajeando así a los músicos que marcaron sus raíces y trayendo géneros como el danzón, el filin o el bolero hacia esto que nos gusta llamar “Jazz afrocubano” a los adictos a las etiquetas.
Le sucedió la obra “Belén” del compositor Ernesto Grenet, que abrió el pianista Pablo Gutiérrez seguido por el resto del grupo. Debo decir que ya aquí me trasladé totalmente a las calles de Cuba o, mejor dicho, a la imagen idílica que tengo de ellas gracias, en gran parte, a los sonidos atmosféricos que realizaba al fondo la guitarra de Javier Sánchez. El pianista y, más tarde, el saxofonista dejarían aquí su carta de presentación con unos solos alucinantes.
A continuación Ariel nos explicó este proyecto y los roles de sus músicos dentro del mismo, dejando claro que la nostalgia que él trae no es la del sentimiento de tristeza sino la de sus recuerdos felices, como también la de mirar hacia Cuba con perspectiva más allá de sus tópicos del ron y el habano; una Cuba más íntima y auténtica.
Ahora sonaría “Juramento” de Miguel Matamoros para dar un poco de luz a algunos componentes del grupo, donde se lució especialmente el guitarrista en un solo que acabó siendo tan frenético, que al baterista Georvis Pico se le escurriría una de sus baquetas, cogida prácticamente al vuelo antes de que se le pudiera quedar ni un solo golpe atrás.
Al finalizar estaban todos eufóricos y Ariel Bringuez dio paso a “Ámame como soy” de Pablo Milanés. Este arreglo es el único que no pertenece a su disco “Nostalgia Cubana” sino a “Raíces de Colores”. Aquí Ariel, soprano en mano, sería el continuo solista cediendo alternativamente el espacio al pianista para sus solos correspondientes y donde la sección rítmica no dejaría de improvisar de manera brillante.
Más tarde dieron paso a “Hermosa Habana” de Rolando Vergara, que comenzaría con un solo de Ariel y, una vez entrado todos, seguiría con un poema recitado por él mismo cuyo comienzo rezaría así: “Yo soy de un lugar pequeño, de agua más que de tierra, de sol más que de lluvia, de baile más que de penas…”. Fue cuando, tanto el guitarrista como el baterista realizarían dos de los mejores solos de la noche, dejando el listón altísimo y haciendo que el público aplaudiera como loco.
Para terminar el concierto tocaron «La Sitiera» de Rafael López donde llegó el momento de El Negrón, que se sacaría de la manga un extraordinario solo al contrabajo al son de su enorme sonrisa. Llegado a este punto todos, incluido yo, estábamos desatados y la banda nos agradecía nuestra ovación.
Por suerte nos regalaron un tema más, sonando “Alma con Alma” de Juanito Márquez en el Teatro. Si tengo que poner algún “pero” a todo el concierto es mi oposición a terminar el concierto con una balada, que a mí particularmente me bajó de ese clímax que se le presupone a los finales de los guiones más ortodoxos. Aun así, ojalá todos los puntos negativos que pueda dar sean por razones similares.
Yo salí de allí con una enorme sonrisa, así que en definitiva, os recomiendo que no os perdáis a este quinteto cuando tengáis la oportunidad y, si podéis y ya que estoy, también os sugiero todas las formaciones de estos músicos. Es un privilegio tenerlos a menudo rondando nuestros clubes y teatros y más aún en tiempos de cierre global.