Hace tiempo que queríamos entrevistar a Julián Viñales. El editor y alma mater de Libros del Kultrum lleva unos años agitando la industria editorial y demostrando que la literatura musical no es un género menor, ni mucho menos.
Desde un sello que él mismo define como “pequeñito y guerrillero” han recuperado títulos tan interesantes como las biografía de Nina Simone, Quincy Jones o Keith Jarrett, los estudios musicológicos sobre los orígenes del blues publicados por Alan Lomax y acaban de publicar “Menos que un perro” la supuesta y polémica autobiografía de Charles Mingus.
Nos cuenta en este entrevista que resulta incomprensible que todos estos títulos que se han editado en inglés hace décadas, nunca hayan traducido al español, o que no es capaz de entender cómo hasta ahora no se ha publicado en castellano ninguna biografía de Louis Armstrong que realmente merezca la pena. Pero también nos ha contado muchas otras cosas.
En menos de cinco años, Libros del Kultrum se ha convertido en “La Editorial” para la publicación de libros de música. Es verdad que venías con experiencia tras poner en mecha Global Rythm, pero ¿cómo surge este proyecto?.
Julián Viñuales El proyecto nace a partir de la constatación de que sigue existiendo en lengua castellana un gran vacío bibliográfico en lo que respecta a publicaciones musicales, tanto en lo que es edición comercial como académica.
Eso es lo que me anima a reemprender el proyecto que arranqué en su día en Global Rythm Press. Y que tras una tras un lustro de muy infausto recuerdo en en otra editorial, finalmente me animé a hacerlo de nuevo por mi cuenta en compañía de unos socios que en esta ocasión son prácticamente todos músicos. Eso ha hecho que la aventura sea mucho más llevadera incluso en los momentos más complicados y difíciles.
El gen y sobre todo lo estamos tratando de hacer, desde libros del Kultrum es llenar un poco ese vacío que hay, sobre todo en materia de biografías y autobiografías de músicos y especialmente dentro de lo que sería todo el espectro de la música de raíz afroamericana.
Es verdad que con el tiempo eso nos ha llevado a abrir el abanico a otros formatos, desde cancioneros a crítica musical. Incluso hemos lanzado una colección de ensayo, que se aparta por primera vez de lo que era el objetivo fundacional de la editorial.
Yo os conocí hace un par de años, a partir de que me recomendasen vuestra biografía de Quincy Jones. Luego habéis publicado muchos títulos interesantes relacionados con el jazz y las músicas negras y ahí están las biografías de Keith Jarrett, de Nina Simone.. ¿Pero cómo es tu relación personal con este tipo de música? ¿Qué es lo que más te gusta del soul, del blues o de jazz?
Julián Viñuales La verdad es que yo llegué al mundo de la música afroamericana a través del rock y también del pop, que era lo que más escuchaba en mis años “mozos”, especialmente el rock progresivo.
Siempre me ha interesado esa especie de zona intermedia en la que, por así decirlo, el rock progresivo se solapa con el jazz-rock. Fue así como me fui introduciendo en el mundo del jazz y a partir de aquí, hacia todas esas manifestaciones de música popular que provienen de ese tronco común que es la música afroamericana.
De ahí que en el sello estemos tratando de dar cabida a los grandes del góspel, del jazz, de funk y de tantos otros géneros. También que entremos en contextos importantísimos sobre los estudios musicológicos que se han hecho al respecto.
Para nosotros fue una auténtica maravilla por ejemplo, dar a conocer los textos que Alan Lomax había ido recopilando a lo largo de su vida sobre los orígenes del blues (“La tierra que vio nacer el blues“). La verdad es que uno puede perderse por el resto de sus días, indagando e investigando sobre todo el material bibliográfico que hay sobre estas músicas…porque además es que hay muy poca cosa traducida al castellano.
Si para ser editor en los tiempos que corren es necesario tener buenas dosis de valentía, en vuestro caso hay que tener además muchas ganas e incluso hacer cosas simplemente por amor al arte. Pienso precisamente en “La tierra que vio nacer el blues” de Alan Lomax de la que acabamos de hablar. ¿Qué clase de riesgos se corren cuando se decide lanzar un título así? ¿Se espera recuperar lo que cuesta? Uno no espera que vaya a convertirse en un super ventas.
Julián Viñuales: Ahí está precisamente el gran peligro de esta profesión. Uno no puede basarse en datos empíricos que le vayan a a dar la tranquilidad de puede dar ese paso con la certeza de que no se la va a pegar.
Y en el caso concreto de este libro, pues la verdad es que no las tenía todas conmigo tampoco, pese a ser considerado por todos los aficionados a esta música, como una obra de referencia.Yo estaba convencidísimo de que este libro se había publicado en castellano hace ya muchos años. Y me llevé la gratísima sorpresa al descubrir que no…
Te diré también que sobre todo para ese nicho, para ese perfil de lectores y aficionados, estas son obras que no pasan desapercibidas y que acaban convirtiéndose en long-sellers. En lo que llevamos con Libros del Kultrum, es una de las grandes sorpresas que me he llevado. Es uno de los libros que mejor hemos vendido y creo que va que va a seguir vendiéndose muy bien tanto en España como en América Latina.
Una persona como tú, que rescata tesoros en forma de biografías de músicos afroamericanos, además de rock progresivo también escucha mucha música negra…*
Julián Viñuales: He de confesar que he me que un poco estancado en la música que que que escuchaba en esos años cuando quería dedicarme a tocar la batería. Me quedo en esa “franja oscura y maldita” para los que se denominan a sí mismos “aficionados de verdad” o “ultra ortodoxos”.
Así que con las décadas de las que más disfruto son las de los años 70 y 80, con el último Miles Davis, pero también con grupos como Weather Report o las formaciones más modernas de Chick Corea, como su Elektric Band. Es la época con la que he vibrado más y a la que sigo volviendo. Tampoco dejo de escuchar a los grandes clásicos, por lo que se puede decir que tengo un gusto de lo más ecléctico y variado.
Lo que sí dejé hace ya mucho tiempo es es el rock, pese a que seguimos haciendo algunas cosas en la editorial. De la música más actual intento seguir la actividad de sellos como ECM, que hace muchas cosas interesantísimas, pero al final no llego a todo lo que querría por falta de tiempo.
Uno de vuestros últimos libros es además uno de los más polémicos: “Menos que un perro”. Sobre todo por las circunstancias que rodearon a la redacción de esa supuesta “autobiografía” de Charles Mingus que en realidad de autobiografía nada…pero que desde luego tiene un valor histórico. ¿Cómo surge la idea de reeditarla?
Julián Viñuales: Para empezar, porque era un libro que estaba descatalogado desde hacía muchos años; en su momento había sido publicado por Claudio López. Pero toda esta polémica con el libro de Mingus, a mí me recuerda mucho a la que hubo con el primer tomo de las memorias de Bob Dylan.
En su momento fue un libro muy controvertido, precisamente por el hecho de que es posiblemente lo más opuesto que haya a una autobiografía al uso. En ese sentido la similitud es tremenda, porque lo que hace Dylan en ese primer volumen es una crónica, una pincelada contextual de todo lo que sucedía en aquella época a su alrededor. Y eso decepciona y parece que defrauda a muchísima gente. A mí, en cambio, me parece que como documento de época es interesantísimo.
Más allá de lo que suelen hacer tantos otros músicos, dedicándose más a pasar revista a sus batallitas y a lo que hicieron o dejaron de hacer con determinados personajes. Lo mismo en este de Mingus. Me parece que son textos que hablan más de de la persona, que lo que era su cometido como artistas.
El texto de Mingus me resulta muy cercano y muy auténtico, porque realmente yo creo que habla de muchas cosas que tal vez el aficionado no espere escuchar, pero que a la vez, lo convierten en un libro único en lo que sería la literatura musical.
Que hasta hace muy poco no se hubiesen traducido al castellano las memorias de Keith Jarrett o de Nina Simone es algo casi inexplicable, decías hace no tanto en una entrevista. ¿Crees que hay una falta de cultura musical y no sólo en el público, sino también en la industria?
Julián Viñuales: Yo creo que eso es indudable. Por un lado, el público al que va destinado este tipo de propuestas es ciertamente muy pequeño; estamos hablando de nichos microscópicos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta cómo está montada la industria editorial y cómo funciona la economía del libro en este país. Las grandes editoriales, o incluso la llamada clase media, cuando hacen sus cálculos son plenamente conscientes de que el público al que van dirigido estas publicaciones tiene una dimensión muy modesta, por lo que no siempre pueden justificar esa rentabilidad que exigen los grandes grupos. Esto les lleva a publicar otro tipo de libros.
En cambio, una editorial tan guerrillera y pequeñita como la nuestra puede sobrevivir con ediciones que de media supone vender no mucho más de 2.000 ejemplares.
Esa carencia también se detecta en las librerías, que incluso las más grandes, tienen secciones musicales bastante paupérrimas…
Julián Viñuales: Nosotros hemos tenido suerte de contar con el apoyo de pequeñas librerías independientes, al margen de las especializadas en música.
Pero es verdad que en las grandes librerías se favorece una tipología de publicaciones que tienen mucha rotación, que son más comerciales y que resultan más rentables para sus puntos de venta.
Por desgracia y esto no solo pasa con los libros de música, sino que en general los “libros de fondo” van perdiendo espacio frente a las novedades, que son las que garantizan ganancias mucho más jugosas.
Es un drama y algo contra lo que hay que luchar. Por eso es tan importante hoy en día, el poder llegar a los lectores y aficionados a la música a través de las redes sociales y otros conductos que les permitan saber que todos esos discos siguen existiendo.
Y lo que es peor para algunas editoriales, es que en España se publica cada vez más, a un ritmo que no es sostenible ni para los lectores ni para las librerías
Julián Viñuales: Eso es terrible. Y pese a los “brindis al sol” de algunos y a las pomposas declaraciones en las que se afirma que van a reducir el número de novedades anuales, lo cierto es que eso no sucede y no creo que nadie vaya a tomar esa decisión.
Esa es otra de las duras realidades con las que hay que bregar, cuando además de un tiempo a esta parte, la lectura compite con muchas otras formas de entretenimiento, como las plataformas de streaming, los videojuegos o la propia música.
Estamos en una época en la que aún tiene más mérito el poder mantener a flote una iniciativa de estas características.
Estudiaste arqueología y de alguna forma, lo que haces ahora es arqueología libresca.¿Cómo es el proceso de búsqueda, de desenterrar, de saber que hay algo que cuentan o simplemente de sorpresa porque llega a tus manos?
Julián Viñuales: Hay cierto paralelismo entre ambos mundos, de buscar durante tantos años libros, consultar bibliografía, leer sobre los grandes maestros a los que siempre he admirado.
En ese trabajo me di cuenta en un momento determinado que prácticamente todo lo que estaba leyendo lo estaba haciendo en inglés y ahí es donde se me enciende la lucecita. De repente caigo en la cuenta de que puede haber una oportunidad interesante en el mercado editorial en lengua castellana, si se empiezan a traducir muchos de esos textos.
A partir de ahí, efectivamente me dedico literalmente a excavar en los catálogos de esas viejas editoriales cuyos textos de los años 80, 70, 60 o incluso más atrás, siguen “perdidos”. Y he tenido la gran suerte de recuperar y desenterrar creo que grandes títulos para los lectores en lengua castellana. Eso para mí, todo ese proceso, es una auténtica empresa arqueológica.
Creo que desde mi época de coleccionista de discos, aunque no me considere tal, tengo esa afición por rebuscar en lugares y periodos que parecen haber sepultados en el tiempo. Es lo que me ha ayudado a encontrar cosas maravillosas.
¿En qué otros yacimientos estás excavando en estos momentos … como decíamos antes, cuesta entender que no se haya publicado en España aún algunas de las mejores biografías de Louis Armstrong
Julián Viñuales: Precisamente, estamos trabajando con varias cosas de Armstrong. Tengo unos textos autobiográficos suyos y actualmente estoy tratando de reunir buena parte de todo ese material en un solo volumen.
Pero fíjate que es otro caso incomprensible. Uno de los nombres más grandes de la historia del jazz, del que no hay absolutamente nada publicado en lengua castellana. No se ha publicado nada sobre Armstrong en España me atrevería a decirte por lo menos en los últimos 40 años… Sin duda este es uno de los grandes proyectos que tenemos entre manos y del que esperamos poder daros buenas noticias en breve.
Y por supuesto, entre las grandes olvidadas de la industria editorial-musical también están las mujeres…
Julián Viñuales: Definitivamente. De ahí que nos hayamos animado entre otras cosas a publicar “Música maestra” (Sinead Gleeson, Kim Gordon), una selección de 16 ensayos sobre música y mujeres escritos además por mujeres.
Es una reivindicación importantísima para sobre todo, ayudarnos a entender que la literatura musical está impregnada de tal cantidad de testosterona…escrita por y para hombres, desde hace tantos años…hay muchas cosas por hacer.
En material de biografías y memorias de músicos por ejemplo, con lo que respecta a las mujeres que forman parte del gremio, está prácticamente todo por hacer. En nuestro caso estamos haciendo lo posible por ir tratando de introducir paridad en la oferta editorial; hay que corregir esa concepción que parece que en la industria de la música solo se habla de los hombres.
Buenas noches, Rudy.
Interesantísima entrevista.
Ya he apuntado algunos títulos y estoy siguiendo a la editorial en las Redes para enterarme de sus novedades.
Muchas gracias. Un abrazo.
PD. Creo que no es posible comprarles directamente a ellos, ¿verdad?
Creo que no, que tendrás que ir a alguna librería especializada …