Pocos discos nos han impacto más en 2022 que el «Isabela» del saxofonista israelí Oded Tzur. El que es su cuarto álbum como líder, es la culminación de todo su viaje musical en forma de carta de amor a su mujer. Publicado después del «Here Be Daragons» (2020), descubrimos en «Isabela» cinco composiciones que se basan en el concepto de raga, el sistema de estructuras melódicas características de la música clásica india. Cada una de las composiciones del disco resalta un aspecto diferente de la misma raga y, en conjunto, dibujan el retrato de Isabela.
Durante el proceso de composición, el saxofonista también profundizó en el blues y desarrolla un cuerpo musical que se mueve en el espacio que se encuentra entre la música clásica americana y la india. De todo esto y mucho más hemos tenido la oportunidad de charlar con un músico que insiste en su visión holística de la música, en la integración y en la comunión con la naturaleza y el todo.
¿Cuándo te interesaste por la música india y cómo decidiste estudiarla e incorporarla a tu creación musical?
Oded Tzur: En mi primera etapa como músico en Israel, era un apasionado de los clásicos: Dexter Gordon, Charlie Parker, John Coltrane…Y aunque esas eran mis influencias, al mismo tiempo, estaba rodeado de muchos otros géneros musicales que me interesaban.
Creo que estaba buscando una manera de darle sentido a todo eso y buscaba un sistema a través del cual pudiera acceder a todas esas cosas y la música clásica india parecía la respuesta a esa inquietud.Cuando me aproximé a ella. sentí que me daba ese tipo de enfoque holístico que podía englobar a todos esos estilos que me interesaban.
Y no porque sonase como estos, ya que evidentemente suena muy diferente, pero dentro de la música clásica india descubres este enfoque melódico que se llama raga y que tiene mucho que ver con cómo creo que se han desarrollado muchas de las estructuras musicales antiguas, a pesar de que tengan su origen en diferentes lugares del mundo.
Incluso el blues, si lo analizas de esta forma, puedes descubrir que casi el 100% es raga. Es música micro-tonal que cumple con todos los requisitos de la música india. Ves que tiene una jerarquía entre las notas y relaciones muy complejas y que evoca un cierto estado de ánimo tan distintivo que solo necesitas escuchar una frase para decir…oh sí, es un blues. Y lo mismo ocurre con la raga.
A partir de aquí, comencé a estudiar música clásica india con Hariprasad Chaurasia que es un director y flautista muy conocido y tras un tiempo, me trasladé a Nueva York y puse en marcha mi banda.
Me parece muy interesante el paralelismo que haces entre blues y raga pero no sé si además de lo técnico formal…¿crees que ambos estilos tienen una historia compartida, sobre lo que significan a nivel social?
Oded Tzur: Es evidente que en primer lugar hay algunas diferencias. El blues comenzó en el sur de los Estados Unidos, en la voz de personas que se encontraban en una situación de opresión y esclavitud, por lo que las circunstancias en este caso son muy específicas.
Sin embargo de la raga no tenemos muchos registros sobre su origen exacto. Sabemos claro, que comenzó en India, pero el cómo exactamente o en qué circunstancias, es mucho más confuso. Por otro lado, aunque el blues no es música religiosa, creo que comparte con el raga ese componente devocional; es una música que me parece que tiene un propósito más elevado que el puro entretenimiento.
La raga es música que está destinada a una búsqueda espiritual, con un significado que se encuentra en un plano más alto que el de la música para bailar o para escuchar de forma casual. Entonces, en ese sentido, hay cierta similitud.

Creo que entre todos esos estilos que mencionabas antes y que te habían parecido interesantes, también estaba el flamenco. ¿Puede ser?
Oded Tzur: Lo cierto es que nunca llegué a estudiar flamenco de forma profesional, pero es un estilo del que estuve completamente enamorado de joven. Tal vez tenía 20 o 21 años y entonces descubrí a Paco de Lucía, Camarón de la Isla y muchos otros…y algo en mí hizo clic…pero como también lo hizo con la música de los Balcanes, o con la música y sobre todo la percusión de África occidental. Me enamoré más tarde de la música brasileña y por supuesto del jazz. Y eso se convirtió en mi «problema».
Recuerdo ir a la biblioteca en Israel e imprimir no sé, como cientos de páginas sobre flamenco y descubrir cómo su historia tiene que ver con la migración de personas, con la mezcla del cristianismo, el judaísmo y el Islam…como un crisol de culturas. Pero como te digo, había tantas cosas que me interesaban entonces que finalmente tuve que tomar una decisión y tal vez, de forma inconsciente en ese momento, llegué a la música clásica india.
Si hablamos de tus orígenes, me parece realmente fascinante que un país tan pequeño como Israel esté dando en los últimos años tantos músicos de primer nivel para el jazz. Pienso en nombres como Avishai Cohen (ambos) Shai Maestro, Anat Cohen..o o por supuesto tú mismo. ¿A qué crees que se debe?
Oded Tzur: Es una gran pregunta porque es algo en lo que pienso de vez en cuando y no sé si tengo una respuesta perfecta. Pero creo que las circunstancias de la vida en Israel son tales, que empujan a algunas personas a tomarse muy en serio el jazz.
En primer lugar, tienes que tener en cuenta que no hay una música instrumental israelí que puedas escoger, no hay un instrumento representativo como puede ser el caso de la guitarra en España…donde por ese mismo motivo, el flamenco es algo que te rodea. Esto no pasa en Israel. ¿Qué haces? Si quieres tocar este tipo de música, coges un instrumento y entonces o tocas música clásica o haces jazz.
Por otro lado, el jazz tiene mucho que ver con la improvisación, lo cual también podría tener mucho que ver con un cierto tipo de expresión que tiene que ver con el dolor y la pasión, la crisis y un sentido de urgencia. Y creo que en Israel, la realidad que vive la gente puede tener algo que ver con estas cosas. Esas emociones y ese tipo de sentimientos que querrías expresar las encuentras con facilidad en el jazz.
Y esa necesidad de improvisar es algo que en realidad te encuentras en tu vida diaria. Por ejemplo, si conduces un coche en Israel, tienes que hacerlo constantemente. Así que siempre estás rodeado de circunstancias de este tipo, porque Israel no es ni mucho menos un país tan organizado como Estados Unidos o Europa.
Además de en Israel, has tenido la oportunidad de estudiar en Rotterdam, Nueva York… ¿Cómo te han ayudado estas diferentes experiencias y formas de aprender música a crecer como músico y a crear tu sonido único?
Oded Tzur: Ya te he contado lo que supone crecer en Israel y estar rodeado de ciertos elementos culturales únicos. A partir de aquí, creo que lo más interesante de ir a Holanda me ocurrió al poco de llegar, cuando fui a un parque un domingo por la mañana y, observando a las personas que estaban sentadas en los bancos, descubrí en sus ojos que no tenían preocupaciones.
Es decir, estoy seguro de que tenían algunas preocupaciones, pero desde mi punto de vista parecía que eran realmente capaces de disfrutar de ese momento en el banco del parque, un domingo por la mañana; de una manera que tiene un cierto sentido de abandono, una cierta calma que de forma general, no se ve en Israel.
No es un lugar en el que te puedas permitir el lujo de sentarte en un banco, porque cualquier lugar en el que te encuentres está definido por el conflicto y las circunstancias políticas en las que te estás. Por eso fue tan esclarecedor. Me di cuenta de que la gente vive vidas diferentes en lugares diferentes y la música que crean para expresarlas es diferente debido a estas cosas.
Esto es algo que siempre me ha intrigado, porque yo quería encontrar algo que tuviera una naturaleza holística, y en los Países Bajos pude comprobarlo. Cuando llegué a Nueva York, el ritmo volvió a ser diferente y, de hecho, la sensación de urgencia que existe en Nueva York me recuerda más a Israel en algunos aspectos que a los Países Bajos.
Reflexionar sobre esto te hace crecer. Es muy interesante para cualquier persona vivir en lugares diferentes, descubrir cómo cambian sus perspectivas pero a la vez, descubrir también como al mismo tiempo son iguales, aunque no se den cuenta.

Volviendo a «Isabela», en el libreto mencionas que la raga que empleas hace referencia a la estación de las lluvias. ¿Por qué esta raga en particular?
Oded Tzur: Cuando intentaba realizar un retrato musical de mi mujer descubrí que en realidad, era realmente difícil hacer algo así. Es decir…¿puede la música transmitir algo sobre la personalidad de un individuo?
Si haces un dibujo, puedes hacer un dibujo que se parezca a esa persona o puedes hacer un dibujo que sea abstracto, pero aún así puedes decir que esto es tu elección. Pero para empezar, la música es abstracta de por sí, así que, en ese sentido, me basé en mis sentimientos e intenté crear una composición que se pareciera a ella. Esa composición acabó por siendo similar o estando inspirada por esta raga que alude a la estación lluviosa y que recibe el nombre de «Megh».
Lo interesante de esta raga es que no hay ni mayor ni menor, ya que no cuentan con una tercera nota. Es una raga diferente que cuenta con notas largas que se supone que te hacen pensar en la lluvia, en un estado de ánimo muy particular también, que es el que intentaba evocar. Además también está el hecho de que mi mujer es del norte de Brasil, que es uno de los lugares más lluviosos del mundo…y claro todo está relacionado.
Es curioso también cómo la música clásica india ha tenido una gran influencia en el jazz pero no solo en el jazz…Pienso en Ravi Shankar, en los Beatles, Alice Coltrane…
Oded Tzur: Creo que en general, hay un anhelo humano de unir y entender lo que no entiendes y a quién no entiendes. Y ese anhelo básico ha estado en esa conexión entre lo que llamamos oriente y occidente.
Dicho esto, creo que se pueden observar tres generaciones diferentes de estos intentos y ver cómo son diferentes. En la generación de gente como Ravi Shankar, por ejemplo, que tocó con los Beatles, lo que tenías era un músico 100% indio. Claro que a veces colaboraba con otros artistas y eso formaba parte de su carrera, pero no era lo que él era.
Luego está la siguiente generación, gente como Zakir Hussain, por ejemplo, que toca la Tabla. Él también creció en este ambiente. Es un músico clásico indio, pero colabora con otras personas, por ejemplo, toca con Charles Lloyd y participa en otros proyectos. En ese caso va mucho más allá, el jazz representa una parte mucho más grande de su vida. El mundo en el que vive es el mundo en el que la música clásica india es una parte y no el todo.
Y luego está la tercera generación de gente más o menos como yo, en la que el mundo en el que crecimos ya es un mundo así. Podía escuchar a Ravi Shankar y Zakir Hussain en mi ordenador en Israel en los años 90 y principios de los 2000. Eso ya lo tenía delante cuando tenía 20 años, representa el mundo en el que crecí. Y creo que, volviendo a tu pregunta, tenemos que la música clásica india representa quizás la mayor tradición de música improvisada de la historia y que por supuesto, el jazz también es música improvisada.
Hay una correlación que entonces es muy interesante, sobre todo si tienes en cuenta que en la música clásica india hay menos notas, se utilizan muy pocos materiales para hacer mucho, y todo es improvisado…y eso creo que inspira y despierta la curiosidad de los músicos de jazz.
Has grabado con ECM. ¿Cómo llegaste al sello? Porque creo que es un sello con un sonido muy distintivo, algo que puedes reconocer casi desde el primer momento. No sé si esto es algo que tu buscabas
Oded Tzur: Bueno, en primer lugar, para mí personalmente, siempre espero que mi música dé a la gente la sensación de que, si cierran los ojos, reconocerían que se trata de esta banda. Y estoy muy orgulloso de que al menos a veces se sienta así.
En cuanto a ECM, la razón por la que es un honor estar en ese sello, y estoy tan contento de colaborar con Manfred es que la calidad del sonido es extraordinaria. Ver a Manfred en el estudio trabajando en la mezcla con el ingeniero de sonido y escuchando cómo suenan los instrumentos en directo y cómo deberían sonar después de la grabación es muy inspirador.
Creo que cuando publiqué mi primer álbum, Manfred lo oyó, no sé exactamente cómo, y se dio cuenta de lo que quería transmitir con mi música. Luego publiqué otro álbum, y en un momento dado empezamos a relacionarnos, y ya mi tercer álbum lo publiqué en ECM. Así es como surgió todo.
Y como última pregunta de esta entrevista, ¿en qué proyectos está trabajando actualmente cuando viene a España?
Oded Tzur: Siempre que me inviten, vendré a España. Me encantaría venir a España. En lo que estoy trabajando ahora es en mi próximo álbum. Empecé a componer mi quinto álbum, y espero grabarlo en algún momento de este año.
También estoy trabajando en algunas giras por Europa en 2023 y en una aplicación que acabo de lanzar y que tiene que ver con la visualización del tiempo y el ritmo. Facilita que los músicos puedan trabajar visualmente con patrones espaciales y formas musicales mientras tocan. Es algo muy personal y que está inspirado por la complejidad que muchas veces tienes la grabación de música clásica india, que digámoslo así, a veces tiene compases muy complicados.