A mediados de la década de los ’90, España vivía una suerte de historia de amor con la música negra. Cuando aún ni se sospechaba lo que llegaría a ser el reggeaton, el “R&B” se escuchaba en radiofórmulas y discotecas. Cantantes como Brandy, Mary J.Blige o D’Angelo; grupos como Destiny Child (sí de donde salió Beyonce), Fugees o TLC eran casi tan populares en España como Los Rodríguez o Tequila. Tanto es así que junto a esos horripilantes recopilatorios como “Máquina Total 7” o “Zona de Baile 4”, se publicaban otros menos espantosos cuya portada rezaba “100% Black”.
En este contexto de interés por la música negra, también acabaría llegando a España la música de Erykah Badu. Fue un torbellino. Frente al pop más o menos bailable y despreocupado del R&B, Badu destacaba no solo por su música incisiva sino también por su papel como activista social y poeta, involucrándose en cuestiones como los derechos civiles, la justicia social y la igualdad racial, utilizando su presencia pública para crear conciencia sobre problemas como la brutalidad policial.
Su música, una mezcla única de varios géneros musicales, incluyendo el neo-soul, el R&B, el hip-hop y el jazz se plasmaría en discos como “Baduizm”(1997) “Mama’s Gun” (2000) o “New Amerykah, Part One (4th World War)” (2008). Además Badu ha publicado varios libros de poesía, y su escritura refleja una profunda introspección en poemas que exploran temas similares a los de su música, como el amor, la espiritualidad y la identidad.
Todo este legado es el que recoge José James en “On&On” un disco que publicó a principios de este 2023, coincidiendo con el 25 aniversario de la publicación de “Baduism” y que presentó el pasado 1 de noviembre dentro del ciclo Villanos del Jazz de Madrid. Junto al vocalista de Minneapolis, sobre las tablas del Pavón pudimos ver a Josh Hari (bajo), Jharis Jockey (batería) y Bigyuki (teclados).
No es la primera vez que José James le dedica un disco entero a uno de los músicos que admira. “Lean on Me” (2018) es un homenaje al legendario cantante de soul Bill Withers y en “Yesterday I Had the Blues” (2015) es un tributo a la música de Billie Holiday. Si los dos primeros son homenajes que pueden entrar en la categoría de lo “esperable”, el de Badu es sin duda original.
Tras comenzar el concierto con “Didnt’ Cha Know” y “On & On”, se tomaba un tiempo para explicarlo: “para mi generación, Erykah Badu ha sido una de las compositoras más innovadoras e incisivas. Su trabajo ha demostrado ser innovador en un sentido social, musical y artístico. Ya sea como artista, como poeta, como productora y como inspiración para nuevos artistas, su figura es una de las más destacadas de nuestro tiempo”.
¿Y cómo suena Badu en la voz de José James? Desde luego, menos reivindicativa y con menos garra que la de la cantante, sin que sin embargo, esa “modulación” le reste emoción a la mezcla. Los temas de Badu, generalmente más ásperos, reviven con unos arreglos de jazz y soul que los proyectan hacia un plano diferente, muy alejado de ese “filtro jazz” que muchas veces ahoga el espíritu del original. Porque eso es lo que ha demostrado saber hacer como nadie José James: pasar de la copia al original. Para no sonar impostado, hay que tener mucha personalidad.
Maravilloso y efectista a partes iguales, el “Neo-Scat” de James, por el que este avanza y retrocede una y otra vez sobre el mismo tema, incorporando “loops” y “samples” de forma muy similar a la que lo haría un DJ, le permite llenar canciones como”Green Eyes” de nuevas texturas que lo posicionan más allá de la recreación formal, en ese aquí y ese ahora del que se puede disfrutar en directo, como una experiencia nueva. En “The Healer” exigente a la hora de rapear, demuestra que puede hacerlo con tanta facilidad como en realidad hace cualquier cosa que se proponga, sumando versos a toda velocidad e incluso, mezclándolo con “38&Chicago” el primer single de su próximo álbum.
José James tiene algo especial y es plenamente consciente de ello. El público también lo sabe y por eso cuando finaliza el show con su famoso “Trouble”, todo el mundo ya está pie, aplaudiendo y bailando junto a su butaca. Un triunfo.