Esa noche, sin embargo, los cinco artistas principales que se subieron a los escenarios del festival lanzaron de nuevo las redes para que las ovejas conscientemente descarriadas volvieran al auténtico redil de la música que le da título al evento.
Contra todo pronóstico y tras un verano completamente inexistente en el centro de Europa, el clima acompañó con temperaturas suaves y agradables, y los asistentes pudieron disfrutar del bello paisaje en el que se celebra el festival: el centro musical “De Bijloke”. Cuando la organización abrió sus puertas a las cuatro de la tarde todo apuntaba a que, como ocurre en las bodegas donde se maceran los vinos, el recinto se convertiría en el barril en el que se destilarían algunos de los mejores temas del jazz contemporáneo, interpretados por los artistas punteros que mantienen el género en la cima de la música improvisada.
El primero en subir al main stage fue Erik Truffaz, quien interpretó temas de su disco “Clap!” (Blue Note, 2023). Álbum en el que el trompetista francés realiza un repaso musical muy particular sobre algunas obras maestras del cine como son ‘Eraserhead’ o ‘Réquiem por un sueño’. El músico ha sido noticia en las últimas semanas por su posicionamiento político, fuera de lo habitual, en el que animaba a sus compatriotas a frenar el avance de la extrema derecha en las elecciones presidenciales que se han celebrado recientemente en su país. En lo estrictamente musical, Truffaz se presentó con un formato eléctrico que inevitablemente nos trasladaba a la última etapa musical de Miles Davis, incluso en su forma de tocar. El trompetista, sereno y veterano, se acompañó de un grupo quizá un tanto retraído al que dio protagonismo en muchos de los temas, mientras los observaba como el tutor experimentado que es.
La actuación más esperada de la noche no se hizo esperar. Tras un breve descanso, el público abarrotó el recinto frente al escenario principal del festival para recibir a los cuatro colosos del jazz de esa noche: ni más ni menos que Chris Potter al saxo, Brad Mehldau al piano, John Patitucci al contrabajo y Johnathan Blake a la batería. El grupo deleitó a los asistentes con temas de “Eagle’s point” (Edition Records, 2014), álbum liderado por el saxofonista estadounidense. El dominio de la técnica, la improvisación y la creatividad de todos los integrantes queda fuera de cualquier duda, y fueron muy descriptivas las caras de satisfacción y asombro entre el público de los momentos musicales tan dulces que les hicieron vivir. A destacar la sección rítmica del grupo, con un Patitucci desenfrenado y a la vez riguroso con su planteamiento, y un Blake a la batería que abandera la importancia de su instrumento en el género como nadie sabe hacerlo hoy. Qué decir de Potter y Mehldau que no se haya dicho ya: líderes portentosos indiscutibles dan un nuevo paso en el jazz en formato cuarteto, quizá arriesgando más pero sin perder la sofisticación. Muy alejados en forma y contenido del fantástico e inolvidable grupo del que también formaba parte Mehldau junto a Joshua Redman, Brian Blade y Christian McBride.
Fue el propio Redman quien dio paso al tercer concierto de la jornada sobre el escenario principal. Esta vez acompañado por la vocalista californiana Gabrielle Cavassa, una sección rítmica realmente implicada en su trabajo y un pianista demasiado tímido, desgranaron uno a uno los temas del álbum “Where are we” (Blue Note, 2023). Con pausas en las que el saxofonista estadounidense interaccionó con un público entregado explicando los orígenes de algunos de los temas, Redman hizo suya la noche de la ciudad belga interpretando magnificas versiones del “Streets of Philadelpia” y “Hotel California”. Cuando el concierto parecía que había llegado a su fin, Redman cogió el micro y se dirigió al público: “queremos hacer algo especial para vosotros y para el público belga en particular. Tengo muchas ganas de hacer esto porque además va a ser la primera vez que toco “Bluesette””. Y el recinto estalló en una ovación interminable cuando el grupo empezó a interpretar el famoso tema del compositor belga Toots Thielmans. Un regalo que la ciudad de Gante tardará en olvidar.
Mención especial para la cantante Gabrielle Cavassa, ganadora del Concurso Internacional de Jazz Vocal Sarah Vaughan en 2021, quien, con unos susurros intencionadamente graves e íntimos, aplanaron en muchas ocasiones a un desenfrenado Redman siempre dispuesto a darlo todo sobre el escenario.
La noche la cerraba el saxofonista estadounidense James Brandon Lewis en el garden stage, un escenario más pequeño y con el público mucho más cerca de los artistas. Una explosión potentísima del jazz más contemporáneo en la que pudieron escucharse algunos de los temas de su último disco, “Eye of I” (Anti-Records, 2023) mientras el público, en pie frente a él, bailaba al son frenético de su saxo para poner fin así a una noche memorable de buen jazz en la ciudad belga.
Fotografías: Gent Jazz Festival 2024