Kamasi Washington

Nacido en Los Ángeles en 1981, este genial saxofonista mezcla con alegría en sus conjuntos artistas de todo tipo de disciplinas, dibujando un sonido que arranca en el jazz modal, pero que pronto transita hacia el soul-jazz, el funk, el hip-hop o la música electrónica…mientras de fondo suenan las voces de mil coros de “soldados entregados” que se preparan para la guerra.
Y si no me creen, comiencen a anotar nombres. Además de con clasicazos como Wayne Shorter o Herbie Hancock, Kamasi Washington ha grabado y tocado con casi todos los que pintan algo en el mundo de la “música negra”: desde figuras del R&B como Rapahel Saadiq a los rapero Snopp Dogg o Nas, pasando por Gerald Wilson, Lauryn Hill o PJ Morton, haciendo ademaś “cameos” junto a grupos indy-pop, jazz progresivo o música electrónica experimental.
Hijo de músicos y educadores está licenciado de la Academia de Música del Alexander Hamilton High School en Beverlywood,. Washington luego se matriculó en el Departamento de Etnomusicología de UCLA, donde comenzó a tocar con miembros de facultad como Kenny Burrell, Billy Higgins y el líder de la banda/trompetista Gerald Wilson.
Pero si hay algo que ha situado el nombre de Kamasi Washington en el mundo del jazz es el lanzamiento en 2015 de «The Epic», considerado por muchos como uno de los mejores discos de la historia de este género musical: más de tres horas de un sonido ilimitado, barroco, profundamente original.
A lo largo de los tres discos, Washington va a por todas: desde John Coltrane, a la Pan-African People’s Arkestra de Horace Tapscott. Desde Azar Lawrence a las exploraciones de jazz y coros de Donald Byrd y Eddie Gale; pasando por los experimentos pan globales de Paroah Sanders, el jazz afro-latino, los spirituals y la cultura DJ. Y por supuesto, no se queda aquí: los homenajes a Debussy, Horace Silver o a Albert Ayler también se cuelan en su música.
No se conformará con esto y en sus siguientes discos, Harmony of Difference (2017) y sobre todo Heaven&Earth (2018) demostrará que esa etiqueta a fin de cuentas no le venía tan grande y que si el jazz estaba a la busca y captura de grandes estrellas, desde luego pocas como la de Washington brillaban más. Sobre todo, porque su figura trasciende más allá de lo puramente musical, para entroncar con movimientos sociales como “Black Lives Matter” o cierto misticismo que ha llevado a muchos a considerarlo “el nuevo John Coltrane”.
Más información: https://www.kamasiwashington.com/