A casi todos nos encantan los vinilos; su gran tamaño, sus portadas estupendas y ese sonido cálido que se produce cada vez que la aguja desciende sobre el plato. Pero seamos realistas: el revival de este formato, que llena de repente las pocas tiendas de discos que quedan, es tan solo un espejismo. Nos gusta pensar que compramos y disfrutamos de la música en vinilo, pero en realidad la mayor parte del tiempo consumimos música “escrita” en ceros y unos. Es lo que hay, pero tampoco es nada nuevo: llevamos haciéndolo desde que los primeros CDs entraron en nuestras casas en la década de los ‘90.
La historia que sigue es conocida. El nacimiento del MP3 y otros formatos, acabó por impulsar la música digital, primero en forma de descarga de álbumes y canciones (de forma legal a través de iTunes y otras tiendas, o de forma ilegal) y finalmente, consolidándose a través de las plataformas de streaming, con Spotify como punta de lanza de una tendencia para la que, de momento, parece que no hay marcha atrás.
Pero desde que la música digital ha “invadido” nuestras vidas, la crítica que han hecho tanto melómanos como aficionados exigentes siempre ha sido la misma: salvo el CD y en muy contadas (y exclusivas tiendas on-line) la calidad de la música deja mucho que desear. Están en lo cierto. Vamos a destacar a continuación tres datos con los que os tenéis que quedar para seguir el hilo el resto del artículo:
- En un CD se almacena la música sin comprimir, a una velocidad de reproducción de 1.411 kbps (kilobytes por segundo) dicho de otra forma, es su bitrate. El bitrate de un MP3 (o otro formato similar como AAC, OGG, WMA…) se encuentra en cambio entre los 64 y 320 kbps. Con esto se consigue que los archivos MP3 ocupen mucho menos espacio (un MP3 de 3 MB puede equivaler a una pista digital sin comprimir de 50 MB), pero que a cambio, perdamos una gran cantidad de información musical.
- La frecuencia de muestreo, expresada en Hertzios. Se calcula que en su mejor momento el oído medio humano puede escuchar frecuencias entre 20 y 20.000 Hz. No obstante, en el audio digital lo habitual es que un CD tenga una frecuencia de muestreo de 44,100 Hz, existiendo la posibilidad de llegar hasta los 48.000Hz.
- Bit Depth (o profundidad del bit). Se refiere al número de bits que tiene que capturar el audio. La forma más fácil de visualizar esto es como una serie de niveles, que puede ser la energía de audio distribuida capas en un momento dado en el tiempo. Un CD suele grabarse a 16 bits (65.536 niveles posibles) mientras que la mayoría de los archivos comprimidos lo hacen a 8 bits.
No hace falta ser un melómano o tener un oído absoluto para descubrir que si a un archivo musical le quitamos el 90% de la información que posee y lo empaquetamos en otro formato, la diferencia se nota. Así que con esta información en la mano y que insistimos, apunta a la calidad de la música que vamos a escuchar, veamos a continuación qué nos ofrecían hasta ahora las distintas plataformas.
- Spotify: 160 Kbps en su versión gratuita y hasta 320 kbps en su versión premium.
- Apple Music: 256 Kbps.
- Deezer: 128 kbps en su versión gratuita y 320 kbps en su versión de pago.
- Amazon Music: 256 Kbps.
- Tidal y Qobuz: las primeras en entrar en el mundo de el audio digital en alta definición, ofrece desde hace años una enorme biblioteca de archivos de audio sin pérdida, es decir con el mismo bitrate que el CD (1.411 Kbps) y una frecuencia de muestreo de 44.100 Hz. Además ambas plataformas prometen un Bit Depth de 24 bits (16777216 niveles) y que superan a lo que encontramos en un CD. Es lo que se promociona como Audio HD.
Audio sin pérdida y Audio HD
Como hemos visto, hasta ahora únicamente Tidal y Qobuz ofrecían a los adicionados audio digital en streaming idéntico o incluso teóricamente, superior a lo que podemos encontrar en un CD. En forma de descarga de archivos, esta calidad de audio también se encuentra tanto en la propia Qobuz, como en Bandcamp, HD Tracks…etc.
Sin embargo, como suele decirse, lo bueno se paga. Y frente a la clásica suscripción de 9,90 euros al mes a la que nos hemos acostumbrado a pagar en las plataformas más populares, aquellas que ofrecen audio digital de alta calidad, están cobrando prácticamente el doble…hasta ahora.
En las últimas semanas, tanto Amazon como Apple han anunciado que ponen a disposición de sus suscriptores todos su catálogo de música digital (de forma progresiva) en un formato losless sin cobrar más por ello. Tanto Amazon Music HD como la nueva oferta de Apple Music ofrecen 44,1 Khz, 16 bit y un streaming en torno a los 850 kbps. Ambas prometen a medio plazo, elevar la calidad de sus archivos hasta los 24 bits, tal y como hacen Tidal o Qobuz. ¿Y qué ocurre con Spotify?
En febrero de este año, la compañía anunció el lanzamiento de Spotify HiFi un servicio similar en calidad al que ya ofrece Amazon Music HD o Apple Music. En ese momento, sus responsables afirmaron que llegaría a “mercados seleccionados” en algún momento de este año, pero desde entonces no hemos vuelto a tener noticias.
Audio Espacial o Audio en 3D
Que las principales plataformas se hayan animado este año a ofrecer una mejor calidad de audio es sin duda, una gran noticia para los consumidores. O por lo menos, para algunos. Y es que si bien es cierto que lossless supone un antes y un después con respecto a la música comprimida, también lo es que si no tenemos un equipamiento “decente” en casa, apenas si notaremos la diferencia.
¿Los cascos que usas para escuchar música en el móvil sirven? Ya te adelantamos que probablemente no. E incluso tu propio móvil, es difícil que cuente con un DAC (Digital to Analogue Converter) con el que podrás notar alguna diferencia. ¿Escuchas música con un altavoz inteligente? Salvo en el caso del Amazon Echo Studio, te puedes ir olvidando… y casi te diríamos que este formato de archivos es refractario a una emisión inalámbrica… que lo primero que hace es comprimir el audio (Bluetooth es el mejor ejemplo). Transmitir archivos que puede pesar casi 100 MB sin utilizar un cable y sin que por el camino se pierda buena parte de la calidad que el archivo ofrece es, de momento, un obstáculo técnico insalvable.
Esto no quiere decir sin embargo, que tengas que invertir muchísimo dinero para poder disfrutar de esta música. Un reproductor musical digital de gama media (entre 300 y 1000 euros) y con unos altavoces decentes (entre 500 y 1000 euros la pareja) podrás comenzar a disfrutar de tu música preferida a un nuevo nivel. Si además tienes unos auriculares por cable de cierta calidad, no necesitas más.
En el caso de que lo que nos interese es aprovechar esos 24 bits que ofrecen algunas plataformas, deberemos dar un saltito de calidad en los componentes y precisaremos de un equipo capaz de procesar archivos con calidad de máster de estudio. Si vamos a reproducirlos en casa, deberemos contar para ello con un ordenador, reproductor BluRay o un NAS equipado para ello. Si somos más exigentes sin embargo, podemos optar por un DAC dedicado, pero la “broma” puede superar los 1.000 euros sin problemas. En el terreno portátil, podremos hacerlo en smartphones de gama alta o en reproductores específicos como los walkman de Sony. Con todo, la experiencia que nos van a ofrecer va a estar condicionada por el resto de los elementos de nuestro equipo de música (auriculares, altavoces, amplificadores, etc.) y por supuesto, por nuestro propio sistema auditivo (si nuestro oído es de “chorchopán” poco hay que podamos hacer)
Diferente es lo que Apple denomina Audio Espacial y otras marcas han bautizado como Audio 3D. En realidad, hablamos de lo mismo: del nuevo sonido Dolby Atmos. Desarrollado por Dolby, hablamos de una técnica de grabación que consiste en crear hasta 128 objetos de sonido por muestra en el tiempo, colocándolos en cualquier lugar de espacio, en una órbita de 360 grados alrededor de la persona que lo escucha.
Dicho de otra forma, en lugar de percibir el sonido por los dos canales tradicionales (izquierda y derecha), Dolby Atmos nos sitúa en el centro de una semiesfera y en distintos puntos de ello se sitúan los distintos objetos musicales (en el caso del jazz, batería, piano, voz, saxo…etc.). En una grabación de este tipo, el sonido nos envuelve y la experiencia se aproxima más a lo que es escuchar música en directo en una gran sala de conciertos.
Este tipo de formato musical está de momento disponible únicamente para algunos álbumes y listas de reproducción de Apple Music, pero es cuestión de tiempo para que acabe por incorporarse al resto de plataformas. ¿Quiere decir que va a cambiar para siempre la forma en la que escuchamos música digital? Depende. Lo normal es que como ha hecho Apple, la plataforma nos permita elegir de qué forma queremos escuchar música y especialmente en el caso de Dolby Atmos, estamos ante una característica que podemos activar o desactivar.
Tiempos nuevos y realmente interesantes para el mundo de la música digital que.. sin embargo…para muchos de nosotros no superarán la experiencia de tomarnos nuestro tiempo y pinchar nuestros discos de vinilo favoritos.
Hola Rudy,
Aunque teóricamente Qobuz tiene varias calidades de reproducción, la realidad es que las he probado con los reproductores que tengo y apenas noto diferencia con respecto a Spotify, con lo cual cambiar de plataforma se me antoja poco práctico en un contexto así.
En el artículo menciones que un equipo de gama media que se conecte por cable tendrá las características para una reproducción de mejor calidad a lo que se consigue por Bluetooth..
Qué recomendaciones darías para la elección de equipos para la reproducción de música en streaming? Qué características deberían tener los equipos para que mereciera la pena pagar una suscripción de Qobuz o Tidal y aprovecharla al máximo?
También dices que el móvil no está preparado para reproducir a ese nivel de calidad…. ¿Todos los móviles? ¿Un smartphone de alta gama (digamos Samsung S 10 por ejemplo) no puede reproducir en calidad de CD? ¿Un PC sí?
La realidad es que aunque teóricamente el CD es un formato muy bueno, todos sabemos que cualquier reproductor no vale.
En ese sentido, me siento un poco perdida y temo acabar teniendo un efecto placebo al escuchar música, y me interesa conocer el máximo de posibilidades para la reproducción en streaming. Con los vinilos por lo pronto, solo soñar….
Gracias!
Voy por partes. En cuanto al Bluetooth. Por muy buena calidad de audio fuente que tengas, si el sonido se emite de forma inalámbrica, este se comprime para limitar todo lo posible la latencia. Es como poner un embudo. Por lo tanto, la música de calidad en la medida de lo posible, se disfruta mucho más con unos auriculares conectados por cable.
En cuanto al equipo de música. Si vas a utilizar un servicio de streaming lo más importante probablemente es que tengas unos altavoces de calidad, así como el dispositivo desde el que se emita el audio (un DAC conectado a Internet, un PC…un amplificador que tenga esa entrada…) Pero en mi opinión un buen sistema de altavoces realmente marcan la diferencia. Entre una pareja que cueste 100 euros y una que cuesta 600 el salto es monumental (no te hablo ya de gamas más altas).
Lo mismo te vale para los auriculares. Los más apropiados para audiófilos son los auriculares dinámicos abiertos, como por ejemplo los Sennheiser HD 660S (500 euros). Por supuesto, no te tienes que gastar tanto y unos buenos auriculares en el rango de los 200-300 euros se nota mucha diferencia en cuanto a unos “normales” (y no me meto en el tema de cancelación de ruido que eso creo va por gustos).
En cuanto al móvil sí. Un Galaxy S10 te puede ofrecer garantías de que reproduce incluso master de estudio sin pérdidas. Pero no tienes que irte tan lejos. Smartphones de gama media-alta (en torno a los 300-400 euros en la mayoría de los casos) deberían poder hacerlo sin problemas.