Cumplir el sueño de disfrutar de sonido de alta calidad sin necesidad de (muchos) cables. Ese es el sueño de muchos tenemos y a veces no tanto porque el cable en sí mismo sea un incordio (que también lo es), sino porque en determinados espacios, el tener que conectar ambos altavoces se puede volver una operación que va desde lo farragoso hasta lo imposible, por lo que acabamos recurriendo a una disposición de nuestros altavoces que tal vez no es la que más nos interesa.