LPW30TK

Cómo escoger un buen tocadiscos para escuchar jazz y no arruinarse en el intento

Nos guste más o nos guste menos, el vinilo está de vuelta. Y las opciones para reproducir esos discos de 12″ se han multiplicado en los últimos años. Tanto, que a partir de poco más de 40 euros podemos decir que vamos a escuchar música analógica en casa. El problema para muchos es que con una oferta tan amplia no es fácil dar con esa fórmula «triple B» ganadora: bueno, bonito y barato. ¿Qué os recomendamos en Caravan? Vamos a verlo.

Más que un modelo concreto (al final escoger un plato es algo muy personal y que depende de muchas circunstancias), os ofrecemos algunas pistas para que vuestra próxima inversión merezca la pena… sin que tengáis que volver a hipotecar vuestra vivienda. A continuación os ofrecemos diez consejos para que vuestro próximo giradiscos suene estupendo sin que tengáis que invertir demasiado dinero.

  • El primero es tal vez es el más básico, pero es fácil caer en esta trampa. Huid como de la peste de esos tocadiscos de aspecto vintage que parecen más un artículo de decoración que un equipo musical. Los reconoceréis porque además suelen ofrecer características como «altavoces» incorporados y envoltorios de lo más variopintos que van desde una «antigua gramola» a una maleta.
Parece un tocadiscos pero no lo es

  • Para el nivel de precios en los que vamos a centrar este artículo (entre 100 y 600 euros) hay una característica que es importante que tengáis en cuenta: si el tocadiscos es de correa o de tracción directa. En el primer caso, el plato en el que se apoya y gira el disco es puesto en movimiento por una correa hecha de caucho natural o sintético; en el segundo, el plato en el que se apoya y gira el disco está unido directamente al motor del giradiscos. A menos que no seáis DJ’s (es decir, tengáis que cambiar de disco en el momento adecuado) o queráis trabajar con distintas velocidades para crear efectos de sonido, resulta más interesante apostar por un modelo de correa. No solo porque ahorraréis algo de dinero (tampoco muchísimo), sino porque en géneros como el jazz conseguiréis un sonido más limpio.

  • Algo similar podemos decir de la forma del brazo. Mientras que los brazos rectos suelen ser los ideales para reproducir música sin complicaciones, los que tienen forma de S están pensados para que los DJ’s puedan sacar más partido a la hora de intercambiar platos. En todo caso, tened en cuenta que esto no afecta a la calidad de la música.
Tocadiscos Audio Technica
Este es el aspecto que suele tener un tocadiscos orientado al mundo DJ
  • Una cosa en la que sí os tenéis que fijar es si el equipo dispone de un sistema de anti-skating y qué cantidad permite compensar. A medida que el brazo se desplaza a través del disco de vinilo, se produce una fuerza lateral que altera el ángulo de la cápsula en el extremo del brazo. Normalmente, el brazo cuenta con un ajuste anti-skating para compensar esta fuerza. Los modelos de gama media-alta pueden llegar a 7 niveles, pero un equipo que cuente con 3-4 es perfecto para la mayoría de los usuarios.

  • La otra que no podéis dejar pasar es la alineación vertical. Lo ideal es que la aguja recorra el surco del disco de forma paralela al plato, sin que se hunda mucho en el surco ni que «levite». Conseguir esto de forma natural es muy complicado, por lo que muchos tocadiscos disponen de un sistema de «pesas» en el extremo del brazo que facilitan esa alineación. Es lo que se conoce como vertical tracking angle (VTA) y su correcto ajuste consigue un sonido más claro, especialmente en los agudos. Si no lo tiene, malo.
audio technica at33sa ASTR1800
Cápsula fonocaptora y aguja
  • Los elementos más valiosos y delicados de un tocadiscos son la cápsula fonocaptora y la aguja. En los tocadiscos más baratos ambos elementos son fijos, mientras a partir de una gama media los podremos sustituir. Yo siempre recomiendo a este segundo modelo por dos motivos principales. El primero, es un modelo que no permita cambiar estos elementos nos va a obligar a prácticamente cambiar de tocadiscos en el caso de que la aguja de rompa o tengamos algún tipo de problema en la cápsula. En segundo lugar, un modelo que sí permite sustituciones, nos va a permitir alargar su vida útil e incluso mejorar sus prestaciones si así lo deseamos.

  • Tened en cuenta el equipo que tenéis en casa. Algunos modelos de tocadiscos ofrecen un pequeño pre-amplificador que se encargará de empujar la señal analógica a vuestros altavoces. Otros no. En este segundo caso, necesitaréis adquirir también un preamplificador phono. Si no lo hacéis, descubriréis que el tocadiscos o no se escucha o se escucha muy bajito. Estos dispositivos apenas ocupan espacio y podéis conseguirlos por unos 50 euros si no queréis invertir demasiado dinero.

  • Valorad la calidad de los materiales. Los tocadiscos más baratos suelen estar construidos en plástico de escasa calidad y en gamas medias os encontraréis con mejores plásticos, metales y/o bases de madera. Tened en cuenta que cuanto más ligero y endeble sea el conjunto, no solo se desgastará o se romperá con más facilidad, sino que además estará más expuesto a vibraciones, lo que repercutirá directamente en la calidad de la música. Esto es especialmente importante en el brazo. Cuanto más delgado y endeble sea, más vibraciones y «ruido» provocará.

  • Algunos tocadiscos ofrecen conectividad Bluetooth como una característica destacada. En mi opinión, es algo que tiene poco sentido si lo que os interesa es esa calidez que ofrece la música analógica. En este caso lo que hará el dispositivo será convertir la señal del vinilo en ceros y unos y comprimirla, para después enviarla a vuestros auriculares inalámbricos. Para esto no necesitáis un tocadiscos, basta que os conectéis a vuestro móvil y utilicéis Spotify.

  • Finalmente, podemos decidir si queremos un tocadiscos automático o manual. En el primero la aguja se situará automáticamente sobre el plato mientras que en el segundo, seremos nosotros los que deberemos hacer todo el «proceso». Es cuestión de gustos, aunque probablemente el ajuste automático encarecerá ligeramente el precio del plato.

En modelos más caros (muchos pueden superar los 1.000 euros sin problemas) se tienen en cuenta otras consideraciones como modelos de aguja o tipos diferente de cápsulas. Creedme: ese es un «pozo sin fondo» en el que a menos que seáis audiófilos empedernidos y no os importe gastaros una cantidad indecente de dinero, no os conviene entrar. Así las cosas, llega el momento clave. ¿Qué tocadiscos os recomendamos? Lo más sencillo sería deciros que teniendo en cuenta todo lo anterior, el mejor que podáis pagar sin que os duela.

Si nos mojamos un poquito más, os diría que modelos que se mueven en un rango de precios de entre 250 y 400 euros van a cumplir con creces para la mayoría de vosotros y fabricantes como Audio Technica, Denon o Sony cumplen bastante bien en esa relación calidad-precio que tanto nos interesa. Para bolsillos más holgados, marcas como Onkyo o Cambridge Audio son sinónimo de calidad garantizada.

Dicho lo cual, de poco os servirá tener un estupendo giradiscos si al final lo que vais a poner sobre el plato no es un vinilo de verdad y os recomendamos en este sentido, que le echéis un vistazo a nuestro artículo «Vinilo parece pero vinilo no es: la invasión de los discos mutantes de jazz».

Deja un comentario

Escribimos en Caravan