Alicia Tamariz

«Aletheia» y el jazz mágico de Alicia Tamariz

Escribe Marco Mezquida en el libreto que acompaña el «Aletheia» de Alicia Tamariz que lo que podemos escuchar es «una bocanada de aire fresco. Escuchar una obra tan coral, tan sincera y con tan buen gusto por parte de todos los músicos en un primer disco como líder no es algo tan habitual y Alicia demuestra todos los atributos de una gran artista que viene a dar lo mejor de sí misma, componiendo, cantando y tocando maravillosamente».

Hija del famoso ilusionista Juan Tamariz y amante de la música de artistas como Billie Holiday, Miles Davis o Charles Mingus, pero también de músicos actuales como Júlio Resende o Salvador Sobral, Alicia nos presenta un primer disco en el que al jazz le suma la música brasileña y la World Music, que hace propias tras haber pasado más de tres años recorriendo profesional y musicalmente varios países latinoamericanos. Actualmente y tras haberse formado tanto en la Universidad Superior de Cádiz como en Évora (Portugal), imparte clases en clases en el CAMM (Centro de Artes y Música Moderna de Málaga).

Además de la propia Alicia (composición, piano voz), en Aletheia escuchamos a Carlos Cortés Bustamante (guitarra española y percusión), Fernando Bronx (flauta, trombón), Maripepa Contreras (oboe, corno inglés), Dimitri Skidanov (contrabajo) y Andrés Litwin (batería).

En conjunto escuchamos un disco estupendamente producido y en la que la voz de Alicia se fusiona con ritmos que recorren la Península Ibérica y nos llevan a cruzar el charco para ir saltando, de piedra en piedra por el folclore del Caribe y Brasil. Sin un excesivo espacio para la improvisación, las melodías de Alicia Tamariz tienen sin embargo la virtud de la honestidad, del buen gusto cantando, de esa sutileza que se va abriendo paso y te conquista con cada escucha. La calidad de los músicos que la arropan consigue además que a nuestros oídos llegue un primer disco realmente disfrutable y que no podemos sino recomendar. En Caravan hemos tenido de charlar con la propia Alicia y esto es lo que nos ha contado.

La primera pregunta es obligada y estoy seguro de que te la habrán hecho muchas veces. ¿Cómo era vivir con una persona tan mediática como lo era tu padre?

Alicia Tamariz: He tenido la suerte de que él es muy querido por todo el mundo. Y es curioso que la gente conozca a una persona tan importante para mí, a veces casi sin conocerme todavía. Pero, aunque en alguna etapa de mi adolescencia no estaba demasiado cómoda cuando me sentía ̈la hija de ̈, e incluso llegase a plantearme usar el apellido de mi madre (Nicolau) para desvincularme un poco de esa inercia, ahora me da mucha alegría sentir que cuando me relacionan con él, es porque lo recuerdan con mucho cariño, por los buenos momentos que les hizo y les sigue haciendo vivir.

Naturalmente en casa los roles son de padre e hija, con todo lo que eso significa. Pero valoro mucho su forma de acompañar como padre, que ha sido siempre desde la libertad y la confianza.

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¿Y de qué forma ha influido esa “magia” en tu vida?

Alicia Tamariz: Para mi la magia más bonita que él hace, es el amor que pone en su Arte, y la capacidad de hacer de su trabajo una pasión. Se dedica con toda constancia para que el arte de la Magia sea el canal a través del cual pueda conseguir generar y ofrecer un trocito de felicidad a los demás, en este mundo tan extraño y difícil. Y ese es un propósito muy bello. Su filosofía y profundidad influyen mucho en mi enfoque vital y artístico.

¿Cómo llegas a interesarte por el mundo del jazz?

Alicia Tamariz: Tuve un novio con 18 años que me regaló mi primer disco de Jazz, ( ̈«The musings of Miles ̈, de Miles Davis.) Todavía cuando lo escucho, me transporta a esa primera emoción al descubrir esta música fresca, virtuosa… ¡maravillosa!. Empecé a ir a conciertos y Jam Sessions en Madrid, y me quedaba alucinada.

Veía la experiencia que vivían los músicos en el escenario. Cómo se comunicaban, se reían, o hacían el amor con sus instrumentos.Ese gran abanico de emociones que expresaban; desde la más sentimental de las baladas, hasta lo más frenético del swing. ¡Yo quería experimentar eso también! Esa intensidad y esa libertad que emanaban.

Alicia Tamariz

¿Con qué artistas entras por primera vez en este mundo?

Alicia Tamariz: A los 19 años me fui a vivir a Granada mientras terminaba mis estudios del bachillerato de Artes. Pasaba mucho tiempo escribiendo y dibujando en mi habitación, y siempre sonaban los discos que aquel novio me había regalado, como el «Tribute to Bessie Smith» de Billie Holiday, el «Money Jungle» de Duke Ellington o el «A Love Supreme» de Coltrane.

Además había un disco muy especial de Charles Mingus: «Mingus plays the piano». Era un grande del contrabajo y también del piano. Al poco tiempo supe que quería estudiar jazz.

En Aletheia se escuchan muchas músicas diferentes, hablas de música brasileña y jazz… pero también escucho notas de fado, especialmente en “Luara”. Tú que has pasado tiempo estudiando en Évora, ¿cómo te ha influido la música portuguesa?

Alicia Tamariz: Luara es una canción que se ha ido transformando a medida que la preparábamos para grabarla. Al final, en el disco lleva un ritmo que se acerca a los tanguillos de Cádiz. Pero al ser en portugués y mi forma de cantarla, es cierto que puede recordar al Fado.

La verdad es que he profundizado muy poquito en esta música, pero cuando lo escucho me encanta. Y quizás, como madre que es de la música brasileña y parte de las músicas folclóricas de la Península Ibérica, es imposible no encontrar nexos y giros comunes. En el disco en general, el sonido está jugando al encuentro entre músicas tradicionales de aquí y de Sudamérica, con letras muy personales, casi de autor, y un tratamiento jazzístico en cuanto a la improvisación, la grabación en directo y el lenguaje común entre los músicos.

¿Crees que musicalmente España y Portugal son países que beben el uno del otro que de alguna forma se siguen dando la espalda?

Alicia Tamariz: No sabría decir si a nivel formal o histórico se dan la espalda. Personalmente sí valoro mucho la calidad artística de los músicos portugueses de ahora. Salvador Sobral o Julio Resende, que de alguna forma llevan arraigada la música portuguesa en su manera de hacer Jazz y son para mí una gran fuente de inspiración.

Formas parte del CAMM, un escenario muy prolífico para el jazz en los últimos años

Alicia Tamariz: El CAMM ha sido un antes y un después en mi vida. Es un enclave de músicos muy potentes de toda España y me ha ofrecido experiencias súper nutritivas.

Más allá de la parte pedagógica de dar clases, de la que tanto se aprende, me ha vinculado a los increíbles músicos que me acompañan en el disco. Por ejemplo, entre clases, conocí a Carlos Cortés Bustamante, guitarrista y percusionista gaditano afincado en Málaga, quien ha terminado siendo el productor musical del disco.

¿Qué destacarías de lo que está pasando en la ciudad?

Alicia Tamariz: He vivido en distintas ciudades de España y Sudamérica, y siento que Málaga tiene ingredientes que la hacen muy especial. Tiene la magia geográfica y cultural de Andalucía. Los extranjeros que visitan y residen aquí, que quizás dan pie a más conciertos en vivo. Luego también existe una curiosa conexión con músicos de Jazz de Barcelona que enriquece mucho la escena musical.

Y sobre todo, un seminario y festival de Jazz internacional, que se celebran anualmente con maestros del más alto nivel, atrayendo a estudiantes y profesionales de toda la Península y generando un ambiente muy natural y positivo alrededor de esta música.

Marco Mezquida ha alabado tu primer trabajo. ¿Con empujón así se te abren muchas puertas?

Alicia Tamariz: Marco es una persona entrañable y un músico exquisito. No sé si abrirá algunas ́puertas ́ el hecho de tener un texto suyo en el disco.Pero sin duda, a mí me ha aportado mucha confianza recibir sus palabras.

Es de por sí un pequeño éxito haber podido emocionar a un músico a quién admiro tantísimo. Y le agradezco mucho haber dedicado estas líneas.¡¡Si yo fuera programadora de algún festival, sí tendría en cuenta la opinión de Marco Mezquida!! (jajaja)

¿Qué esperas conseguir con Aletheia y hacia dónde te quieres dirigir, que mundos quieres explorar en el futuro?

Alicia Tamariz: Aletheia, es para mí un nuevo punto de partida. Necesitaba experimentar el grabar un disco. Y he aprendido muchísimo. Ahora lo que quiero es vivir de tocarlo en directo, llevando la música a los contextos y condiciones donde se disfrute mejor.

Lo bueno de mis canciones es que se adaptan muy bien a formatos más pequeños o más grandes. Así que se abren muchas posibilidades ¡Y la verdad es que ya tengo ganas de grabar de nuevo! No he dejado de componer y el estilo sigue desarrollándose por sí mismo. Tengo 2 ó 3 repertorios entre manos que podrían ser discos, cada uno distintos entre sí. También me gustaría incorporar el tocar la guitarra en directo (fiel amiga que me acompaña al componer).

Incluso imagino vestir los conciertos con un pequeño hilo argumental, algo que en realidad ya está ocurriendo poquito a poco. Últimamente uso unos naipes que llevan escritos los títulos de las canciones, y dándolos a elegir vamos co-creando, junto al público, el orden del repertorio. Suceden cosas bonitas e imprevisibles que hacen más vivo y único cada concierto.Me encanta tener muchas ideas esperando a ser realizadas y sentir que esto no se acaba. Es algo muy bonito del arte, ¡que no tiene fin!

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