Han sido más de 50 los conciertos que entre el 3 y el 30 de noviembre han formado parte de la programación de JazzMadrid 21, una edición en la que el Festival ha vuelto a cierta “normalidad” tras una cita, la de 2020, en la que apenas si hubo representación internacional a causa de la pandemia.
Ha sido este un año en el que una iniciativa privada, como es “Villanos del Jazz” ha convivido con los espacios municipales en los que habitualmente se organiza el evento y sobre todo, ha sido una edición en la que hemos vivido momentos únicos como el gran concierto de Ambrose Akinmusire, o el broche de oro que el pasado día 30 le puso Charles Lloyd.
De lo que ha sido este mes de jazz para la ciudad de Madrid, hemos tenido la oportunidad de charlar con Luis Martín, director del festival y conocido presentador del programa “Sólo jazz”de RNE.
En 2020 en łas fechas que se programa el pasado JazzMadrid, veníamos de unos meses en la que la mayoría de los festivales o se habían cancelado o se habían aplazado. ¿Cómo se decide que Jazz Madrid tiene que seguir adelante?
Luis Martín: Pues por una razón muy simple: se pudo. He ido comprobando con el paso de los años, que cuando interrumpes una cosa, aunque sea por una razón como esta, cuesta mucho trabajo retomarla.
En ese sentido, no hubo gran inconveniente en hacerlo, o sea, se planteó la cosa como no como una dificultad, sino como una oportunidad. Parece una máxima publicitaria, pero realmente esto fue lo que me dijeron por parte de la dirección de actividades culturales, cosa que me pareció muy acertada y entonces, con todas las dificultades del mundo se siguió adelante.
Yo había hecho una programación a principios de año en la que había artistas internacionales y como siempre, con una nómina de artistas locales del 35% aproximadamente. Lógicamente, tuvimos que deshacernos de esa programación de forma instantánea, ya que si esta edición de Jazz Madrid se hacía, no podríamos contar con todos esos artistas foráneos, salvo en casos muy concretos, llegando a acuerdos con festivales internacionales o de acuerdos con embajadas (el pianista polaco Marcin Masecki fue el único artista internacional en la edición de ese año).
Con todo eso decidimos hacer un estado de la cuestión en lo que a nuestro a nuestro país se refiere…y la verdad fue una auténtica prioridad, el hecho de sacar adelante a los músicos nacionales, pese a los problemas que había a la hora de diseñar la nueva programación.
Creo que hay una clara deriva ética por parte del Ayuntamiento de Madrid, esto tengo que reconocerlo por parte de los organizadores, y que se sustanció en la posibilidad de paliar de algún modo los daños que la pandemia había provocado, que sigue provocando todavía entre nuestra comunidad de músicos.
Llegamos a la edición de 2021 y a muchos nos asombra descubrir que lo primero que se anuncia es el Festival Villanos del Jazz y, solo unas semanas más tarde, se anuncia JazzMadrid 21. ¿Hubo un problema de comunicación o de coordinación entre ambas organizaciones?
Luis Martín: Nosotros siempre hemos desarrollado nuestra programación en los espacios municipales, que son el Teatro Fernando Fernán Gómez, el espacio Centro Centro y el cuartel del Conde-Duque. Después contamos con otras iniciativas para ir diseminando el jazz por la ciudad, que este año se ha llamado “Jazz en los Distritos”. También se engloba un festival que inicié yo hace muchos años, el Festival de Jazz de Ciudad Lineal.
Aparte contamos con colaboradores, entre los que están el Instituto Francés, que desde hace muchos años programa por su cuenta en su auditorio, y “Jazz Círculo” que hace su programación y se integra siempre con mi supervisión. A esto hay que sumar el Auditorio Nacional que lleva con nosotros 5-6 años y que además pertenece a una administración estatal, lo cual está muy bien como muestra de colaboración entre instituciones. ¿Qué ha habido de diferente?
Este año hubo una iniciativa que nos comentaron unos promotores particulares como son Roberto Rey y Julio Martín y, en un primer momento, nos plantearon que querían hacer una programación e integrarla ellos mismos en el Festival de Jazz de Madrid para que formase parte de la misma, de forma oficial. Pero lógicamente, el festival de Jazz de Madrid lo programo yo.
Entonces, pues finalmente dijeron que lo harían por su cuenta y nos comentaron que si queríamos trabajar juntos y formar parte. Lo estudiamos, como analizamos todo lo demás y finalmente se integró. Se les pidió que pusieran los conciertos a las 10 de la noche para no contraprogramar los conciertos del resto del festival y a partir de ahí hemos ido juntos en esto.
En realidad y así se ha recogido en la prensa, JazzMadrid ha sido el responsable de todo esto…porque también he participado por cierto en la programación de Villanos del Jazz. No participio como en la mía (en la del Ayuntamiento) en la que elijo directamente, sino que como en las demás, superviso. Y sí, he participado directamente en esta programación e incluso ha habido algún intercambio… por lo que no creo que haya habido ningún problema de comunicación o de coordinación.
Incluso siendo esto así, la sensación que había era que los platos fuertes, las grandes estrellas internacionales, se programaban salvo excepciones, en Villanos del Jazz
Luis Martín:Bueno, yo entiendo que la gente se plantee sus cosas, pero eso no es lo que se ha reflejado en la prensa general. Cuando hablo de la prensa en general me refiero a los periódicos, o la televisión incluso.
Cuando es primavera y nos ponemos a programar, no se sabe absolutamente nada, y creo que había aún demasiado riesgo. Y de hecho yo me pregunto, si llamo Nubya Garcia… ¿podrá venir? Y yo llamo a Nubya Garcia. Pero a continuación pienso, no me voy a jugar demasiado las cosas, porque esto es público, y cuando trabajas con lo público hay cosas que no puedes hacer.
Yo que soy funcionario en excedencia, me preocupo mucho por lo público y no puedo, o no debo ir suspendiendo conciertos. Para que eso no suceda, yo decido que no voy a arriesgar demasiado. ¿Qué pasa? Que vienen unos promotores particulares que dicen, “nosotros queremos hacer cosas internacionales, que os complementen”. Mira tú por dónde, que al final Nubya Garcia acabó cancelando. Pero es que hasta la programación que tenían en origen “Villanos del Jazz” era muy diferente a la que finalmente se acabó trayendo.
Nosotros podríamos haber dicho no, eso no nos interesa. Haced lo que queráis pero vais por vuestra cuenta. Pero ellos tenían interés y también por una sencilla razón, como que el aparato publicitario del Ayuntamiento es fuerte. Si esto no hubiese sido así yo no hubiese tratado a todos por igual.
¿Qué es lo que más te ha gustado de este JazzMadrid 21? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido en la edición de este año?
Luis Martín: Me gusta recurrir cuando me hacen este pregunta a Arthur Miller y como todos son mis hijos, de algún modo, me cuesta decidirme por uno. Pero te cuento que un concierto como el de Ambrose Akinmusire me ha llenado de orgullo y me ha satisfecho muchísimo. Me ha llenado de orgullo porque aunque le he visto unas cuantas veces, he escuchado sus discos y le he puesto en el programa, es que no hay punto de comparación entre lo que era antes y lo que es ahora.
Poder asistir al mismo momento en el que el artista está haciendo su música, está ideándola y a la vez está fabricándola, eso realmente es el jazz… el asomarse a ese precipicio creativo. El poder acercarse al crecimiento de un artista como este, poder participar y mostrárselo a la ciudad de Madrid me parece grandioso. Y es un concierto menos ortodoxo, menos amoldado para aquellos que quieran anclarse a cierto modelo de jazz. Pero es que el jazz está en constante evolución y como le dijeron a Charlie Parker, los límites… ¿dónde están?
Me gustó también mucho el concierto de Eivind Aarset, es este jazz que viene del frío, como las novelas de John LeCarré. Me pareció prodigioso. Pero es que hay algo único en nuestro festival.
En otros espacios del estado español lo que se hace es ponerse al servicio de lo que quiere la industria del disco. En otras mostrar un jazz que es pop coloreado con algunos trazos rítimicos que dan la sensación de… y aquí en el festival de Madrid no lo hace un empresario, lo hace una persona independiente. Se me supone un conocimiento y una independencia…y no quiero ser arrogante pero el Festival de Jazz de Madrid es un festival de autor.
Si en general el nivel de la edición de este año ha sido alto, algo tal vez no ha salido tan bien ha sido la acústica de algunos escenarios… Estoy pensando por ejemplo en el concierto de Patáx, en que la experiencia no fue precisamente la mejor…
Luis Martín: Con Patáx lo que hemos hemos vivido ha sido un problema de fechas. Se quedaron para el final, pero finalmente pues me sugirieron que estuviesen y tal. No tenían fecha para ir al Fernán Gómez y hubo que meterles en CentroCentro.
Pero CentroCentro es para que vaya Joaquim Kuhm. Para cosas muy pequeñitas, en las que no haya batería o cosas que hagan mucho ruido. En cuanto que haya unos decibelios de más, eso suena muy mal y Patáx es que tienen demasiados decibelios de más. Son además una banda muy popular y creo que en el Fernán Gómez hubiesen funcionado muy bien.
Hablabas antes de la diferencia que hay entre un festival de jazz de autor y lo que ocurre cuando el que programa es un empresario
Luis Martín: Antes de llegar nosotros había un festival que se llamaba Festival de Jazz de Madrid y lo hacía un empresario. Y no me entiendas mal, en ocasiones lo hacía bien y en ocasiones no tanto. ¿Pero qué es lo que hace el empresario? No había ninguna clase de discurso.
En cambio, si lees las notas del programa del festival de cada año y te das cuenta de que en nuestro caso ha habido una pretensión. Con todos los condicionamientos que había, yo me hago un planteamiento sobre cómo tiene que ser la filosofía del festival.
Eso no se hace cuando tienes intereses. Cuando tienes intereses lo que haces es una cosa muy simple: colocas a tus propios artistas y ganas el doble de dinero, porque la institución te paga por haber hecho ese trabajo. Es algo que me parece algo realmente obsceno. Cobras de la institución y encima además te llevas una comisión con tus artistas. Y no tienes que convencer a nadie, porque uno consigo mismo no discute.
El Festival de Jazz de Berlín estuvo programado durante muchísimos años por Joachim-Ernst Berendt. Y de Joachim-Ernst Berendt solo se puede decir cosas buenas. Ese tío no hacía nada mal, entre otras cosas porque no tenía intereses. Yo no tengo ninguna empresa, ni tengo nada que ver con Chano Domínguez o Diego Amador y si les llamo es porque creo que tienen un espectáculo interesante.
En la edición de este año, presentaste la conferencia “Queríamos tanto a Chick Corea” Hubo además una buena anécdota
Luis Martín: Sí y curiosamente claro, das esa conferencia y tienes que dar un perfil completo. Y si hablas de Chick Corea tienes que hablar entre otras cosas de su relación con la cienciología.
Así que conté una anécdota de cómo me había visto implicado, en una edición muy anterior a esta, en la que yo trabajaba como programador en los ciclos “Emociona Jazz”. Y me acuerdo cómo cuando llegó Chick Corea se me presentó con unos señores de negro que venían a vender sus cosas. Y les dije no no, estos señores tienen que ir fuera…porque si no mañana me voy a encontrar con un titular que dice “El Ayuntamiento de Madrid y Comisiones Obreras (se hacía en el auditorio de CC.OO) avalan la apología de los cultos destructivos”.
Hubo prácticamente que forcejear y bueno al final conseguimos hacerlo y el concierto fue un éxito . Con esto te quiero decir que mi única intención es que la música y el arte prevalezcan. Tengo intención de atraer a Madrid a una música y una gente que normalmente no ha tenido una gran proyección. Y no sabes lo que celebro que, en los tres o cuatro últimos años, he comprobado cómo el arco de edad va desde los 20 hasta los 70.
¿Este año te has quedado con alguna espinita clavada, como hemos hablado antes de Nubya Garcia?
Luis Martín: Nubya Garcia sí, pero también Madeleine Peyroux, en el Auditorio Nacional, que se canceló. Y también me hubiese gustado mucho ver a Enrico Rava, que tampoco pudo venir en el último momento. Me fastidiaron mucho esas bajas. Sobre todo porque uno de los “condicionantes” que tengo es la participación de las mujeres en el festival de jazz.
Las mujeres accedieron mucho más tarde al jazz que lo que ha sucedido en otros estilos como el pop. Haces un festival de pop o de rock y no hay ningún problema, no afecta a la calidad del producto final que programes un 50% de mujeres y un 50% de hombres.
En el caso del jazz sí, porque no hay demasiadas mujeres para la cantidad de hombres que hay. Das una patada y te encuentras un montón de hombres y de esos, muchos con gran talento. De mujeres en cambio hay muchísimas menos, por lo que tienes que seleccionar más. Y esas dos bajas realmente me desequilibraron mi planteamiento inicial.
¿Qué otro festival te llama la atención y no tanto por la programación sino por su discurso, por el espíritu del festival?
Luis Martín: No son muchos, porque no son muchos los que trabajan como trabajamos nosotros. No quiero ser arrogante pero es que es así. Hace tiempo que no sigo el de Umbria, que siempre me gustó mucho porque tenían una filosofía.
Montreux por ejemplo siempre me gustó muchísimo y de hecho, sigue gustándome. Vamos a decir ese festival porque además y pese a que no solo programa jazz y se ha convertido en un festival multicultural, sí es cierto que todo lo que aparece en escena está meditado y está pensado. Me quedo con Montreux porque tiene una dirección de autor. Y me gustaría llegar a eso, por la proyección que tiene y el gigantismo que tiene, que es envidiable.
Ya para terminar… ¿qué posición crees que ocupa Madrid tanto en España como a nivel internacional en el mundo del jazz ahora mismo?
Luis Martín: Creo que se está haciendo todo lo posible para que Madrid tenga la importancia que debe tener. En Jazz Madrid tanto el año pasado como este año, hay abundancia de eso que llaman jazz flamenco; es una corriente que sigue creciendo entre nosotros, que conmociona a los músicos de fuera más adiestrados…y en esta edición hemos tenido mucho… y creo que el sonido del flamenco jazz es propiamente madrileño.
Ese sonido lo impulsó en su momento una compañía discográfica que se llamaba Nuevos Medios, que buscaba jóvenes flamencos a través de Mario Pacheco, su productor… y en ese sentido Madrid es muy conocido, mucho más de lo que nosotros podemos pensar. Lo que pasa es que tanto en Madrid como en España tenemos cierta tendencia a mirar al exterior y no mirar nuestro interior si no es para sacarnos faltas. Desde fuera se contempla a Madrid como una plaza que debería llegar a ser más importante.
Tengo relación con directores de jazz de otros países y contemplan con agrado que la audiencia en Madrid siga creciendo año tras año. Herbie Hancock de hecho, valoró muy positivamente la ciudad de Madrid como una ciudad que podía postularse para ser la sede deldía internacional del jazz.