Xose Miguélez

Xosé Miguélez: «Hacer un segundo buen disco siempre es más complicado que el primero»

«Contradictio» del saxo gallego Xosé Miguélez es uno de esos discos que no podemos dejar de escuchar en lo que llevamos de año. Sobre todo porque, como también descubriremos a lo largo de la entrevista que sigue, es un disco honesto. La honestidad, en los tiempos que corren, no es precisamente un valor que cotice al alza y por eso en «Contradictio», encontramos ese sonido tan especial, libre de artificios y cercano.

En el que es su segundo álbum, publicado al igual que su «Ontology» con Origin Records, nos encontramos además de al proprio Miguélez, con músicos de la talla de Jean-Michel Pilc al piano, Marcos Cavaleiro en la batería y Carlos Barretto al contrabajo.

Tras una etapa inicial en la música tradicional gallega, Miguélez se interesa por el mundo del jazz cuando entra en contacto con Alberto Conde, que le abre una puerta a un universo completamente nuevo. Esto es lo que nos ha contado.

¿Cómo entras en el mundo del jazz?

Xose Miguélez: Conozco a un tremendo músico que gallego que se llama Alberto Conde, que me llama para formar parte de un grupo que tenía el de fusión entre el jazz y la música tradicional. Y en ese grupo tocaba gaitas y flautas.

Y ahí fue donde tuve un poco mi primer contacto con músicos de jazz desde dentro, donde entro en contacto con la improvisación. Y la verdad es que me pareció increíble que tuviera la capacidad de participar en esa música maravillosa sin necesidad de tener nada escrito. Es ahí cuando despertó mi interés por aprender a improvisar y después por aprender también a tocar el saxofón.

A partir de ahí me fui a Oporto, a estudiar en la Escuela Superior de Música. Y después a Londres, donde hice un master en jazz en la «Guildhall School of Music and Drama».

¿Cómo fue esa experiencia en Portugal? Personalmente me parece una de las escenas más interesantes del continente europeo y a veces tal vez no se le presta tanta atención como merece

Xose Miguélez: Pues estoy totalmente de acuerdo contigo en las reflexiones que haces, quizás aquí en Galicia por el tema del idioma y que somos vecinos, tenemos probablemente más relación con ellos que el resto de España. 

Y bueno, en mi caso la verdad es que cuando yo empecé a estudiar jazz, en Oporto ya existía la licenciatura en jazz y en España todavía no había ninguna ningún conservatorio que ofertase estudios de este tipo. Cuando llegué allí estaban las primeras promociones del curso de jazz y me encontré con un montón de músicos portugueses, profesionales ya de muy buen nivel y eso me hizo crecer muchísimo como músico.

En Portugal hay muy buen nivel musical y mucha afición al jazz y tanto Oporto como en Lisboa hay muy buenos músicos y muy buena escena. Es una pena que no haya toda la relación que debería con nuestro país vecino, pero si vas allí puedes alucinar con la cantidad de músicos increíbles que hay, con la cantidad de festivales que tienen y no solo a nivel jazz, sino a nivel musical en general. 

De hecho, si te fijas en «Contradictio», tengo la fortuna de contar con dos músicos portugueses de primer nivel como son Carlos Barreto, que es un contrabajista ilustre en toda Europa y Marcos Cavaleiro, que precisamente lo conocí cuando antes a estudiar en Oporto y hoy por hoy, es de los bateristas más más cotizados de Portugal.

Cuentas también tu biografía que parte de tu formación también ha sido en Estados Unidos

Xose Miguélez: Lo cierto es que he tenido la oportunidad de estudiar por videoconferencia con varios músicos estadounidenses como Chris Cheek, Ethan Iverson y sobre todo con Matt Otto, que es un saxofonista de Los Ángeles, pero que vive ya desde hace muchos años en Kansas City y que fue el productor de mi disco anterior.

Y aunque estuve varias veces en Estados Unidos, toda mi relación con los músicos americanos es a través de videoconferencia y bueno, una de las ventajas de las nuevas tecnologías es que te permite estudiar con con músicos que están lejos, hacer cosas que antes no se podían hacer.

¿Cómo es estudiar música por videoconferencia? No sé hasta qué punto cambia con respecto a lo que puede ser una clase «en persona»

Xose Miguélez: Es bastante parecido a atender una clase personal. La única diferencia y que se echa de menos muchas veces es que no puedes tocar al mismo tiempo, no en tiempo real, con el músico con el que estás estudiando. Pero el resto de las cosas, la verdad es que es muy parecido. 

Y digamos que soy un poco pionero en ese aspecto porque ya cuando acabé de estudiar en en Londres 2009, empecé a estudiar con con diferentes músicos a través de videoconferencia y la verdad es cuando llegó el confinamiento y la pandemia, pues bueno, tenía ya un poco avanzado en ese aspecto, el cómo trabajar por videoconferencia; algo que después me tocó a mí como profesor de conservatorio.

quartet1

No sé si sabes que en Caravan somos grandes admiradores de Ethan Iverson

Xose Miguélez: Con Iverson realmente lo que estuve estudiando es piano, porque aunque yo no sea un gran pianista, sí que me gusta tocarlo porque creo que me hace ser mejor un músico y es un instrumento que me interesa también a nivel de arreglos y de composición. 

Además es uno de mis músicos favoritos y es un privilegio tenerlo de profesor, poder estudiar con él.

Se dice que muchos discos que se publican hoy en día, son «hijos de la pandemia». ¿Crees que este es el caso de «Contradictio»?

Xose Miguélez: Lo cierto es que «Contradictio» es justo anterior a la pandemia. Cuando grabé «Ontology» le envié la grabación a Jean-Michel Pilc y fue él el que el qué me propuso de forma bastante sorpresiva e ilusionante para mí la posibilidad de tocar juntos porque iba a estar de gira por por Europa. 

Fue en ese momento, en verano de 2019, cuando montamos el cuarteto, justo antes de de la pandemia. Hicimos un par de conciertos y teníamos reservadas un par de fechas más en Lisboa y la sesión de grabación. Fue en ese momento cuando comenzó el COVID y tuvimos que parar el proyecto hasta el otoño pasado, cuando organizamos otro par de conciertos y pasamos a grabar.

¿Cómo fue el tener un proyecto prácticamente a punto de salir, a tener que pasar meses encerrado en casa y sin saber realmente qué iba a pasar?

Xose Miguélez: Fue un shock, como supongo que para todos los músicos y para toda la la gente. De repente a mí me pilló en una época muy activa en cuanto a conciertos y en cuanto a agenda y fue pasar como de cien a cero a cero en en nada.

Fue un poco reubicarte mentalmente y entender que podría ser beneficioso para mí como persona y como músico durante esa época. Yo aproveché un poco para estudiar, escribir algo de música, reflexionar un poco sobre prioridades y qué cosas te te interesan. Sobre cosas como qué tipo de músico quieres ser, qué tipo de persona quieres ser. Ese tipo de introspección que todos tuvimos o más o menos en en esa época. 

Por suerte la verdad, como músico pude retomar muy rápido a la actividad. Ya en el confinamiento me acuerdo que pude hacer un concierto con el contrabajista Xacobo Martínez en Santiago, y que aquello parecía un meeting de Kim Jong-un con toda la gente sentada en fila, de forma muy extraña. 

Pero por suerte pude tocar mucho durante la época del COVID. A algunos músicos nos pudo beneficiar entre comillas el hecho de que hubiera muy poca circulación de músicos extranjeros. Pudo hacer que algunos festivales que continuaron con su actividad, tuvieran que contar con con músicos de proximidad y en mi caso yo creo que me benefició bastante.

Apuntabas a que tuviste la oportunidad de pensar sobre el tipo de músico que quieres ser. ¿Qué tipo de músico quieres ser?

Xose Miguélez: Pues yo diría que un músico honesto en primer lugar, y eso es difícil. Supone que tienes que hacer la música que realmente quieres hacer y supone que tienes que tocar como quieres tocar, como escuchas la música.

Y eso a veces, no es realmente la idea que tenías de ti mismo como músico. Siempre tienes unos clichés o unas figuras que son determinantes en tu trayectoria y músicos que te influencian y como los que quieren sonar y de repente, en algún momento te puedes dar cuenta que ese no es el tipo de músico que tu vas a ser. Y, a veces, aceptar eso es difícil.

Pero en el momento que lo aceptas, acabas encontrando una versión de ti mismo que probablemente va a ser más honesta para ofrecerle al resto del mundo y que seguramente el resto de las personas van a apreciar más, porque no vas a ser una copia de algo que ya existe.

De este tu segundo disco cuenta que en su origen hay una cantiga de tu tía-abuela Amparo.

Xose Miguélez El primer disco, «Ontology», está basado en un motivo de cuatro notas que descubrí en una cantiga recogida por una musicóloga suiza que hizo trabajo de campo aquí en Galicia, a finales de los 70 y principios de los 80.

Entonces, rebuscando en uno de los cancioneiros, encontré que había grabado una cantiga mi tía abuela. A partir de ahí utilicé, digamos ese motivo de cuatro notas que aparecía en la cantiga y compuse todas las melodías del disco anterior. 

En este disco el concepto de es diferente. Lo único que conserva del anterior es la composición que le da nombre al propio título. Queríamos salvarla y volver a grabarla con una instrumentación diferente para tener también un hilo conductor entre el disco anterior y este.

Pero el resto del de las composiciones son temas basados o en estándares en las que se introduce una melodía nueva encima de armonías de standard (es el caso de «Meniña», que es una melodía tradicional gallega que funciona perfectamente por encima de la melodía de Caravan), o estándares.

En tus dos discos combinas tanto standards como composiciones propias. ¿Con qué te sientes más cómodo? ¿Qué es lo que te hace disfrutar más a nivel musical?

Xose Miguélez: Son sensaciones diferentes porque bueno, cuando tocas una composición tuya es muy agradable desde el punto de vista de que es tu propia creación.

Y cuando interpretas sobre los estándares la sensación es diferente. La ventaja es que un estándar lo llevas tocando durante décadas y llegar a tener ese nivel de libertad a la hora de improvisar con una composición propia es muy difícil de conseguir. 

Tienes cosas buenas por un lado y cosas buenas por otro. Lo ideal sería poder tocar tus propias composiciones durante mucho tiempo. Y eso fue lo que intentamos hacer con «Ontology», que es una composición que ya tiene cierto recorrido y puedes ver tu tu propia evolución.

Pero eso es un lujo que casi nunca sucede. Las composiciones tienen un recorrido bastante corto; normalmente las tocas, las grabas, las tocas durante un par de años y se acabó. Con un estándar, lo estés tocando durante toda tu vida, entonces es una relación más íntima y que después te da mucha libertad a la hora de improvisar y a la hora de expresarte.

¿Te esperabas la gran acogida que ha tenido este disco? ¿Con todas estas críticas tan positivas que está recibiendo?

Xose Miguélez: No y sí porque el el punto de partida de «Ontology» era muy bueno, para mí fue un punto de inflexión muy grande por muchas cosas.

Primero por haberlo podido grabar en Estados Unidos, que fue una sorpresa que la idea y acabó siendo una experiencia muy positiva, el poder grabar con músicos de allí. Eso me hizo crecer mucho como músico y también me hizo conseguir un contacto importante, que es que el disco anterior lo haya publicado una editorial tan importante como Origin Records

Entonces, digamos que eso fue, pues una sorpresa muy, muy agradable y al mismo tiempo también un punto de partida importante para el segundo disco. Los contactos se hacen con el primer disco, la gente que escribe sobre él y demás…estás un poco a la expectativa, lo cual lo hace más fácil y al mismo tiempo también tienes una responsabilidad añadida.

Y después el hecho de que estuviese ya Jean-Michel Pilc como colíder del del cuarteto, pues también me da muchas garantías porque es un músico con mucha experiencia y con una trayectoria bestial y con un nivel musical brutal.

¿Es más difícil hacer un segundo gran disco que debutar cuando no te conocen tanto?

Xose Miguélez Yo creo que el segundo disco es el más difícil, sin duda, y no lo digo solo por mí. Hay un montón de primeros buenos discos o por lo menos discos decentes. Pero hay muchos malos discos segundos, que son muchos peores que el primero.

Hacer un segundo disco mejor que el primero, cuando tienes un primer disco bueno, creo que es muy complicado. Creo que el acierto es saberte rodear de gente que te ayude, que tenga más experiencia que tú y que te diga un poco realmente la línea a seguir para no hacer una segunda versión peor del primer disco, que es lo que muchas veces creo que que nos sucede a los artistas.

Deja un comentario

Escribimos en Caravan