Después de Shakira, Neil Young, The Beach Boys o Bob Dylan...Sonny Rollins ha dado el paso y ha decidido vender su catálogo. Se lo vende (por una cifra que aún no ha trascendido) a Reservoir Media, compañía neoyorquina que en los últimos meses ha incursionado en el mundo del jazz adquiriendo todas las composiciones de Louis Prima , además de la editorial musical libanesa Voice of Beirut. Además la compañía posee los catálogos completos de Billy Strayhorn, Dorothy Fields o Snarky Puppy entre otros.
Dirigida por por conocido cantante y músico de doo wop, Dion DiMucci, la empresa aseguró hace tan solo unos meses que sus intenciones para este 2023 pasaban por una inversión aproximada de cien millones de dólares “en fusiones y adquisiciones estratégicas”. Teniendo en cuenta lo anterior y nunca mejor dicho, lo colosal (tanto por calidad, como por cantidad) del catálogo de Rollins a lo largo de más de siete décadas de carrera, no sería una locura pensar que la cantidad que ha ingresado Rollins supere la mitad de ese presupuesto.
En un comunicado publicado hace tan solo unas horas, Rell Lafargue, director de operaciones de la firma ha asegurado que “para Reservoir es un honor firmar este acuerdo con el icónico Sonny Rollins y que se nos confíe un catálogo que abarca 70 años de brillantez e innovación musical. Conocí a Sonny a través de su música, tocando ‘St. Thomas’ cuando era un joven estudiante de jazz, y es increíblemente significativo que Reservoir y yo podamos ahora comprometernos a preservar el legado musical de Sonny y amplificar sus contribuciones a la forma artística para audiencias antiguas y nuevas.” En ese mismo anuncio, Rollins asegura estar ” feliz de que Reservoir ayude a mantener mi legado musical, que fue creado junto a tantos grandes músicos con los que estoy orgulloso de estar asociado”.
Si analizamos sus últimos datos publicados, descubrimos que Reservoir Media generó unos ingresos de 29,9 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2022 (su tercer trimestre fiscal de 2023), un 16% más que los 25,8 millones de dólares generados por la empresa en el cuarto trimestre de 2021 (tercer trimestre fiscal de 2022).Es de esperar que la explotación de los derechos de un icono como el maestro del saxo, le permitan multiplicar esos ingresos en su próximo año.
Como comentábamos al principio, la entrada de fondos de inversión en catálogos de artistas consolidados es un fenómeno que aunque no es enteramente nuevo, se ha intensificado notablemente en los dos últimos años. Que haya empresas que por ejemplo, decidan invertir 200 millones de dólares en el legado de Bob Dylan es algo que no solo nos debería llevar a reflexionar, sino también a preocuparnos. Evidencia que parte de la industria no cree en realidad en el futuro de la música; que hay una tremenda y creciente aversión al riesgo y que “el capital” escoge conservar en espera de rendimientos que da por garantizados, que arriesgar por nuevas promesas.
Esta visión a corto plazo implica, también en el mundo del jazz, que a la creatividad se le cortan las alas. Ya no importa si un artista es bueno o no, si hay una carrera que merezca la pena lanzar (eso cada vez importa menos) sino cuánto dinero puede generar a corto plazo (y ahí los artistas que tenéis menos de 50.000 seguidores en Instagram o TikTok, lo tenéis francamente complicado). Pero que no se me entienda mal. Por supuesto que me alegro por todo lo bueno que le pueda traer la vida a un genio como Sonny Rollins. Pero a la vez, el futuro cada vez me preocupa más.
Los comentarios me parecen fatalistas, fuera de lugar, aunque comprensible hasta cierto punto. Se le olvida que la música significativa siempre ha luchado contra el enemigo de la industria del entretenimiento de la misma. Los grandes capitales invirtiendo en música basura o or otro lado apropiándose aquello que aunque sea contracultura, pueda representar jugozas ganancias. El peligro siempre ha estado ahí, cuando expreso fuera de lugar ,es el no considerar todos los esfuerzos creativos musicales y los caminos para seguir la independencia, estar en la periferia,así conciertos, marcas indpendientes, ventas directas, integraciones y trabajos de músicos de otras latitudes con diversidad de géneros, esos entrecruzamientos son los que han salvado la música, en este caso específico el Jazz, sin olvidad que del otro lado, una inmensa minoría apasionada, me incluyo; vamos en contra de la mierda que produce la industria del entretenimiento y tratamos desde nuestra trinchera abogar y difundir la música que nos ocupa y preocupa, cierto e insisto, somos una inmensa minoría.
¿No se ha dado cuenta de la proliferación actual de músicos de jazz a nivel mundial? ¿De generación de grabaciones admirables? Claro, no venden como los demás, entre bandcamp y verá que la radicalidad no es altamente comprada, pero aun existe una inmensa resistencia respetable y apreciada.
El caso de Sonny Rollins será uno más, los apovechados existirán cuando solo ven ganancias, en vez de arte. A colación, recuerdo en un artículo de la revista “La Tempestad” de México, de enorme calidad intelectual y artística; dedicaba varias páginas al caso del movimiento del Punk, el cual fue absorbido comercialmente por esa industria voráz, prostituyó y obtuvo ganancias, mientras los creadores originales no recibieron ninguna regalía. Es curiosos, pero ahora, ante el posicionamiento crítico musical del Punk, es ver un punto equidistante entre esta propuesta y músicos del jazz radicales unificarse para desarrolar una propuesta disruptiva, por supuesto me refiero al Free Jazz.
Siempre habrá este tipo de problemas y abusos de la industria neoliberal, por supuesto, pero siempre habrá músicos convencidos en desarrollar arte y quien los apoyemos. Por cierto, en esa proliferación de marcas independientes, en su manifestación de intereses, aparecen palabras loables a favor de músicos y música comprometidos con el arte, no con intereses malsanos de obtención de riiqueza monetaria. ¿Quien no vive al día en esta realidad actual?
Mientras termino de escribir, recuerdo que debo adquirir la última grabación Molten Gold de Ivo Perelman / Ray Anderson / Joe Morris / Reggie Nicholson, radicales y maravillosos músicos, glorias del jazz actual, no apto para mentes conservadoras. Ellos son el ejemplo de la independencia, radicalidad y propuesta creativa que ofrece el jazz periferico.
Después le contestaré mi respuesta sobre el peligro de la IA para el Jazz.
Saludos desde México