Brad Mehldau. Probablemente este sería uno de los primeros nombres pronunciarían mis labios si, en un más que improbable devenir de mi vida cotidiana, alguien me parase por la calle y me preguntase sobre quién considero que es en estos momentos, la mayor estrella internacional en el mundo del jazz.
El pianista, nacido en Jacksonville (Florida) en 1970, ha publicado en sus más de 30 años de carrera, algunos de los álbumes más importantes del género en el siglo XXI y entre sus méritos, destacan la actualización del trío como fórmula musical maravillosa, o tras años de distanciamiento, un nuevo acercamiento del jazz a la cultura popular.
Como suelo explicar cuando escribo este tipo de artículos (véase Miles Davis, John Coltrane o Charles Mingus), lo que siguen a continuación no son sus diez mejores discos, ya que tiendo a desconfiar de este tipo de rankings, pero sí una selección muy personal de lo que más me gusta, me conmueve, me impresiona.
En esta primera parte de nuestro reportaje especial, he seleccionado cinco discos que el pianista publicó entre 1990 y 2005. En el próximo, llegaremos con otros cinco discos a su música más actual.

MoodSwing (1994)
(Joshua Redman, Christian McBride, Brian Blade, Brad Mehldau)
Hay veces que los astros se alinean correctamente, cuatro enormes artistas entran en el estudio de grabación y el resultado se traduce en un auténtico discazo. Esto es exactamente lo que ocurrió en 1994 con «MoodSwing» el tercer álbum de ese enorme saxo que responde al nombre de Joshua Redman y al que acompañaban Christian McBride al bajo, Brian Blade a la batería y por supuesto, Brad Mehldau al piano.
Compuesto por nueve temas originales, Redman estiraba los límites del Hard Bop, empujándolos a nuevos terrenos, que sin salirse de la tradición de la que venía como young lion los llevaba directamente al siglo XXI en temas como «Chill», un introspectivo vamp en mí bemol menor, que Mehldau convertía en toda una declaración de intenciones de lo que vendría después.
La talla de los integrantes de este grupo les llevó pronto a encarar carreras por separado y no tardaron en poner en marcha sus propios proyectos. Los cuatro no volverían a coincidir en un mismo álbum hasta 26 años más tarde, cuando en 2020 y encabezados de nuevo por Redman, lanzarían otra maravilla de álbum: «Round Again»

Songs: The Art of the Trio Volume Three (1998)
(Brad Mehldau, Larry Grenadier, Jorge Rossy)
Tras el éxito de MoodSwing, Brad Mehldau decide poner en marcha su propio proyecto y en 1995, presenta «Introducing Brad Mehldau» un disco que también serviría para dar a conocer a uno de los mejores tríos de jazz del siglo XXI, formado además de por el propio Mehldau, por Larry Grenadier al contrabajo y por el español Jorge Rossy a la batería.
Juntos publicarían entre otros trabajos, una serie de discos que llevarían como etiqueta identificativa la frase «The Art of the Trio» y cuyas composiciones se repartían en cinco volúmenes diferentes publicados entre 1996 y 2000. Personalmente, me resulta complicado decantarme por uno de los álbumes que forman parte de esta serie, pero si tuviera que escoger únicamente uno para llevarme a una isla desierta, probablemente metería en la maleta este «Songs: The Art of the Trio Volume Three».
El disco, como explica Nate Chinen en su «Playing Changes», «revela hasta qué punto él (Mehldau) y su trío estiraron y personalizaron las convenciones del jazz moderno, dictando nuevos términos sin descartar los antiguos. Muestra lo mucho que Mehldau ha roto con la cuadrícula establecida del pianismo bebop, que relega la mano izquierda del intérprete al acompañamiento de acordes mientras la mano derecha toca líneas elaborativas».
En cuanto al repertorio, además de temas originales, introducía lo que se convertiría en una de las grandes marcas de la casa: las covers de grandes éxitos del rock y, muy especialmente, de Radiohead. En este caso nos encontramos con el “River Man,” de Nick Drake, y “Exit Music (For a Film),” de Radiohead…publicándola tan solo un año después de que el grupo británico la convirtiese en uno de grandes temas de su «OK Computer».

Largo (2002)
Larry Grenadier, Justin Meldal-Johnsen, Darek Oleszkiewicz, Matt Chamberlain, Jim Keltner, Jorge Rossy, Victor Indrizzo, Jon Brion
A mediados de los años 90, Mehldau se trasladó brevemente desde Nueva York a Los Ángeles, ciudad en la que buscaba un estilo de vida menos frenético y en la que tomar cierta distancia de la escena de la Costa Este.
Es aquí donde entra en contacto con el productor, compositor, cantautor y multiinstrumentista Jon Brion, quien le anima a iniciar una temporada como músico residente en un club llamado «Largo». El club se había convertido en un imán para la música que se «salía de los márgenes» y en una noche cualquiera, Brion podía acompañarse en el escenario no solo por Mehldau, sino por artistas como Fiona Apple o Aimee Mann, llevando a cabo jam sessions tan locas como estupendas, llenas de energía y ganas de hacer cosas nuevas.
Esta colaboración se plasmaría en «Largo», un disco que fusiona el jazz de cámara, con el indie pop y en el que Mehldau se adentra por primera vez (no sería la última) en en el rock de los años setenta. Junto a su ya clásico trío, encontramos a los bateristas Jim Keltner y Matt Chamberlain, además de temas en los que suenan todo tipo de instrumentos como trombones, oboes, flautas, clarinetes y fagots.

Live in Tokyo (2003)
Brad Mehldau
No hay pianista de éxito en el mundo del jazz capaz de resistir la tentación del piano desnudo sobre el escenario. No lo hizo Bill Evans, no lo hizo Keith Jarret y por supuesto, Brad Mehldau no iba a ser una excepción.
Tan solo un año después de esa explosión de la explosión pirotécnica de «Largo», publicaba «Live in Tokyo» su primer álbum en directo y en solitario (su primer álbum de solo al piano fue el «Elegiac Cycle» de 1999). El que fue además su primer disco para Nonesuch, fue grabado el 15 de febrero de se mismo año en el Sumida Triphony Hall de la capital nipona.
Además de algunos de sus temas más conocidos, como su ya imprescindible «Paranoid Android», el programa del concierto incluyó material de artistas como George e Ira Gershwin y una maravillosa versión del «Monk’s Dream» de Thelonius Monk.
Musicalmente, el disco recuerda a la pasión de muchos discos de Jarrett, con piezas llenas de detalles sin que puedan calificarse de florituras; de una forma de tocar casi obsesiva en la que desde un plan previo y bien trenzado, surgen un torrente de ideas, de variaciones improvisadas mientras toca… liberando todo tipo de emociones.
Tras este «Live in Tokyo», Mehldau volvería a grabar en solitario en contadas ocasiones, como en el «Live in Marciac» del año 2006, su revisión de la obra de Bach («After Bach») en 2017 o en 2020, cuando con «Suite April 2020», presenta una reflexión melancólica de la experiencia que le supuso el confinamiento pandémico.

Day is Done (2005)
(Brad Mehldau, Larry Grenadier, Jeff Ballard)
Con la publicación de «Day is Done» en 2005, el histórico trío del pianista se recompone y Jeff Ballard pasa a sustituir a Jorge Rossy como baterista.
Los aficionados, que temían que el cambio podía llevar a que se perdiese la esencia de lo que es un «álbum en trío» de Mehldau pudieron respirar tranquilos en cuanto salió a la venta. Porque para demostrarlo, Mehldau comienza en disco exactamente como esperaban que hiciera: versionando a Radiohead («Knives Out»).
En comparación con otros discos grabados en trío sin embargo, este es un disco bastante intenso, que deja al oyente pocos momentos para «respirar» y, de hecho, con la excepción del tema para piano solo «Martha My Dear», el disco completo se grabó en tan solo un día, para lo que el trío no necesitó más de siete horas.
El título del disco vuelve a homenajear a Nick Drake, su otro artista fetiche y toma el nombre de una melodía que se incluía en el primer lanzamiento del cantautor británico. En muchos de los temas de este álbum, el enfoque de Mehldau pasa por ampliar y estirar el material original con el que fue compuesta la canción, a vejeces alterándolo rítmicamente como en «50 Ways» o alterando la armonía de la melodía como en «She’s leaving home»…de una forma similar a la que solía hacer Coltrane en sus grandes cuartetos.
Muy buena selección, por supuesto que no los he escuchado a todos. Live in Tokyo me parece sublime, la expresión de un músico en solitario da para disfrutarlo en todo su carácter y experiencia. Gracias por las sugerencias, ya pe pongo en vías de conseguir los otros. Un saludo desde Uruguay.