Minton's Playhouse

Minton’s Playhouse: la cuna del Bebop

Nos gustan los clubs de jazz. Hoy más que ayer, mañana, más que nunca. En Caravan os hablamos en su momento del Cotton Club y del Village Vanguard. Hoy ha llegado el momento de contar la historia de uno de los clubs que más han hecho por la evolución del jazz: el Minton’s Playhouse.

Situado en la primera planta del Cecil Hotel, en el barrio neoyorquino de Harlem, el Minton’s Playhouse jugó un papel fundamental en los años ’40 en el nacimiento del Bebop, haciéndose famoso por unas enormes jam sessions a las que solían acudir como «invitados», futuras estrellas del jazz como Thelonious Monk, Bud Powell, Kenny Clarke o Charlie Christian…y como no podía ser de otra forma, Charlie Parker y Dizzy Gillespie.

El Minton’s se aprovechó por supuesto de la fama de una generación única de artistas y durante treinta años, se convirtió en uno de esos clubs en los que había que dejarse ver para ser alguien en el mundo del jazz. Una mala gestión acabó con la aventura del Minton’s en 1974, pero tras permanecer cerrado durante más de tres décadas, un grupo de empresarios decidió ponerlo en marcha de nuevo en el año 2006, con el nombre de «Uptown Lounge at Minton’s Playhouse». Desgraciadamente el entusiasmo que vino con la reapertura del histórico local no duró demasiado y en 2010, el Minton’s volvía a cerrar de nuevo sus puertas. Las abrió de nuevo cinco años más tarde y ahora está luchando para sobrevivir a la pandemia.

Henry Minton abre un club

Antes de abrir el club que llevaría su nombre, Henry Minton ya tenía cierta fama en el show business de la ciudad. Nuestro protagonista era conocido en Harlem por ser el primer delegado negro de la «American Federation of Musicians» para la ciudad de Nueva YorkAdemás ya tenía cierta experiencia en la gestión, al haber estado al frente del «Rythm Club» a principios de los años ’30, sala frecuentada por músicos de la talla de Louis Armstrong, Fats Waller, James P. Johnson, o Earl Hines.

El estar tan bien relacionado y el conocer exactamente lo que los músicos de jazz necesitaban, le llevaron a finales de esa década a abrir un espacio propio en el que básicamente, organizaba jam sessions. Como estaba bien conectado con los sindicatos y sobre todo conocía a muchas personas, se aseguraba además que los músicos que acudían a esas sesiones no fueran multados…ya que participar en una jam session, era una actividad estrictamente prohibida si no se tenía permiso, ya que se entendía que perjudicaba a los clubs.

Pero en sus inicios iba mucho más allá. Los músicos que acudían al Minton’s no solo sabían que se garantizaban una buena comida (lo cual era bastante decir en esa época), sino que incluso podían acceder a préstamos con unos intereses prácticamente inexistentes. Minton se convirtió de alguna forma, en un «padre espiritual» para muchos ellos.

A finales de los años ’40 y con el objetivo de profesionalizar el club, Minton contrató a Teddy Hill, a quien puso al frente de la gestión. Fue un acierto. Hill tiró de sus contactos en Savoy Ballroom (en el que solía actuar su banda) y en el teatro Apollo, para hacerse notar en toda la ciudad. Como consecuencia, consiguió armar una primera banda residente formada por Monk al piano, Joe Guy en la trompeta, Nick Fenton en el bajo y el baterista Kenny Clark.Es en este contexto, junto a las frecuentes visitas de Dizzy Gillespie y otros a este club, cuando realmente se puede decir que la semilla del Bebop se planta y no tarda en florecer.

Minton's Playhouse

Batallas de gallos

Una de las iniciativas más interesantes de cuantas puso en marcha Teddy Hill, fue la conocida como «Monday Celebrity Nights» en la que los músicos tras haber normalmente actuado en el Apollo, se dirigían a Minton’s para cenar, tocar y poner a prueba sus egos.

Es en estas sesiones de los lunes cuando los duelos entre Roy Eldridge y Dizzy Gillespie entran en la categoría de leyenda…comenzando con claras victoria para Eldridge en los primeros enfrentamientos, para después girar hacia ese tópico que dice «y el alumno superó a su maestro». Pero no fueron los únicos. Lester Young, Coleman Hawkings, Chu Berry, Don Byas y Ben Webster podían coincidir en una misma noche, peleando por triunfar en una jam session de varias horas.

En este ambiente de efervescencia musical, se crea el caldo del cultivo ideal para el bop que sería asimilado en primer lugar por Byas, pero enseguida también por Charlie Christian, uno de los primeros artistas «fijos» del Minton’s y ex-guitarrista de la big band de Benny Goodman. Si su música no ha llegado más lejos es que pese a su éxito inicial, no pudo superar una tuberculosis que acabó con su vida antes de cumplir los treinta años.

Por supuesto, Kenny Clark y su banda siguieron desarrollando las ideas de Christian desde donde él las había llevado, con aportaciones en primer lugar de Monk, y casi al mismo tiempo de Gillespie y el gran Charlie Parker. Si mencionamos a Parker en último lugar es porque Bird aunque de vez en cuando frecuentaba el Minton’s, nunca llegó a formar parte de esa «Familia», sino que más bien de alguna forma «heredó» ese sonido nuevo que estaba escuchando, llevándolo como sabemos, mucho más lejos.

Como hemos explicado, todo ese ambiente comenzó a decaer sin embargo a finales de los años ’50. El jazz había cambiado, los músicos habían dejado atrás el bebop y el Minton’s iba cuesta abajo hacia una plácida pero inevitable decadencia.

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