Evenings at the Village Gate: Impulse! recupera la colaboración inédita de Coltrane y Dolphy

Muchos coinciden a la hora de señalar que 1961 fue un año importante en la carrera de John Coltrane. Esa primavera, su maravillosa versión del “My favorite things” del musical “Sonrisas y lágrimas” se convirtió en todo un éxito se trascendió los límites del jazz. Pero tal vez más importante en cuanto a lo que estaría por venir después, ese fue el año que el saxofonista ficharía por Impulse! un sello tan unido a la figura de Coltrane que no es por casualidad que con el tiempo se promocionaría directamente como “The House That Trane Built”.

Tras su etapa en Atlantic, Coltrane buscaba un sello “modesto”, que le diera toda la libertad del mundo para explorar nuevas ideas, sin tener que preocuparse (o no en exceso) por su retorno comercial. Impulse! parecía el lugar adecuado para ello y una de las primeras ideas no fue otra que convencer a Eric Dolphy, para sumarse a la banda.

La profunda conexión que se desarrollaría entre ambos, se recoge en un nuevo disco que Impulse! publicará el próximo 14 de julio: “Evenings at the Village Gate: John Coltrane with Eric Dolphy” un álbum inédito del que ya se ha publicado en las principales plataformas de streaming un “Impressions” para que los aficionados vayan preparándose para lo que está por llegar. Además de con Dolphy, encontramos en esta grabación al resto del cuarteto clásico del genio, es decir: Elvin Jones (batería), McCoy Tyner (piano), Reggie Workman (bajo).

La grabación recoge algunos de los temas que el grupo interpretó en ese mes de residencia, que en el verano de ese 1961 realizaron en el Village Gate, uno de los clubs más icónicos y destacados del Greenwich Village de Nueva York. Era además un espacio que albergaba tanto a cantantes de folk y artistas de comedia, como a músicos destacados como Nina Simone. Durante ese mes de agosto, Coltrane tuvo la oportunidad de actuar allí como parte de un cartel que también incluía a grupos liderados por Art Blakey y Horace Silver.

El álbum arranca con una nueva versión del “My Favorite Things” y se cierra con uno de mis temas favoritos: la polirrítmica “Africa” (incluye también versiones de “Green Sleeves” y “When Lights Are Low“) ¿Y cómo ha llegado esta grabación a nuestras manos? Según nos cuentan desde la discográfica, el club contaba con un sistema de sonido de última generación, instalado por un joven y ambicioso ingeniero llamado Richard Alderson. En una de las noches en las que Coltrane se presentaba, Alderson decidió probar el sistema grabando la actuación de la banda. Utilizó un único micrófono de cinta RCA suspendido sobre el escenario, conectándolo a una grabadora.

La grabación de Anderson era poco más de un experimento para probar el nuevo sistema y no estaba destinada a ser lanzada de forma comercial, por lo que el ingeniero acabó guardándolas para su disfrute personal. Más tarde y como suele ocurrir en estos casos un investigador (que entre otras cosas trabaja para Bob Dylan), acabó encontrándola, en esta ocasión, como parte del fondo de archivo de la Biblioteca Pública de Nueva York para las Artes Escénicas.

En una entrevista que Workman concede a NPR precisamente para comentar el lanzamiento del nuevo disco, el bajista explica que “”Él (Coltrane) estaba evolucionando hacia un lugar donde no quería sentirse inhibido por las reglas y los cambios que estaban prescritos por ciertas estructuras”, dice Workman, y agrega: “Él quería que fuéramos como un canto”.

Curiosamente, la relación de Coltrane con Dolphy no fue mucho más allá, especialmente por la férrea oposición y resistencia a la que tuvieron que enfrentarse por parte de la policía del jazz de la época, por lo que resulta aún más interesante un descubrimiento histórico que conecta este disco con el más conocido “Coltrane Live! at the Village Vanguard” publicado en noviembre de ese mismo año.

Lo que siguió para Coltrane fue uno de los periodos más estables de su carrera, con un cuarteto ya consolidado y la publicación de discos tan conocidos como “Crescent”, “Ballads” y “A Love Supreme”. Por su parte, Dolphy se creció en la vanguardia del jazz, explorando nuevas fronteras musicales fusionando elementos del free jazz, la improvisación libre y la música contemporánea hasta su trágica y prematura muerte por coma diabético en 1964 (Coltrane falleció solo tres años después a causa de un cáncer de hígado).

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