¡Qué bien suena el jazz en enero! Sobre todo cuando el que es uno de los meses más fríos del año, viene acompañado de lanzamientos tan cálidos. Tomad nota de los discazos que se acaban de estrenar en 2023, comenzando por el de una enorme Lakecia Benjamin rompiendo moldes, pasando por un Michael League sin Snarky Puppy a un Kenny Barron dando una clase magistral en su solo de piano. Dicho de otra manera: los primeros Chocs and Chops de 2023 son de escándalo. ¡Comenzamos!
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Cinco discos que llegan en 2022 para celebrar el 8 de marzo
Decía Luis Martín en la entrevista que le hicimos el pasado mes de diciembre que «las mujeres han llegado tarde al mundo del jazz». Explicaba el director del festival de Madrid, que a diferencia del rock o del pop, donde la figura de la mujer se había asumido de forma natural casi desde el primer momento, en el caso del jazz, salvo en contadas excepciones, la discriminación era la norma. Claro que había cantantes como Billie Holiday y antes que ella, damas del blues como Bessie Smith, pero las Melba Liston (trombonista), Dottie Dodgion (baterista), o Valaida Snow (trompetista) eran rara avis en un mundo en el que la presencia de la mujer siempre era percibida con una mezcla de burla y sospecha.
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Chocs and Chops: los discos de jazz de octubre (2021)
Octubre es el mes en que vamos a poder disfrutar de los nuevos lanzamientos de algunos de los artistas más queridos por los lectores de Caravan Jazz: Pat Metheny, Esperanza Spalding o Hiromi.
Pero es también en este mes en el que se consagra ese santo y seña de ECM que es Marcin Wasilewski y en el que la que es una de las mejores voces de los últimos tiempos, Jazzmeia Horn, lanza el que probablemente sea su mejor disco.
A todo, esto sumamos clásicos que vuelven como Andrew Cyrille o Terence Blanchard y el último trabajo del que es uno de los grandes músicos de raíz de la última década: Eric Bibb. ¡Comenzamos!
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Cinco Tiny Desk Concert que nos encantan y tienes que escuchar ya
Hace muchos años ya (si es que 10 años pueden considerarse muchos), introduje el término «jazz» en el buscador de YouTube. Como os podéis imaginar, había de todo: desde «música ambiental» para escuchar antes de dormir, a conciertos grabados con un teléfono móvil y sí, también discos pirateados. Sin embargo lo que más picó curiosidad fueron unos vídeos, relativamente cortos, que veía que se repetían con cierta frecuencia en los resultados de búsqueda: NPR Tiny Desk Concert.
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Jazz en tiempos del COVID-19
Contaba en «La puerta de entrada al jazz», que empezar a disfrutar del jazz puede convertirse en un pequeño gran desafío si no sabemos qué escuchar o qué artistas, qué grabaciones. Así que he pensado que como todos vamos a pasar unos cuántos días «encerrados» en casa, podría ser una buena idea recomendaros unos cuantos temas que podéis escuchar en algún momento de la cuarentena. Os prometo una cosa: voy a conseguir levantaros el ánimo.
Sing, sing, sing (Benny Goodman)
Comenzamos con fuerza. Seguramente todos habéis escuchado este temazo compuesto por Louis Prima en 1936 y popularizado por Benny Goodman. Y lo conocéis porque lo habéis escuchando en unas cuantas películas: «Rebeldes del swing», «Historias de Nueva York», «Florence Foster Jenkins», «La torre del terror»… Pero también en capítulos de series como «Los Soprano», «Las chicas de Gilmore» o «Los Simpsons» e incluso, en videojuegos como «Mafia II» o «LA Noire».
Pocos temas como «Sing,sing, sing» reflejan mejor el ambiente de lo que debía ser un sofisticado club de Nueva York o Los Ángeles en los años 30-40. Pocos se han asociado tanto el mundo de la mafia, al ambiente de la Ley Seca o al de todos esos tugurios que nos imaginamos en cualquier novela negra. Subid el volumen de vuestro equipo al máximo y poned este tema. ¿No os entran ganas de dejarlo todo y poneros a bailar?
Take Five (Dave Brubeck)
¿Recordáis el anuncio del Seat Ateca del año pasado? Sí, estoy hablando precisamente de este anuncio. Escuchad la música de fondo. ¿No parece tremendamente actual? Lo que escucháis es «Take Five» uno de los temas más conocidos de Dave Brubeck y que se incluye en «Time Out», uno de los mejores discos de…1959. ¿Impresiona verdad?
Porque mientras que ese mismo año Elvis Presley estaba consiguiendo que miles de personas de todo el mundo agitasen sus caderas con «Heart Break Hotel», Dave Brubeck se marcaba uno de los temas más elegantes de la historia. Uno de esos temas que escuchar mientras estás en tu terraza favorita (cambia terraza por balcón de casa) mientras te tomas un gin tonic y piensas… ¿por qué nos empeñamos en hacerlo todo tan complicado? Poneros una buenos cascos y escuchad la batería de fondo. Es Joe Morello, uno de los mejores baterías de la historia. ¿Podéis hacer algo igual?
Caravan (Duke Ellington)
Estoy seguro que para muchos, «Whiplash«, la estupenda película de Damien Chazelle. Que una película que pusiera el jazz como tema principal fuese capaz de ganar tres Oscar en 2014 fue toda una contribución a la «causa». Lo primero, si no lo habéis hecho ya, dejad de leer el blog y poneros a ver la película (disponible en streaming en Sky y en modalidad de alquiler en las principales plataformas).
¿Lo habéis hecho? Bien, pasemos a su banda sonora. Además de la propio «Whiplash», compuesta ad hoc para esta película, el tema que no podéis dejar pasar es «Caravan». El título del tema que da nombre a este modesto blog pertenece a lo que en términos jazzísticos se conoce como standards. Standards son aquellos temas que tras su «lanzamiento» se han hecho tan populares que nunca han dejado de ser interpretados y versionados a lo largo de los años, e incluso las décadas.
Escuchad el Caravan de John Wasson que se incluye en la banda sonora de Whiplash. ¿Verdad que no suena como un tema compuesto en 1936? Escuchad ahora la composición original, la compuesta Duke Ellington y Juan Tizol…¿notáis todas las diferencias? Aquí sí que escuchamos cómo suena un piano en los años 40. Pasad ahora a la versión de Wes Mongomery (1962)… puros años 60. Esa libertad sin límites es lo que hace que el jazz sea tan especial.
Precious (Esperanza Spalding)
Lo reconozco. Para los tres primeros temas de los que os he hablado me he ido algo lejos: a los años 40, 50…¡incluso a los años 30! Así por si os lo estabais preguntando, sí, el jazz moderno y actual existe. Seguro que os suenan nombres como los de Jamie Cullum, Norah Jones o Diana Krall ¿no es cierto? Y aunque desde luego no hacen solo jazz, desde luego hacen jazz.
Pero vamos a una intérprete menos mainstream…en España: Esperanza Spalding. En 2011, Esperanza Spalding conseguía lo impensable: su segundo álbum de estudio, «Chamber Music Society» la convertía en la ceremonia de los premios Grammy en la mejor artista emergente de ese año, arrebatándole a Justin Bieber un premio que se daba prácticamente como seguro. Desde entonces Spalding ha sabido demostrar que lo suyo no ha sido fruto de la causalidad y álbum tras álbum esta cantante y bajista se ha consolidado como una de las grandes referencias del jazz actual.
Black Radio (Robert Glasper Experiment)
¿Dónde se encuentran los límites del jazz? En las dos últimas décadas el jazz se ha fusionado con el rock, el flamenco, la bossa nova, la música electrónica e incluso con el rap. Se ha mezclado tanto que algunos artistas de jazz moderno no acaban de sentirse cómodos con una etiqueta que consideran que limitan su creatividad.
Uno de los mejores exponentes lo tenemos en «Black Radio». A cargo del «Robert Glasoer Experiment», reúne a algunos de los mejores artistas del jazz actual en uno de esos discos «únicos». No, no lo escuches ahora. Espera a irte a la cama. Coge ese libro de la mesilla de noche, empieza a leer y dale al play. ¿A que es diferente a todo lo que has escuchado hasta ahora? ¿A que no tiene nada que ver con esas imágenes que surgían en tu cabeza cuando pensabas en el término «jazz»?
Pues eso y no otra cosa es lo que estás escuchando en estos momentos. ¡Disfrutad!

Esperanza Spalding vuelve a triunfar en los Grammys
En 2011, Esperanza Spalding conseguía lo impensable: su segundo álbum de estudio, «Chamber Music Society» la convertía en la ceremonia de los premios Grammy en la mejor artista emergente de ese año, arrebatándole a Justin Bieber un premio que se daba prácticamente como seguro. Desde entonces Spalding ha sabido demostrar que lo suyo no ha sido fruto de la causalidad y álbum tras álbum esta cantante y bajista se ha consolidado como una de las grandes referencias del jazz actual.
Así lo ha vuelto a reconocer el jurado de la última edición de los premios al reconocer su último disco, «Twelve little spells» como el mejor en la categoría de «mejor álbum de jazz vocal». ¿Pero es un álbum de jazz? Aunque sin lugar a dudas lo es, este último es probablemente el menos «jazzístico» de su carrera.
Acompañada por el guitarrista Matthew Stevens y con Justin Tyson a la batería, Spalding presenta un álbum que se aleja del jazz crossover, la fusión y el R&B con el que ha conquistado a sus fans para presentar un trabajo mucho más conceptual, construido a partir de texturas vanguardistas, llenas de paisajes sonoros y poesía.
Cada una de las canciones del álbum apelan a un órgano diferente del cuerpo humano (boca, ojos, caderas, dedos…) y aunque hay que entenderlo como esos discos conceptuales que tanta pegada tuvieron en los años 70, a la vez, cada tema está pensada para constituirse como un microuniverso lleno de posibilidades… a menudo hipnóticas.
Y aquí voy a ser sincero. No me gustó el álbum la primera vez. Sobre todo porque no sonaba a ella, sino a uno de esos conjuntos menores que puedes escuchar en cualquier club y olvidas en cuanto sales por la puerta. Peo ¡ay la segunda escucha! Es ahí cuando empiezas a darte cuenta de que realmente merece la pena.
Los otros triunfadores de la noche
Por supuesto, Esperanza Spalding no fue la única en levantar una estatuilla al mejor jazz. En la categoría de mejor álbum de jazz intrumental, Brad Mehldau triunfó con su disco «Finding Gabriel»; Chick Corea y «the Spanish Heart Band» ganaron en la categoría de mejor álbum de latin jazz con el disco «Antidote»; el mejor solo improvisado fue para Randy Brecker y su «Sozinho», mientras que «The Omni-American Book Club» de la Brian Lynch Big Band se hizo con el máximo galardón en la categoría de mejor disco de jazz ensemble.
Para Chick Corea recoger un Grammy ya es una tradición. Con el de esta semana, el pianista americano ha ganado un total de 23 premios a lo largo de toda su carrera y ha sido nominado en 65 ocasiones. De hecho, según leemos en la página de la organización, es el intérprete dentro de la categoría de jazz que más premios ha acumulado.
En cuanto a Brad Meldhau, el pianista al que se considera sucesor natural de Keith Jarret y Bill Evans (aunque él odia esas comparaciones), con «Finding Gabriel» ofrece desde luego algo muy diferente: una aproximación expansiva, ecléctica y desde luego muy personal, que según sus propias palabras le ha ofrecido la lectura del antiguo testamento. Casi nada.