Conciertos

De festival en festival: jazz en septiembre (2023)

El fin del verano no siempre trae malas noticias. Y sí, muchos tenemos que volver a trabajar y sí, tenemos que aguantar la famosa “depresión post-vacacional”. Pero también podemos optar por sobrellevarla escuchando el mejor jazz, acercándonos a algunos de los mejores festivales que se programan a lo largo de este mes.

De festival en festival: jazz en agosto (2023)

Los grandes festivales del mes de julio, suelen dar lugar en agosto, a espacios íntimos, en los que el jazz se expresa al ritmo del veraneo: sin prisas. Agosto es el mes en que podemos ir por la mañana a la playa, dedicar toda la tarde a no hacer prácticamente nada y prepararnos para una noche de buenas vibraciones y gran jazz. ¿Algunos de los festivales que os recomendamos este mes?

Jazz en Madrid: 13 festivales y ciclos para no perderse nada

Me gusta Madrid, pese a todos sus defectos. Y sí, soy de los que afirman (casi sin sonrojarse) que como el agua de Madrid ninguna, que de Madrid el cielo, que Madrid nunca pregunta ni quién eres ni de dónde vienes y, en fin, todos los clichés castizos que queráis añadir. Me gusta pese a los que trabajan sin ahínco para convertirla en una ciudad cada día un poquito más hostil, o los que consideran que solo hay una forma de ser y sentirse madrileño.

Avishai Cohen se divierte en Madrid con Iroko

Vino Avishai Cohen a divertirse a Madrid. A pasárselo realmente bien en la presentación de Iroko en “Las noches del Botánico”; a levantar al público de sus butacas para que se pusieran a bailar casi desde el primer momento. 

Live in Jazz Vitoria 2023 (II)

Nunca sospeché que llegaría a conocer los polígonos industriales de Vitoria. Pero eso es precisamente lo que nos tocó hacer en el segundo día de nuestro festival vitoriano, toda vez que la granizada del día anterior (véase aquí) acabó con la luna trasera de nuestro coche hecha añicos. 

Live in Jazz Vitoria 2023 (I)

No tiene término medio Vitoria en los últimos años. Si en la edición de 2022 la capital vasca recibía al equipo de Caravan con una temperatura de casi cuarenta grados, en la de este año lo hizo literalmente a pedradas. Tremendas pelotas de golf heladas que destrozaron la ciudad, nos obligaron a protegernos bajo un mínimo tejado y acabaron por reventar la luna trasera de nuestro vehículo. Mala suerte vivir en tiempos de cambio climático. 

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