Moisés P.Sánchez

Moisés P.Sanchez: «Hay algo en el riesgo del piano solo que me pone mucho»

El pasado mes de marzo os contaba en Caravan que el concierto de Moisés P.Sánchez al que acababa de asistir en compañía de Itziar y Rafa había sido un auténtico «bolazo», uno de esos espectáculos en los que apenas puedes respirar y se te quedan en la retina durante mucho tiempo.

En ese momento, Moisés llevaba a La Abadía, su interpretación personal del «Tractatus», la obra más famosa de de Ludwig Wittgenstein, en la que el filósofo alemán teoriza sobre cómo el lenguaje da forma y crea nuestros pensamientos. Pero en realidad, podría haber presentado cualquier otra cosa, porque todos los conciertos del que sin duda es una de las grandes referencias del jazz europeo, merecen la pena.

Unos meses más tarde de ese concierto y tras cruzarnos algunos correos electrónicos, tuvimos la oportunidad de vernos por segunda vez, compartir un café en bajo un sol de justicia y charlar sobre música. Lo que sigue a continuación es una conversación en la que se habla de jazz, música clásica, educación musical y la visión personal de Moisés sobre el panorama actual. No os lo perdáis.

En la primera y hasta ahora única vez que nos hemos visto en persona, acababas de interpretar el “Tractatus” de Wittgenstein en el Teatro de la Abadía de Madrid. ¿Cómo surgió la idea de poner música a un texto filosófico tan denso?

Moisés P.Sánchez: Fue un encargo de Pepe Mompeán, el director del FIAS. Él es un gran admirador del libro y aunque yo lo conocía, en realidad no había profundizado mucho en esa corriente filosófica, hasta que recibo su llamada unos meses antes del evento.

Cuando empecé a investigar, me encontré con un razonamiento realmente interesante: existe solo aquello que podemos formular mediante el lenguaje. Es la chispa que lo enciende todo. Es verdad que luego años más tarde él mismo (Wittgenstein) se retracta y se cuestiona todo de nuevo, pero me pareció un punto de partida muy interesante.

Yo, que me dedico a la música, no estoy demasiado de acuerdo. Creo que la música es un arte que llega donde no llegan las palabras, pero que formula y provoca sentimientos que son reales.

Moisés P.Sánchez

¿No crees que la música conforma también su propio lenguaje?

Moisés P.Sánchez: Creo que no podemos decir que la música sean palabras. Una nota, un la sostenido como tal, no lo es. Puede que sea un lenguaje, pero no viene del mismo sitio que el de la literatura, por mucho que haya similitudes.

Lo que intenté en ese concierto fue contrastar con composiciones, las tesis que formulaba. Yo lo dividí en siete cuadros que intenté contraponer a esos axiomas de Wittgenstein, descubrir cómo reacciona la música frente a esos conceptos. Por supuesto, hay una parte etérea e intangible, ya que todo es muy abstracto. Al final alguien que no conozca el libro o le interese poco la reflexión filosófica, lo puede disfrutar igualmente a otro nivel. Muchas veces, la emoción trasciende el conocimiento.

Tú empezaste a estudiar piano a los tres años. Creo que ese proceso de aprendizaje fue bastante duro para ti.

Moisés P.Sánchez: Bueno, al principio fue muy bonito. Comencé con un piano en casa que aún conservo y con el que sigo componiendo. Mi padre era muy aficionado a la música, tocaba un poco la batería y tenía la ilusión de que su hijo fuera pianista.

Él no había podido dedicarse a ello y pensaba que, empezando desde pequeño podías llegar de alguna manera. En cierto sentido, no se equivocaba, lo que pasa es que mi padre ni era pedagogo, ni había estudiado realmente una carrera musical. 

Entonces, el devenir desde que empezó con 3 años hasta que me voy de casa con 19  no fue un aprendizaje al uso. Tuvo sus altos bajos que se mezclaron con muchas cosas personales y bueno, lo que sí que puedo decir es que evidentemente aprendí la música. Aprender música desde tan pequeño te da mucha ventaja, porque es como cuando aprendes un idioma desde pequeño. 

Son muchos los niños que empiezan a estudiar desde pequeños, pero casi la misma proporción acaban abandonando el instrumento, por mucho que se empeñen sus padres. Para ti, ¿cuál es la mejor forma de involucrarlos en ese aprendizaje, de evitar que se repita ese clásico?

Moisés P. Sánchez: Pues creo que el mayor reto que hay es que los niños comprendan que estudiar conlleva sacrificio y tiempo dedicado. Y tú cómo pedagogo, sepas enfocarlo bien para que entiendan el por qué lo están haciendo y disfruten con el proceso. 

Si a mí, por ejemplo, me hubiera dejado a mi padre y no me hubiera obligado, yo me habría ido a jugar al fútbol todas las tardes con mis amigos, no lo dudes. Yo terminé dedicándole 3 horas al día al piano, según llegaba del colegio a las cinco y estaba hasta las ocho de la tarde de lunes a sábado. Eso es muy duro. Claro que lo odié, llega un momento en el que no quieres saber nada.

Pero lo que a mí me obsesiona, es hacer comprender a un niño que las cosas conllevan esfuerzo; hacerles ver que hay un objetivo, que valoren ese objetivo, que entiendan su magnitud…y que a la vez disfruten. Eso es muy difícil. Es muy complicado tener esa capacidad de pedagogía con respecto al niño para explicarle realmente lo que estás queriendo conseguir o lo que él va a poder conseguir en un futuro.

Y luego hay otra cuestión. ¿Por qué a un niño hay que ponerle desde pequeño a aprender piano o cualquier otro instrumento? ¿El acaso quiere ser eso? Entonces, luego con 17 años, te dice, quiero ser músico, pero si no ha aprendido antes, tal vez ya sea tarde para empezar. O sí, puedes empezar, pero empiezas desde otro sitio…perfectamente válido igualmente pero en el que se ha perdido un tiempo muy valioso.

Cuentas en tu biografía que entre los pianistas que más te influyen se encuentran nombres como los de Bill Evans, Keith Jarrett y Brad Mehldau. ¿Que te gustaría destacar de cada uno de estos tres en concreto?

Moisés P.Sánchez: Un nexo de unión para todos ellos es la influencia de de la música clásica. Por ejemplo, en el “Kind of Blue” de Miles Davis, que empieza con ”So What”, no empieza con la típica frase que todo el mundo conoce (el contrabajo de Paul Chambers), sino que hay ocho compases de Bill Evans primero con unos acordes, que en aquella época, con las armonías que introducen, son toda una revolución. No suena a negro, suena otra cosa. Y Miles lo vio claro. De hecho Miles tiene problemas en ese disco con Coltrane, porque Coltrane quería grabar con Wynton Kelly. Y Miles en cambio elige a Evans, que tiene un sonido nuevo.

A mí siempre me han interesado mucho los pianistas que tienen una base clásica, como Chick Corea, Tigran Hamasyan, Aaron Parks…Son personas que tiene un conocimiento de la música occidental, de los siglos XVII, XVIII, XIX…muy potente, sobre todo de toda la época del romanticismo. Brad Mehldau es es puro Brahms, es música alemana de de la segunda mitad del siglo XIX. Jarrett fíjate todo el anclaje clásico que tiene y en Bill Evans escuchas a Chopin por todos los lados.

Moisés P.Sánchez

Esa influencia clásica también está muy presente en tu música. Porque además no solo tocas jazz, sino que entras de lleno en clásica y en otros estilos. ¿Cómo trabajas con esas distintas “identidades”?

Moisés P.Sánchez: Creo que es algo que simplemente surge. Surge porque cuando aprendes la música sin barreras no te planteas la existencia de las mismas. Entiendes que música es música. Y lo que importa es el mensaje que quieres transmitir a través de los distintos recursos que se te presentan.

A mí, tener una formación clásica me ha ayudado a dotar de una envergadura a mis composiciones que a lo mejor si hubiese estudiado solo jazz, no hubiera podido dar. Tener un lenguaje que si a lo mejor no hubiese conocido y tocado a Debussy, no hubiese podido desarrollar. Si tú te dedicas a la música, obviar todos los siglos de música anteriores a ti es muy atrevido.

Conocer por ejemplo los vericuetos de la politonalidad o de las series dodecafónicas de la segunda Escuela de Viena…conocer a Rachmaninoff…todo eso te da una amplitud de miras a la hora de abordar la música, en la que cuanto más conoces, más te das cuenta que no hay barreras. Al igual que cuando viajas o te mezclas con otras culturas, con la música descubres que las diferencias no son tales, no son excluyentes, sino motivo de estudio y unión.

Este mes de otoño vas a publicar un estudio musical sobre la obra de J.S Bach. Muchas veces digo, a modo de juego, que Bach es probablemente el primer jazzero de la historia, que lo notas en obras como las variaciones de Goldberg. ¿Hay algo de cierto en ello, o es una idea completamente disparatada?

Moisés P.Sánchez: Bach es un increíble improvisador. Toda la armonía que luego nosotros hemos usado, ya aparece ahí a través del choque y de la conducción de las distintas voces que él usa. No sé si el primer jazzero, pero desde luego que nos ha dado material interminable para poder hacer música después, desde distintos ángulos, es absolutamente innegable.

Yo creo que no hay compositor más prolífico y realmente es acojonante. Es realmente de una riqueza armónica, melódica y te diría incluso hasta rítmica…que difícilmente se puede igualar. Luego evidentemente, si hay una cosa que yo tengo que ensalzar del jazz y de la música negra, es precisamente la potenciación del ritmo en todas sus vertientes. Cómo como han aportado ritmo a toda la música, es uno de los grandes avances en la historia de la música. Pero igualmente, cuando me creo alguien o cuando se me empieza a subir un poco el ego, me pongo delante de los 250 CDs que tengo de Bach. Es una cura de humildad continua.

Pero también con todos (Mozart, Beethoven…etc.) Yo creo que si vemos la magnitud de la música que ellos hacían, su grandeza, hemos ido en cierta manera bastante para atrás. Sin quitar por supuesto valor a lo que estamos haciendo hoy en día, que hay obras maravillosas, gente haciendo música increíble…pero en general, a nivel de capacidad de comprensión, a nivel de capacidad de manejo de la información, de conocimiento…Yo creo que se ha ido bastante para atrás.

Lo has comentado en otras entrevistas…esa capacidad que hemos perdido para concentrarnos, para prestar atención a las cosas

Moisés P.Sánchez: Sí y las pantallas tienen gran parte de culpa. Creo que Internet ha terminado de rematarnos. Soy de la opinión que todo invento manejado con prudencia, con cautela…bienvenido sea. Es verdad que Internet ha traído cosas maravillosas, pero en general, si tuviera que poner en una balanza el resultado, yo creo que nos ha vuelto bastante gilipollas.

Creo que no estábamos preparados para manejar esta cantidad de información de una manera adecuada. Creo que nos hace perder una gran cantidad de tiempo, perder el foco, y nos hace desconectarnos del cultivarnos personalmente. En cambio, nos lleva a fijarnos continuamente en el exterior, en la vida de los demás, en el estímulo constante.  Y eso tiene unas consecuencias. No quiero decir que todo vaya a ser malo, pero no sé dónde nos llevará. 

Volviendo a los pianistas y a Jarrett…Una gran parte de su producción son sus conciertos en directo, con un gran espacio para la improvisación. En tu caso, a la hora de dar un concierto, ¿cuánto hay de una planificación previa y cuánto hay de ese dejarse llevar e improvisar? ¿Qué es lo que te motiva más?

Moisés P.Sánchez: Hay algo en el piano solo que me pone mucho. Es un riesgo, un salto al vacío en el piano solo improvisado. Estás tú. Pero también hay algo que me pone mucho en el trabajo en equipo, con mi grupo y en ese caso es muy distinto. También depende de las etapas de la vida. ¿En qué momento estás? ¿Cómo estás de conectado contigo mismo? 

Ambas cosas tienen sus desafíos. A mí me gusta ser versátil, me gusta trabajar en ambas direcciones. Sí que es cierto, y no te lo voy a negar, que los pianistas pasamos mucho tiempo solos. Y cuando sales a tocar a piano solo hay un algo que te pone en alerta…es como a ver qué pasa. Cuando salgo con mi grupo, por supuesto también, pero es desde otro sitio. Ambas partes te ofrecen cosas y te quitan cosas.

Moisés P.Sánchez

Además de por su música, Jarrett también acapara titulares por su relación con el público. Desde otro ángulo completamente distinto, el público también era algo que incomodaba a ese genio que era Glenn Gould. ¿Cómo es tu experiencia?

Moisés P.Sánchez: Durante todo este tiempo que hemos estado aislados y no se ha podido tocar…ha sido duro. Yo hago música para dar. La música para mí tiene sentido cuando se da a la gente. Realmente el objetivo para mí es hacer ese momento en el que me están escuchando, un poquito mejor, que su vida sea solo un poquito mejor en ese instante. Para mí la música no tiene sentido si no hay gente, es donde cobra el mayor sentido por muchos motivos. 

En cuanto a Jarrett, evidentemente es excéntrico, todo el mundo lo sabe…como Glenn Gould también lo era. Pero tienen sus motivos. En el fondo es porque sienten una responsabilidad tan grande de lo que quieren dar a la gente, que si las condiciones no son las adecuadas, se bloquean.

Es muy conocido lo exigente que es Jarrett a la hora de la elección de un piano, de la altura de la banqueta…etc. Tiene su por qué. Si tu vas a pagar 150€ por ver a un artista hacerse un concierto de piano solo, la responsabilidad que esa persona siente de darte lo mejor que pueda dar, es muy grande. Son personas muy autoexigentes aunque evidentemente para mí hay términos medios. Se pueden tener unos requisitos para subir a un escenario y no tener malos modales. Pero entiendo esa exigencia.

Conocido es también el tema de las fotografías y los clics de las cámaras con Jarrett o con otros artistas. Si tú estás en un proceso de creación y de conexión de improvisación a piano solo frente a 5000 personas, estás intentando conectarte con un más allá. Si no paras de oír clics te puedo asegurar que incide enormemente en la conexión que tú puedas tener con lo con la música y con lo que tú vas a dar. Influye desde luego. Y entiendo por qué Jarrett para y dice ‘me tenéis hasta los huevos’, aunque desde luego es algo que se puede hacer de muchas maneras.

Para terminar, una de las críticas que se escuchan de vez en cuando: los artistas españoles de jazz no arriesgan lo suficiente. ¿Cómo se te queda el cuerpo?

Moisés P.Sánchez: Lo que te puedo decir es que a la gente que arriesga ellos no van a verla. La de crítico es una profesión que a mí me provoca muchos problemas. Entiendo que haya gente formada que pueda opinar sobre algo…pero para hablar de algo hay que saber mucho.

Para entender lo que está pasando en un escenario, sobre todo con música de altos vuelos, hay que saber mucho. Hay gente que escribe y no sabe ni en qué ritmo estamos tocando. A mí me gustan los críticos que nunca se posicionan por encima de la música que están escuchando, porque eso es una señal de respeto bastante grande. Y me gustan los críticos que hablan de música en la crítica…no de las sensaciones que tenían… si era denso, oscuro.. alegre…Hablar de algo es otra cosa. 

El que una persona que sienta en el derecho de juzgar y exponerlo como una verdad universal, a mí me produce un problema bastante grande. Evidentemente si tú controlas el tema puedes expresar tu opinión, pero es muy osado y difícil el hablar de la obra de alguien. Decir además que no se hacen cosas arriesgadas precisamente ahora, cuando hay tantos artistas en España asumiendo riesgos, es no saber de lo que hablan. Quienes opinan así son críticos que o no van a los conciertos o si van no los comprenden.

Eso sí, luego les ves en los mismos conciertos de siempre. Sin embargo ese riesgo del que hablan no está en los sitios de siempre, se cuece en en otros lugares, en otras noches. Ese riesgo, tienes que ir a buscarlo. 

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