Chet Baker

Cinco canciones para recordar de nuevo a Chet Baker

No hemos escrito demasiado en Caravan sobre Chet Baker. Es verdad que hace casi dos años, os recomendábamos introduciros en su universo a través de «Born To Be Blue«, una película en la que Ethan Hawke nos muestra a un Chet Baker recién salido de la cárcel y al que se le ofrece la posibilidad de grabar la película de su vida.

Pero apenas si hemos hablado la música de un artista del que algunos han llegado a decir que era tan bueno o incluso mejor que Miles Davis y otros, como James Galvin en «Deep in a dream» descalifican, tachándole de ser poco más que un yonki con algo de talento, un enorme poder de seducción y mucha suerte.

Nadie puede negar sin embargo, la importancia que ha tenido para el mundo del jazz la figura de Baker y que su legado, nos guste más o nos guste menos, sigue perdurando; que tiene ese poder magnético que nos atrapa, dejándonos pegados a su música en cuanto pinchamos cualquiera de sus discos.

Y aunque como trompetista era estupendo, si su estrella sigue brillando hoy en día es gracias a una forma de cantar única: lejana y completamente desprendida a veces, íntima hasta el dolor físico en otras ocasiones. Por todo esto, hoy queremos recordar cinco temas de su prolífica carrera que tienes que escuchar de nuevo. Comenzamos.

My Funny Valentine – (Best of Gerry Mulligan Quartet with Chet Baker – Gerry Mulligan Quartet)

Más de seiscientos artistas se han atrevido a versionar el «My Funny Valentine» de Rodgers y Hart, desde que el tema debutara en el musical «Babes in Arms» de 1937. Pero pocos, por no decir ninguno, están tan vinculados a este standard como Chet Baker. Tanto, que no es completamente descabellado afirmar que «My Funnny Valentine» es Chet Baker y viceversa.

De hecho, la versión que graba en directo con el primer cuarteto «sin piano» de Gerry Mulligan el Black Hawk de San Francisco el 2 de septiembre de 1952, sería seleccionada para su conservación en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Una versión posterior de la misma melodía, sería la que convertiría a Baker en una estrella, siendo «My Funny Valentine» su tarjeta de presentación a lo largo de toda su carrera.

Pero volvamos a esta versión en directo, la primera de la que se tiene constancia, en la que demuestra hasta qué punto Mulligan y Baker llegaron a estar compenetrados sobre el escenario, por mucho que más tarde acabasen convirtiéndose en enemigos íntimos. El melancólico solo de la trompeta de Baker, se transforma lentamente en una conversación contrapuntística con el saxo barítono de Mulligan…creando una belleza única, de una intensa oscuridad en todo el tema…con ese toque de melancolía y angustia que marcaría muchos momentos de su carrera.

But Not For Me – (Chet Baker Sings – Chet Baker)

Si había un artista en los años 50 capaz de encarnar todo lo que lo «cool» representaba era Chet Baker. Baker no solo tocaba «cool», sino que cantaba, vestía y tenía una actitud «cool» y aparentemente despreocupada sobre el escenario, por mucho que su vida personal fuese tan «Hot» como un volcán en plena erupción.

Y la máxima expresión de lo que el «príncipe de lo Cool» podía hacer la encontramos probablemente en su álbum «Chet Baker Sings» y su estupenda «But Not For Me». Compuesta por George Gershwin, tuvo cierto recorrido entre los cantantes de jazz de los años 40, pero tanto por su tonalidad como por su letra, encontró su auténtica razón de ser en la década siguiente.

Para algunos como Ted Gioia, la versión que firma Baker en 1954, destaca como uno de sus momentos más brillantes dentro del estudio de grabación, especialmente por su sobria interpretación vocal, manteniéndose siempre en unos lánguidos tonos medios que eran la quintaesencia de lo cool, pero también con la fuerza que ataca en su solo de trompeta. A lo largo de su carrera, Baker se especializó precisamente en esos diálogos musicales entre trompeta y voz, en los que un instrumento «rebota» sobre el otro y se complementa.

Why Shouldn’t I? – (Chet Baker & Strings – Chet Baker)

Desde el nacimiento del cool de la manos de Miles Davis y Gil Evans a finales de los años 40, este estilo unió parte de su destino a los arreglos orquestales, llegando en el “Sketches of Spain»de 1959 a la culminación del género, inscribiéndose en lo que acabó por denominarse como third stream.

No es de extrañar por lo tanto, que tras unos álbumes en los que se mostraba casi desnudo, Baker se animara a grabar su propio disco con cuerdas, apostando para esta ocasión por arreglos fastuosos pero propios también de otros crooners de la época. 

A diferencia del «distanciamiento» del «But Not For Me», aquí Baker toma el clásico de Cole Porter y lo convierte en un tema íntimo, que llega directamente al corazón. La trompeta se deja llevar por la fusión que crean las cuerdas, la sección rítmica y el saxo tenor de Zoot Sims, entregando una interpretación cálida, cercana, conmovedora.

Chetty’s Lullaby – (Chet is Back! – Chet Baker Sextet)

Mucho antes de su breve periodo encerrado en la prisión italiana de Lucca, Chet Baker ya era un ídolo de masas en Italia, un país que a principios de los años 60 apenas si estaba familiarizado con el mundo de drogas que siempre acompañaba a Baker en sus giras y que valoraba su íntima relación con la heroína más como una excentricidad, que como un problema de salud pública.

Es precisamente en Italia, donde siempre se sintió querido, en el que Baker desarrollaría buena parte de su trabajo como compositor, siendo «Chetty’s Lullaby» (la canción de cuna de Chetty) su canción más conocida. Acompañado por un sexteto y una orquesta dirigida por Ennio Morricone, Baker reaparece recuperado de sus adicciones y un tono suave con el que busca su redención ante un público que nunca había dejado de seguirle, incluso cuando estaba en la cárcel. 

El monótono distanciamiento de los años anteriores se convierte aquí en un canturreo que aunque tiene algo de empalagoso (especialmente por la forma en la que Baker canta en italiano), se gana nuestros dieces. 

Almost Blue – (Chet Baker in Tokyo – Chet Baker)

Cuenta Jackson Sinnenberg en NPR que, en ocasiones, «el mejor epitafio para un artista lo escribe otro». Trent Reznor escribió involuntariamente la canción perfecta para Johnny Cash con «Hurt»y Elvis Costello lo hizo para Chet Baker con «Almost Blue», un tema que Baker interpretaría en directo durante los últimos años de su vida. 

Esta versión, grabada en directo en Tokio un año antes de su muerte, captura a Baker en su momento más vulnerable y honesto, poco después de que el famoso atraco de 1968 le dejara con la mandíbula deformada y tuviera que volver a aprender a tocar la trompeta desde cero, modificando incluso la forma de apoyar los labios.

Dicen algunos críticos, que hay dos «Bakers» que sobresalen sobre el resto: el de sus primeros años y ese Baker casi acabado, con 57 años en unas espaldas que aparentan más de 80. En esta segunda etapa, donde la tristeza que transmite la voz de Baker es infinita, encontramos algunos de sus momentos más mágicos.

Cinco canciones para recordar de nuevo a Chet Baker comentarios en «2»

  1. Las comparativas nunca son objetivas y en temas tan personales y sensitivos, como es la música, siempre existirán mil opiniones y, sobre todo, gustos. Lo que no se puede negar es que Chet Baker es especial y es distinto.
    Esa forma de interpretar y esa voz tan característica, rasgada, triste, melancólica, siempre me hace pararme un instante a escucharlo y pausar mi lectura (suelo escuchar Jazz mientras leo). Además, dependiendo del momento, te contagia de un intenso relax o una apasionada nostalgia.
    En definitiva, una gran estrella, sin duda.
    Es un placer poder escuchar los temas que has seleccionado al mismo tiempo que se alimentan de tus comentarios para cada canción. Un gran disfrute.
    A propósito, por si sirve de ayuda, los enlaces a «But Not For» y «Why Shouldn’t I?» están rotos, aunque se puede usar el buscador de youtube para localizar las canciones y disfrutar igualmente de las canciones y de tus comentarios.
    Muchas gracias, Rudy.
    Un abrazo.

    1. Me alegra mucho que te haya gustado. Vamos a arreglar los enlaces de YouTube que a veces cambian y se pierden Jajaj y si pocos hay más nostálgicos que Baker

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