El mundo está lleno de pequeñas grandes historias que merecen ser contadas. La de hoy es la de Al Howard, policía de Nueva York y posteriormente dueño de un club de jazz, quien seguramente al despertarse en su cama el 20 de septiembre de 1958, no sospechaba que acabaría el día salvando la vida de una de las personas más célebres de la historia norteamericana: Martin Luther King.