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The Bad Plus: la receta del éxito

Receta para una gran banda de jazz: coja un coctelera e introducza a tres de los músicos con más talento de su generación. Añada una piza de sonido avant-garde e introduzca algunos de los mejores temas del pop y rock de todos los tiempos. Mezcle con fuerza y sírvase enseguida. Disfrute de su estupendo cokctail: The Bad Plus

Formada en sus inicios por Ethan Iverson (piano), Reid Anderson(bajo) y David King(percusión), “The Bad Plus” son lo más parecido que probablemente podamos encontrar en el mundo del jazz a una de esas grandes bandas de rock de los años ´90: carismáticas, originales y con la garantía de que cada disco es una celebración de la música; cada concierto, una experiencia inolvidable.

Con una historia que arranca en el año 2000, con su disco homónimo para el sello “Fresh Sound”, no tardan en llamar la atención de Columbia Records que poco después les lleva a triunfar con “These are the vistas”(2003), ”Give” (2004) y ”Suspicious Activity (2005).

En estos tres discos la banda acaba de definir un sonido propio y reconocible por el público: un jazz sofisticado que iba en concordancia con el cambio de siglo (no muy lejano al que ya estaban desarrollando las bandas de Brad Mehldau o Joshua Redman), al que incorporaban algunos de los grandes éxitos del pop y el rock de las últimas dos décadas.

En los discos y en los directos de “The Bad Plus” era habitual (y sigue siéndolo) encontrarse con versiones de temas de Nirvana, Aphex Twin, Blondie, David Bowie, Radiohead o incluso, de Queen. Esa tal vez falta de originalidad, que sus críticos podían señalar por su “obsesión” por versionar temas de radio fórmula, la compensaban sin embargo con un talento único para deconstruirlos por completo, convirtiéndolos a continuación en composiciones barrocas, llenas de color y pirotecnia. En este sentido, lo que Mehldau insinuaba en discos como “Largo” o “The Art of Trio Vol.3”, ellos lo convertían en su seña de identidad.

Versionar temas pop no es por supuesto lo único que ofrecían en sus álbumes, pese a que es justo reconocer que para buena parte de sus fans esta era la faceta del grupo que preferían, ya que era la que les permitía conectar el jazz con los que en realidad eran sus artistas favoritos.

Dicho de otra forma: frente a la sofisticación etérea de otros artistas que solo estaban en boca de los críticos más especializados, el grupo de Iverson, Anderson y King ofrecía un jazz accesible para todo el mundo, sin caer en la condescendencia o en el arreglo facilón.

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The Bad Plus incorpora a Orrin Evans

Adiós a Columbia y a Ethan Iverson

Poco después de “Suspicious activity”, la banda decide romper con Columbia y ficha por “Head Up Records” una subsidiaria de “Telarc”. Ya en su nuevo sello publican Prog en 2007 y un año después For All I Care, álbum en el que por primera vez incorporan a una vocalista, Wendy Care. En 2010 completan este ciclo creativo con su trabajo Never Stop y del que años más tarde se publicaría su continuación.

Pero es importante señalar sin embargo, que además de tener un carácter popular, los integrantes de The Bad Plus destacan por ser grandes conocedores no solo de la historia del jazz, sino también de la música clásica. Ese mismo año de hecho, comienzan una residencia artística en la Universidad de Duke, que se traduce un año más tarde en la adaptación al jazz de la famosa obra de Igor Stravinsky, ”La consagración de la primavera”. Era su forma de decir, “nosotros también podemos hacerlo”.

Cinco álbumes más tarde y tras una colaboración muy destacada con Joshua Redman en, precisamente, “The Bad Plus with Joshua Redman” se produce uno de los hitos que cambian la historia del grupo. En abril de 2017, Ethan Iverson anuncia que quiere comenzar una carrera en solitario y, a principios de 2018, es sustituido por otro virtuoso: Orrin Evans.

Con el nuevo pianista, la banda graba dos nuevos trabajos “Never Stop II” (2018) y “Activate Infinity” (2019). Tras abandonar el grupo, Ethan Iverson transita hacia un terreno mucho más serio, en línea con el disco que unos años antes homenajeaba a Stravinsky. Sus trabajos junto a la American Composers Orchestra, su fichaje por ECM o su labor como director artístico de festivales como “Jazz le Gast” en Holanda, evidencian un pianista más maduro, que de alguna forma dice adiós a sus compañeros de juegos para convertirse en profesor universitario.

Esa madurez acaba explotando este mismo año con la publicación de un auténtico discazo: ”Bud Powell in the 21 st Century”; un trabajo que graba junto a la Umbria Jazz Orchestra y en el que participan artistas de la talla de Ingrid Jensen, Dayna Stephens, Ben Street o Lewis Nash. 

Orrin, el breve

Pero mejor prueba de que la sombra de Iverson era alargada, se demostró apenas tres años más tarde de la llegada de Orrin Evans al grupo. En marzo de 2021, The Bad Plus hacía saber que Evans seguiría su camino en solitario y aún es más, que probablemente dejarían de ser un trío. 

La banda quería una revolución y desde luego no han tardado en construir una en la que el piano ha desaparecido por completo. Este mismo verano anunciaban que a Reid Anderson y David King, se le unían el saxofonista Chris Speed y Ben Monder a la guitarra eléctrica. 

Aunque en una reciente entrevista con el crítico Nate Chinen. Anderson y King declararon que la ruptura con Evans no había sido demasiado traumática, en el fondo reconocían que tal vez Evans, que había desarrollado una gran parte de su carrera como verso suelto, no era tal vez el tipo de persona que quería comprometerse a largo plazo con una banda tan particular y exigente como The Bad Plus y que en ese sentido, el parón que se produjo como consecuencia de la pandemia, le dio la “excusa” que necesitaba para abandonar el grupo y poner en marcha sus propios proyectos.

De hecho unos meses más tarde, Evans lanzaba como líder de su propia banda un más que notable “The Magic of Now”, en el que cuenta como compañeros de viaje el bajista Vicent Archer, el baterista Bill Stewart y el saxo Immanuel Wilkins, que ya deslumbró en 2020 con “Omega” su disco de debut en solitario.

En estos momentos el renovado cuarteto se encuentra en el proceso de grabación del que será su 16º álbum de estudio y del que estamos seguros, no perderá su capacidad de seguir impresionándonos, por mucho que ya no vayamos a escuchar una de sus grandes señas de identidad: el piano

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