Lo hemos comentado muchas veces. Si los músicos de jazz tuvieran que vivir de los ingresos que obtienen por Spotify y otras plataformas de streaming, harían mucho mejor en dedicarse a cualquier otra cosa. Y es que con unos royalties que de media no superan los 1.000 euros anuales, la situación es peor ahora que en tiempos de “piratería rampante” cuando, al menos, se seguían vendiendo discos.