Disco de Vinilo

Cómo almacenar correctamente tus discos de vinilo

Hay muchos motivos para enamorarse de los discos de vinilo. Sus maravillosas portadas, el proceso “analógico” que sigue siendo “pinchar” un disco, su valor como objetos de coleccionista y, si contamos con el equipo adecuado, la calidad de su sonido. 

La mayoría de los aficionados os dirán que, con respecto al CD, el del vinilo es un sonido más cálido y natural debido a la forma en la que se graban y reproducen los discos pero también es cierto que según el estado en que se encuentren, pueden tener ruido de fondo y distorsión. 

El CD en cambio suele tener un sonido más claro y nítido, pero carece de la misma sensación de presencia y calidez del acetato. Y mientras que el vinilo tiene un mayor rango dinámico (la diferencia  entre los niveles más altos y más bajos de volumen de una grabación) lo que lo hace especialmente para el jazz ser un formato rico en matices, los CDs tienen una ayer resolución de sonido, es decir, son capaces de almacenar más información. No puede afirmarse de forma absoluta que un formato sea superior al otro y en realidad, dependerá de nuestras preferencias personales el optar por uno u otro. Además hay que tener en cuenta que no todo el vinilo tiene la misma calidad y dependiendo de los sellos, las discográficas o la planta de producción, las diferencias pueden llegar a ser notables. No es por nada, que la mayoría de los aficionados se “pelean” por los vinilos japoneses.

Lo que sin embargo no admite discusión ninguna es que el vinilo es un formato mucho más delicado que el CD y que saber cuidar y mantener nuestros discos es fundamental para que nuestra colección sea “legible” durante muchos años. En este artículo vamos a repasar algunas buenas prácticas para que nuestros discos luzcan tan bien como el primer día. 

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No a la luz, el calor y la humedad

Como muchos sabéis los discos de vinilo están fabricados a partir de policarbonato o cloruro de polivinilo (PVC). Además algunos discos también pueden tener una capa de protección transparente sobre la capa grabada, que los protege de los arañazos y el polvo. Esta capa normalmente es de acetato de celulosa.

Aunque los discos “modernos” son desde luego mucho menos frágiles que formatos anteriores, como los antiguos discos de cera o los más utilizados discos de goma-laca, el vinilo no deja de ser un plástico con tres grandes enemigos: la luz directa, el calor y la humedad.

Exponer nuestros discos a una fuente directa de luz solar durante varias horas al día,  en espacios calurosos, o junto a otras fuentes de calor, como puede ser el contacto con un radiador, puede dañar la cubierta y afectar a la calidad del sonido. Es difícil determinar la temperatura exacta a partir de la cual un vinilo puede sufrir daños (lo ideal es mantener una temperatura de entre 18 y 22 grados), pero por ejemplo, si se deja un disco de vinilo en un coche aparcado al sol durante un período prolongado de tiempo, es muy probable que se deforme y que sufra daños permanentes debido al calor. Esto puede ocurrirnos también en casa, si no los mantenemos en un lugar fresco y seco, ya que una humedad excesiva puede también crear daños irreparables tanto en la carpeta de cartón como en el propio disco. 

A la hora de apilarlos, lo más recomendable es alinear los discos en vertical en una estantería o un estante especialmente diseñado para este fin. ¿Quiere decir esto que no podemos almacenarlos horizontalmente unos sobre otros? Si todo lo que vamos a guardar son unos pocos discos (4-5) no tendría por qué pasar nada, pero a partir de cierta cantidad, no solo es muy poco práctico, sino que el peso puede dañar las ranuras y los surcos de los discos. Si el peso es considerable, corremos además el riesgo de que doblen o se deformen y por otro lado, es una garantía de de que polvo y suciedad se van a acumular en los surcos.

Si los discos que compramos son nuevos, normalmente suelen estar envueltos en una funda de plástico transparente que los protege. Algunos aficionados que solo quieren conservar esos discos como objeto de colección, evitan el sacar el disco de esa funda, pero en realidad es un error. La película es tan fina que con el paso de los años puede que acabe pegándose al cartón por lo que si un día queremos reproducirlos, corremos el riesgo de acabar por estropear la carpeta

Por otro lado, tampoco resulta aconsejable almacenar los discos sin ningún tipo de funda. Y no lo es, por dos motivos principales. El primero, que las fundas de vinilo de alta calidad tienen una capa interna de polietileno que protege a los discos de la humedad, el polvo y otros contaminantes. En segundo lugar, si almacenamos nuestros discos sin enfundar, veremos como por el propio  efecto de la acción de la gravedad, la carpeta de cartón acaba estropeándose en la parte que apoya sobre la estantería. De esta forma, queda mucho más protegida. 

Una vez en la estantería es importante asegurarnos que los almacenamos de la forma más perpendicular posible sobre el plano horizontal, sin que los discos de apoyen los unos sobre los otros. En el caso de que nos sea complicado conseguirlo, una alternativa es cambiar ligeramente su inclinación (de derecha a izquierda o viceversa) de forma periódica (cada 2-3 meses), de modo que mantengamos la estabilidad del disco. 

Si seguís todos estos consejos, nada debería impedir que vuestra colección de discos se mantenga como el primer día durante muchos años.

Mi disco ya se ha deformado, ¿qué hago?

Notaremos que nuestro disco de vinilo se ha deformado bien porque resulta evidente de forma visual (los casos más graves), bien porque descubrimos que la aguja del tocadiscos salta con frecuencia sobre los surcos o que el sonido cambia. ¿Podemos recuperar el disco deformado? Aunque ningún método es infalible, hay algunas cosas que podemos hacer:

  • Coloca el disco en un lugar fresco y seco durante unas horas. A veces, la deformación es temporal y desaparece por sí sola cuando el disco se enfría.
  • Coloca el disco en un lugar cálido, pero no caliente, durante unas horas. A veces, el calor puede hacer que el vinilo se ablande y vuelva a su forma original.
  • Coloca el disco en una superficie plana y pesa suavemente sobre él con algo que tenga un peso constante, como un libro, durante un par de días. Esto podría ayudar a que el vinilo vuelva a su forma original.

Si nada de esto funciona y aún así queremos recuperar nuestro disco, podemos consultar con un profesional especializado en aplanar discos alabeados. Eso sí, ten claro que puede que el servicio acabe costando más que el propio disco nuevo (tal vez lo puedas comprar de nuevo) por lo que recurriría a esta opción solo en casos de coleccionismo, discos descatalogados por completo, etc.

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