No cuenta el free jazz con demasiados seguidores en España. En parte porque por supuesto, no es fácil entrar en el «free», pero también porque a diferencia de otros países, en España no se han promocionado espacios o festivales en los que los amantes de las músicas improvisadas pudieran encontrarse «como en casa», sabiendo que no son los «bichos raros» del festival, sino que lo que está ocurriendo sobre el escenario es una celebración de la libertad y de la diversidad.
Por eso tiene tanto mérito que existan formaciones como «Cuarteto fuerte». Conjunto sevillano de jazz contemporáneo, acaban de presentar «Últimeit» (2021), tercer trabajo de la banda y un disco en el que las composiciones van desde el free jazz a la psicodelia y que están, según afirman ellos mismos, «basadas en la visceralidad, el tono emocional y la escucha intensa entre músicos», en una propuesta que aunque sería injusto no decir que tiene mucho de experimental, ellos están convencidos de que es «100% accesible para todos los públicos».
En «Cuarteto fuerte» se encuentran en la actualidad el saxo alto Bernardo Parrilla, el saxo tenor Javier Ortí, el batería Fernando Caro y el bajo y fundador del grupo, Juan Miguel Martín. Juan Miguel, con el que hemos tenido la oportunidad de charlar para este artículo, lleva más de 20 años en activo como profesional y ha formado parte de diversos proyectos musicales, colaborando con referentes del jazz contemporáneo como Malheur, el danés Martín Andersen o Leandro Perpiñán. Además de bajo, es el compositor de todos los temas que forman parte de los tres discos del grupo.
¿Y cómo suena «Cuarteto Fuerte»? Desde luego que hay un componente free en su propuesta; pero también beben de influencias como la música de John Zorn, el movimiento M-base y su máximo referente Steve Coleman, o incluso del gran Ennio Morricone, del que se inspiran en algunos de sus temas. Lo que encontramos en discos como «Últimeit» o su anterior disco homónimo, es un diálogo musical sincero entre todos los instrumentos y ganas de dejar los convencionalismos atrás.
Si el jazz ya es un género minoritario en España, el free-jazz o el hardcore jazz en el que os inspiráis lo es aún más. ¿Por qué existe algo tan especial como Cuarteto Fuerte?
Juan Miguel Martín: Viene de mi decisión arbitraria de tocar algo espontáneo con lo que yo me sienta lo más identificado posible, a raíz de gustos y las expresiones más dispares y subjetivas.
Precisamente por eso, porque al ser todo tan minoritario y poco “rentable” no hay por qué pensar en un público que apenas existe. Solo hay que pensar desfogar y en que los compañeros (aparte de compañeros, somos amigos) estemos a gusto. Por suerte, si además se da un público satisfecho y conectado, miel sobre hojuelas.
En alguna ocasión se os ha comparado a la propuesta de John Zorn, por cosas como vuestra admiración por Ornette Coleman, Ennio Morricone y una deriva al punk. ¿Es un referente con el que te sientes cómodo o hay otros artistas que te han influido más?
Juan Miguel Martín: La comparación con John Zorn es un honor, pero creo que no tengo la capacidad de que me influya demasiado porque le aplico una escucha visceral y poco analítica.
A lo mejor lo que me influye es la actitud y el timbre pero poco más, ése compone cosas muy sofisticadas… de Morricone lo que me gusta es que tiene cosas extremadamente divertidas e ingeniosas, valores a los que les doy mucha importancia. Lo del punk no lo veo, no lo escuché nunca realmente (Fernando Caro, el batería sí que le da al punk…) pero yo he escuchado toneladas de metal de jovenzuelo y lo mismo se me ve el plumero a veces.
Me gustan mucho Mingus (Charles), Ornette (Coleman) y Art Blakey (tengo gustos antigüitos) y también grupos de rock como Deerhoof.
En España los festivales de jazz suelen huir de propuestas más o menos transgresoras y son pocos los que dan espacio al free o a otros estilos de música improvisada. ¿Cómo ves tú el panorama? ¿Crees que se echa en falta espacios como esa Knitting Factory que impulsaron entre otros Bill Frisell o el propio Zorn?
Juan Miguel Martín: Los festivales de jazz suelen aplicar dinero público y todo debe de tener un componente más correcto o comercial, no son muy dados a invertir en asuntos menos digeribles o con nombres más anónimos (aunque al extranjero anglosajón por ejemplo, ya le aplican otros baremos y pueden ser todo lo extravagantes que se quiera, aunque yo no les niegue la calidad…).
Al panorama no le faltan propuestas, le falta público, y yo me sospecho que en Nueva York la nueva hay bastante más público para estas cosas que aquí. Knitting Factory sería más una consecuencia de un público interesado y no al revés. Así lo veo yo, con mucha paciencia.
Títulos humorísticos como “Borbones bolivarianos” o “Excrecencia de la evidencia” me recuerdan además a cómo titulaban en los años 80 sus temas bandas como Ska-P o como Extremoduro
Juan Miguel Martín: Son cosas mías, pero me parece que mis cosas está bien usarlas porque despiertan mucha curiosidad. Los ‘Borbones bolivarianos’ vienen de experiencia jocosa personal no tan fácil de explicar y la ‘excrecencia de la evidencia’ tiene más fácil explicación ya que es un arreglo inspirado en “Evidence” de Thelonius Monk.
A la hora de grabar este último álbum, ¿Qué parte hay de trabajo previo y qué parte de música improvisada, de grabar durante horas para después editar ese corte que tal vez puede encajar con una idea?
Juan Miguel Martín: Está bien concebido donde empieza y termina cada parte, con señales sonoras o indicaciones claras sobre el pentagrama.
Lo que más me gusta es que haya contraste entre la ‘apertura’ y la melodía o un mensaje más claro. Me parece que la improvisación tiene más fuerza si está acotada entre arreglos más claros, una cuestión de fuerte/flojo… aunque la libre improvisación también me mola.
Cuentas en una entrevista reciente que este repertorio te libera no solo artísticamente, sino también psicológicamente. En tiempos como los que corren, ¿cómo se resiente la salud mental de los músicos y artistas? Parece que por fin entre todos se está destapando algo que parecía tabú hasta hace poco.
Juan Miguel Martín: Los músicos estamos como las «Maracas de Machín» en un alto porcentaje, lo cual más que tabú diría yo que es vox populi.
Hay mucha presión autoimpuesta por sobrevivir económica y socialmente (a más edad más presión), problemas de ego, de autopercepción y de espalda también. Casi siempre trabajo o toco la música por cuenta ajena ¿por qué no tocar por una vez lo que me dé la gana a mí aunque no sea más que un bajista de acompañamiento puro y duro?
A mí me resulta muy gratificante, aunque siempre haya que estar muy pendiente de muchos detalles y no todo sea fácil, claro.
¿Qué proyectos se presentan para 2022? ¿Qué plan tenéis para seguir presentando el disco?
Juan Miguel Martín: Ojo, adelanto que para 2022 Blue Asteroid nos va a sacar otro disco en directo en el que este cuarteto toca los temas del primer disco (y hasta aquí puedo leer), va a quedar guapísimo.
En todo caso: larga vida al ‘Últimeit’ y a mi querido Sentencia Records, lo tocaremos allá donde lo quieran escuchar y ya se están buscando fechas. Espero que demos muchas actuaciones y lo pasemos todos muy bien, nosotros y vosotros.