La de Julio Martí es una de las figuras más conocidas dentro del panorama del jazz en España. Ligado históricamente al Festival de Jazz de Madrid (con una historia que se remonta a principios de los años 80), en los últimos años este productor ha impulsado eventos tan populares como “Las Noches del Botánico” y desde hace dos años el nuevo festival “Villanos del Jazz”, probablemente el evento que más ha revitalizado la escena jazzística de la capital en los últimos tiempos.
En Caravan hemos tenido la oportunidad de charlar durante unos minutos con Julio y amablemente ha contestado a algunas preguntas que evidencian no solo el buen momento que vive el jazz en España, sino que también muestran cómo se ven los límites de la escena “desde dentro”. Las que siguen son unas pocas preguntas «al vuelo», pero con varias cargas de profundidad que estamos seguros que no dejarán a nadie indiferente.
La de 2022 es la segunda edición de “Villanos del Jazz” y viene con incluso más conciertos que en 2021. ¿Cómo surge la iniciativa y por qué decidís dar un mayor impulso a la escena del jazz en la ciudad de Madrid?
Julio Martí: Nuestra relación con el ayuntamiento (de Madrid) y con el Festival de Jazz siempre ha sido muy activa durante los últimos 40 años pero habíamos llegado a un momento en el que queríamos coger un nuevo protagonismo.
Queríamos dar más visibilidad al creciente número de grupos y músicos emergentes que nos están pidiendo una mayor difusión. Artistas que evidentemente nos encantan y a los que hemos querido dar más espacio.
Nuestro objetivo es que el Festival de Jazz de Madrid sea lo más potente y referencial posible en Europa. Para ello, además de nuestros propios conciertos, también organizamos espectáculos bajo la marca Villanos en espacios municipales, como pueden ser el teatro Fernán Gómez o en el Auditorio Nacional. La colaboración se desarrolla en todos los ámbitos que nos es posible realizarla.
¿Cómo ha evolucionado la relación entre las administraciones públicas y los promotores privados en los últimos años? ¿Cómo de “sana” es la escena del jazz en España y qué “vicios ocultos” tiene?
Julio Martí: Ha ido evolucionando a mejor y espero que siga evolucionando y dé varios pasos más en los que intentemos optimizar mucho más los resultados y conseguir una sostenibilidad plena del festival, tanto en Madrid como en otras ciudades.
Los vicios de la escena jazzística pasan porque generalmente exige económicamente por encima de lo que valen los artistas, por muy estrellas que sean. Los festivales de jazz están mal acostumbrados a las subvenciones públicas, en el sentido de que los artistas piden unas cantidades exageradas para sus auténticas posibilidades. Es algo en lo que seguimos trabajando y que algunos artistas empiezan a comprender. Un grupo vale básicamente, las entradas que vende.
Para los que nos encanta el jazz y querríamos ir a todos los conciertos, nos encontramos un mes y medio tan estupendo como abrumador, con más de 70 conciertos programados. De cara a futuras ediciones…¿consideráis la posibilidad de realizar dos grandes festivales al año (tal vez el de Madrid en noviembre y Villanos en primavera) o este es un formato que ha venido para quedarse?
Julio Martí: Vamos a ver de qué forma podemos optimizar en los formatos en próximas ediciones. Sí que estamos trabajando en la posibilidad de que haya tarifas especiales para que los que quieran ir a ver más de un concierto puedan hacerlo…y te diría que esto es algo que va a hacerse.
En cuanto a cantidad de conciertos probablemente sea algo que ajustemos en futuras ediciones. Creo que este año ha habido un exceso de oferta que nos ha llevado a tener una programación muy potente, pero también hay que tener en cuenta que hemos encadenado dos años de pandemia, por lo que podría decirse que ha sido un año muy especial.
Lo más probable es que la oferta vaya a reducirse en torno a un 20%-30% de cara al año que viene y a los siguientes.
Viendo el cartel de este año, cuesta encontrar qué grandes figuras no van a pasar por Madrid este otoño (si exceptuamos la gira RoundAgain que solo recalará en Barcelona). ¿Qué artista os ha costado más traer a Madrid este año o de que “fichaje” para esta edición estás más orgulloso?
Julio Martí: Trabajamos para el jazz con total dedicación por lo que diría que no nos dejamos nada pendiente. Traemos lo que podemos traer y que están en consonancia con lo que podemos hacer.
Hoy soy el representante de Mehldau, McBride y compañía, pero lo que quieren cobrar para ese concierto es excesivo para lo que yo puedo ofrecer en Madrid y por lo tanto, no lo hago. Y es un concierto estupendo pero el precio que tiene sencillamente no es viable. Me siento totalmente tranquilo al respecto.
Hay otros artistas que tampoco han venido pero una vez más, la oferta con la que contamos este año es tan amplia que hemos tenido la suerte de poder trabajar con artistas que ya están en gira.
En este incremento de la oferta, ¿qué ambiente percibes en cuanto a público, a afición de lo que en realidad no deja de ser un género minoritario?
Julio Martí: Es cierto que como dices, el público no deja de ser minoritario. No deja de ser un producto nicho. Pero afortunadamente, de la misma forma que crece que público mayoritario para ver música mainstream, también hay más público preparado para escuchar músicas de nicho, ya sea jazz, ya sea clásica.
Hay un número de aficionados muy leales, muy fieles, pero al final corresponde a la realidad del género que es. En la práctica esto va a ser difícil que cambie.
Mientras esto pasa y festivales como Villanos del Jazz son un soplo de aire fresco… los clubs de jazz siguen agonizando en todo el país.
Julio Martí: ¿Es así? No lo sé. Por ejemplo en Valencia tienes clubs como el Jimmy Glass Jazz Bar que están funcionando muy bien.
Y en realidad creo que los clubs siguen funcionando porque así ha sido toda la vida. No los veo agonizando, sino simplemente peleando como han peleado todos estos años.
Se comentó en algún momento que Madrid quería albergar un International Jazz Day. ¿Es un proyecto que crees que veremos alguna vez?
Julio Martí: Esto nunca se podrá realizar porque es un proyecto excesivamente caro. Es caro e incluso “ridículo”.
Organizar el International Jazz Day cuesta más que un Festival de Jazz. Son presupuestos millonarios en los que nosotros no podemos entrar. Y ya lo celebramos todo el año de la mejor forma que se puede hacer, que es haciendo jazz y no haciendo un paripé tremendamente costoso.