Discos de Jazz

Chocs and Chops: los discos de jazz de febrero (2023)

Un huracán de jazz ha recorrido el mes de febrero. Y es que este mes han llegado discos que llevamos esperando desde finales del año pasado, especialmente el nuevo trabajo de Brad Mehldau y esos nuevos sonidos urbanos de Blue Note lleva tantos meses anunciando. Por si fuera poco, James Brandon Lewis nos ha sorprendido con un disco totalmente inesperado y Chris Potter ha literalmente reventado el Village Vanguard con su último disco en directo. Sumemos a esto la consagración de Alba Careta en la escena del jazz nacional, o la locura de Brian Blade en su homenaje a Bob Hutcherson. Nos quedamos sin tiempo. ¡Comenzamos!

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Puntuación: 3 de 5.

Brad Mehldau – «Your Mother Should Know»

Desde su irrupción en la escena musical de los años 60, The Beatles se han convertido en una fuerza imparable, influenciando a generaciones de músicos en todo el mundo. Por supuesto el jazz no podía ser una excepción y desde los primeros años en los que los de Liverpool seguían recorriendo los escenarios, hasta el día de hoy, numerosos músicos de nuestros estilo musical favorito han encontrado en su música una fuente de inspiración.

El último en hacerlo, Brad Mehldau, fiel a su tradición de mezclar la música popular con el jazz, acaba de publicar este mes de febrero su “Your Mother Should Know”, un concierto en directo en el que se recogen algunos de los temas menos conocidos del cuarteto.

El disco se grabó en septiembre de 2020 en la Filarmónica de París, y aunque no es la primera vez en la que Mehldau incursiona en la música de The Beatles, sí que es la primera ocasión que les dedica un disco entero. Compuesto por diez temas, tiene el acierto de no caer en el tópico del clásico disco de homenaje, por lo que las piezas escogidas resultan de todo menos obvias, comenzando en “I’m The Walrus” y acabando en “Golden Slumbers”, siendo probablemente “She Said, She Said” la pieza más reconocible por todos aquellos que no siendo especialmente beatlemaniacos, disfrutan de la música de John, Ringo, Paul y George.

El disco se cierra curiosamente con el “Life On Mars” de David Bowie, lo que nos encantaría que sirviera como llave de bóveda para un posible disco (quién sabe si en 2024) que apostase por las composiciones de este otro genio británico. Correcta es su interpretación y con momentos interesantes en casi todas las composiciones, «Your Mother Should Know» no deja de ser un disco menor en la carrera de Mehldau, un día más en la oficina del que se sabe dotado de un talento superior a la media.

Nonesuch Records: Brad Mehldau (piano)

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Puntuación: 4 de 5.

Alba Careta Group – Teia

Teia es, en catalán, la madera resinosa o una astilla de la misma que quema con facilidad. Este es el nombre del tercer disco de la trompetista y cantante catalana Alba Careta, una compilación de sus últimas composiciones inspiradas en las propias vivencias que, después de la buena acogida de los discos «Alades» y «Orígens», consolida a la artista en la escena jazzística nacional.

En Teia encontramos seis composiciones originales y dos versiones que nacen a partir de temas clásicos de la música catalana y que muestran a una Careta que no solo es una trompetista con clase y garra, sino que también se desempeña a buen nivel en el terreno vocal.

Su jazz, explosivo y enérgico, es una rara avis en España y se aleja de esa luminosidad propia de la escuela Mediterránea para explorar otros terrenos, que al modo de por ejemplo Tigran Hamasyan, parten del folklore para fusionarse con el jazz de una forma orgánica, en un todo que la hace ser tremendamente Reconocible en cada uno de sus discos.

Microscopi: Alba Careta (trompeta y voz), Lucas Martínez (saxo tenor), Roger Santacana (piano), Giuseppe Campisi (contrabajo), Josep Cordobés (batería).

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Puntuación: 4.5 de 5.

James Brandon Lewis – Eye of I

Con «Eye of I» vuelve James Brandon Lewis, uno de nuestros músicos favoritos. Y lo hace con una formación diferente a la que hemos visto en la molecular music de los últimos años. Y al tenor de Lewis se le une en esta ocasión Christopher Hoffman al violonchelo y pedales, y Max Jaffe a la batería.

Los once temas del disco (nueve de los cuales compuestos por el propio Lewis) revelan su capacidad compositiva, articulada a través de conceptos modernos como el post-bop muscular o el gospel espacial, pero también géneros clásicos como el blues o el jazz modal y espiritual, equilibrados por una sonoridad ingobernable, una disonancia texturizada y prolongadas incursiones en el rock progresivo y del último tercio del siglo XX.

La breve, angulosa y casi funky «Foreground», que abre el disco con 44 segundos de duración, suena como un jet a punto de despegar. Le sigue una hermosa lectura del clásico soul-gospel de Donny Hathaway «Someday We’ll All Be Free». En «The Blues Still Blossoms» Lewis desarrolla una melodía corta y repetitiva, parecida a una canción infantil (piensa en Ornette Coleman), invirtiendo y expandiendo notas en llamada y respuesta con la sección rítmica mientras se deslizan por el marco de 12 compases.

El tema que da título al disco pasa su primer minuto con un violonchelo distorsionado sobre unos tom-toms retumbantes y en constante movimiento. Cuando Lewis entra en escena, a pleno pulmón, se pueden oír los fantasmas de Albert Ayler y John Coltrane en su forma de tocar. «Womb Water» es una adaptación innovadora y tonalmente convincente de «Womb Waters Scent of the Burning Armadillo Shell» de Cecil Taylor, de Winged Serpent (Sliding Quadrants) de 1984, seguida de otro interludio disonante («Background») que introduce la preciosa «Send Seraphic Beings», un paseo post-bop a la última.

«Even the Sparrow», es un tema de jazz y gospel con una ambiciosa interacción entre las trompas y un violonchelo a pedales que crea armonías de fondo. En la última pieza, «Fear Not», el trío de Lewis toca junto al trío post-punk de Washington D.C. Messthetics, formado por los antiguos miembros de Fugazi Joe Lally (bajo) y Brendan Canty (batería) junto al renombrado guitarrista de jazz-rock Anthony Pirog.

En definitiva, «Eye of I» muestra la inmediatez y el alcance de la imaginación musical de Lewis en la composición, la improvisación y la comunicación, con una personalidad más libre e inmediatamente instintiva en plena exhibición.

Anti Records: James Brandon Lewis (saxo), Christopher Hoffman (violonchelo y pedales), Max Jaffe (batería)

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Puntuación: 4 de 5.

Blue Note – Transmissions From Total Refreshment Center

En pocos años, Don Was ha convertido a Blue Note en sinónimo de vanguardia y modernidad, destacando desde el principio de su “reinado” por los fichajes de artistas como Robert Glasper, Brian Blade, Artemis, Norah Jones, Ron Carter, o Gerald Clayton y, años después, por renovadores como Melissa Aldana o Julian Lage

Pero que renovar el jazz no es suficiente para conectar con nuevas audiencias es algo que Was tiene claro desde hace años. El jazz tiene que estar donde están las personas, sintonizar con estilos musicales como el hip-hop o la música electrónica.

Lo ha hecho explotando su propio catálogo en los dos discos que forman parte de la serie «Blue Note re:imagined» y en este 2023 ha decidido dar un paso más con el lanzamiento de «Transmissions From Total Refreshment Center», un álbum en el que desde el que es uno de los centros artísticos más «in» de la capital británica, da carta blanca a artistas de vanguardia para llevar el jazz más allá.

El resultado es en realidad una evolución natural de lo que ya escuchásemos con Guru y su JazzMatazz hace casi tres décadas. La fusión de jazz-rap, con loops electrónicos y bases sintéticas son sin embargo, menos sorprendentes de lo que prometen y responden en realidad al desarrollo lógico de las ideas de músicos como Roy Ayers o Madlib, en línea de lo que hoy en día hacen sellos como Jazz is Dead. Hay referencias al rap y al pop de los años 90, pero también a la bossa nova y a la música caribeña…dejando espacio para cierta oscuridad gangsta que se plasma en bases pesadas y rapeados ásperos.

Hay también nuevos sonidos y la voluntad de explorar, de dar pasos hacia esa frontera que siempre se sitúa un paso más lejos. Para dejarse llevar, dejando en la puerta juicios de valor previos.

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Puntuación: 5 de 5.

Lifecycles: Volumes 1 & 2: Now! and Forevermore Honoring Bobby Hutcherson

Lifecycles es una banda formada por tres miembros de The Fellowship Band en 2001 y en conjunto, estaba compuesta por seis músicos que vivían en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York en ese momento y que actuaban bajo el nombre de Subterranean Sextet: Brian Blade (batería), Jon Cowherd (saxo), Myron Walden (vibrafonista y vocalista), Monte Croft y Joh Hart (guitarra), Doug Weiss (bajo).

En 2018 y tras varios años en los que la banda apenas había tenido actividad, deciden juntarse de nuevo e incorporan al percusionista Rogerio Boccato. Ahora sí, deciden que ha llegado el momento de grabar algunas de las mejores composiciones del grupo y a la vez, prestar homenaje a uno de los músicos más admirados por los miembros del grupo: el gran vibrafonista, marimba y compositor, Bobby Hutcherson, fallecido en 2016.

Lo que nos llega ahora es una recreación completa del «Now!»» publicado en 1969 por el propio Hutcherson. Además se incluyen dos temas asociadas con el vibrafonista: el «Love and Hate» de Grachan Moncur III que se incluye en el «Destination Out!» de Jackie McLean de 1964, y «My Joy» de Oblique del vibrafonista, grabado en 1967 pero no publicado hasta 1979. Por último, hay cuatro originales compuestos por los miembros de Lifecycles.

«Now!» Fue grabado en 1969 por el productor Duke Pearson. Su música se inspiró en los movimientos de derechos civiles y autodeterminación negra, así como en nuevos sonidos en el jazz, el soul y el funk.

El quinteto de Hutcherson, el saxofonista Harold Land, el baterista Joe Chambers, el bajista Herbie Lewis y Kenny Barron o Stanley Cowell en el piano, añadieron al conguero Candido, a los solistas vocales Gene McDaniels y a la mezzo soprano Hilda Harris para las sesiones. Inicialmente poco comprendido, «Now!»» Es ampliamente considerado uno de los grandes discos del jazz espiritual de la época.

Stoner Hill Records: Brian Blade (batería), Jon Cowherd (saxo), Myron Walden (vibrafonista y vocalista), Monte Croft y Joh Hart (guitarra), Doug Weiss (bajo).

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Puntuación: 4.5 de 5.

Chris Potter – Got The Keys To The Kingdom

Grabado en directo en el Village Vanguard de Nueva York en febrero de 2022, ‘Got the Keys to the Kingdom’ muestra a Chris Potter en un tremendo estado de forma. Ayuda por supuesto que a Potter se le unan en este álbum nombres como los de Craig Taborn, Scott Colley y Marcus Gilmore. Casi nada.

El nuevo disco rebosa energía, es directo y libre…y aunque todos los temas son versiones, la reinterpretación que de los originales hace Potter y su banda, consigue que mantengan el equilibrio entre el sello propio del saxofonista y el espíritu de la composición original. Encontramos melodías folclóricas reinterpretadas (Nozani Na, Olha Maria), poderosos espirituales (Got the Keys to the Kingdom) y estándares de jazz poco comunes (Blood Count, Klactoveedsedstene).

En definitiva, encontramos un conjunto de temas que desafía las convenciones de lo esperado, de lo que tal vez estaban preparados para escuchar los aficionados que esos noches fueros al Vanguard y permite a la banda explorar algunas melodías que no resultan tan conocidas; como dice el propio Chris, «son melodías que la gente no suele tocar».

Como explican en el librero y con el que estamos plenamente de acuerdo, «las majestuosas láminas de sonido de Craig Taborn, la terrenalidad de Scott Colley y el ardiente pulso de Marcus Gilmore son imponentes y convincentes cuando se fusionan con la mordacidad y los matices distintivos de Chris Potter». El mejor desde luego de los lanzamientos que ha hecho el saxofonista desde que decidió fichar por Edition Records en 2019.

Edition Records: Chris Potter (saxo), Craig Taborn (piano), Scott Colley (bajo), Marcus Gilmore (batería)

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Puntuación: 4.5 de 5.

Christian McBride & New Jawn – Prime

Christian McBride’s New Jawn – el trompetista Josh Evans, el saxofonista y clarinetista bajo Marcus Strickland y el batería Nasheet Waits están de vuelta con su esperado segundo álbum, «Prime».

El segundo álbum del cuarteto más original del bajista, es aún más expresivo y armónicamente aventurero que su predecesor. A diferencia de sus otros proyectos, incluido su trío y su big band, el New Jawn destaca por un sonido inconformista y frenético que tiene poco en común con el swing directo y el jazz «heredero de la tradición» por el que McBride es más conocido.

Lo que nos ofrece es un jazz post-bop y vanguardista, exploratorio y libre, que se abre con un bramido en «Head Bedlam» de McBride y crecen con una intensidad primitiva hasta dar paso a un ritmo funk lento y contundente al que siguen momentos más emocionantes, como en «Obsequious» y «Dolphy Dust», propulsivos ejercicios de free-bop que recuerda al Eric Dolphy de mediados de los 60.

Más atmosféricos son temas como «The Lurkers», con su bajo arqueado, y «Moonchild», con sus armonías barrocas de trompeta y clarinete bajo. Junto con los originales, el disco se sumerge en lecturas ágiles de «The Good Life» de Ornette Coleman y «East Broadway Rundown» de Sonny Rollins. Las versiones de Coleman y Rollins sirven para subrayar las influencias en juego en New Jawn, mostrando lo hábiles que son McBride y su grupo a la hora de inspirarse en el pasado vanguardista del jazz, al tiempo que empujan continuamente hacia un futuro expansivo y de improvisación.

Mack Avenue Records: Christian Mcbride (bajo), Josh Evans (trompeta), Marcus Strickland (saxo y clarinete), Nasheet Waits (batería)

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Puntuación: 3 de 5.

Sam Gendel – Cookup

El nuevo disco de Sam Gendel es como mínimo original. El álbum contiene interpretaciones de éxitos Soul y R&B grabados entre 1992 y el 2004, junto a sus colaboradres habituales: Gabe Noel y Philippe Melanson.

El trío adopta un enfoque de deconstrucción sónica de canciones originales de artistas como Beyoncé, Boyz II Men, Erykah Badu,112, Aaliyah, ALL-4-One o Soul 4 Real entre otros. En Cookup, Gendel vuelve a tocar el saxo, además de controlar los vientos, tocar el sintetizador, el piano, la flauta dulce y la guitarra de nylon. Noel toca el bajo eléctrico, así como el vibráfono, la guitarra lap steel, el contrabajo y el violonchelo, mientras que Melanson toca la batería y la percusión electrónica.

Gendel no es ajeno a dar su propio giro a canciones clásicas. En 2020 publicó «Satin Doll», un álbum en el más que reinterpretar, deconstruía estándares de jazz. Trata los temas de Cookup de forma similar, manteniendo la integridad melódica de su material de origen y revelando al mismo tiempo tonos y texturas nuevas.

Mientras que algunos de los temas se mantienen alineados a las canciones que referencian, otras los toman únicamente como punto de partida para desarrollar composiciones completamente nuevas y desde luego, más interesantes que las versiones más fieles.

Nonsesuch Records: Sam Gendel, Gabe Noel, Philippe Melanson

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Puntuación: 5 de 5.

Joe Chambers – Dance Kobina

Joe Chambers reúne a un elenco global de talentos en «Dance Kobina», su tercer álbum para Blue Note. «Dance Kobina» destaca las composiciones originales de Chambers, explora la música nueva, y ofrece un tratamiento fresco e íntimo de algunos de sus trabajos clásicos.

El disco está dividido en dos sesiones de grabación diferentes: una banda neoyorquina que está formada por sus compañeros de trío Rick Germanson al piano y Mark Lewandowski al bajo, así como por el maestro cubano de la percusión Emilio Valdés Cortes y Marvin Carter al saxo alto. Y el personal de la sesión de Montreal, que incluye a Caoilainn Power al saxo alto; el pianista Andrés Vial, Michael Davidson al vibráfono; Ira Coleman al bajo; y la artista congoleña Elli Miller Maboungou a la percusión.

Arranca el disco con «This Is New», un estándar escrito por Kurt Weill que Chambers grabó por primera vez con Chick Corea en «Tones for Joan’s Bones», de 1966, y es una versión post-bop interpretada por Chambers, el pianista Richard Germanson y el bajista Mark Lewandowski a la que Chambers añade acentos afrolatinos, estirando el tempo y el ritmo.

El corte que da título al disco, uno de los dos compuestos por Vial, muestra conexiones entre el son, el guaguancó y el calipso de África Occidental. Vial toca el piano, con Ira Coleman al bajo, Caoilainn Power al saxo alto, Michael Davidson al vibráfono, Chambers a la batería y la percusionista congoleña Elli Miller Maboungou a los tambores Ngoma. Retumba con ritmos de baile y se mueve entre vibráfonos y solos de piano con una interacción rítmica trabada. «Caravanserai» es un original de Chambers que se ofrece como una rumba muy rápida. «City of Saints» de Vial es un melancólico número post-bop modal que yuxtapone largas líneas líricas que comunican el contralto de Power y el vibráfono de Davidson. Un bajo circular de Coleman y los ritmos afrolatinos de Chambers y Maboungou le dan el toque final.

«Gazelle Suite», otro original de Chambers, es rítmicamente intenso. Su desbocado y ondulante trabajo con el kit hace sonar vibráfonos, marimbas, bombos legueros (un tambor de mano argentino hecho con un tronco de árbol) y tambores Ngoma. Vial también toca el piano y se une a Power para canalizar esos ritmos. «Power to the People» de Joe Henderson es interpretada por un quinteto que incluye a Chambers a la batería y el vibráfono y a Marvin Carter al tenor. La letra modal abierta es acentuada y llevada al primer plano por los ritmos entrecruzados del guaguancó, la rumba, el son y la guaracha. El final es una lectura en trío de «Moon Dancer» de Karl Ratzer con Germanson y Lewandowski, con Chambers doblando en el vibráfono; su ritmo combina imaginativamente el guaguancó y la rumba sobre el swing post-bop de la sección rítmica. El enfoque holístico y evolutivo y las interpretaciones estelares de Dance Kobina lo convierten en lo mejor de Chambers como líder para Blue Note.

Blue Note: Joe Chambers (vibráfono, percusión) Rick Germanson (piano), Mark Lewandowski (bajo), Emilio Valdés Cortes (percusión), Marvin Carter (saxo alto), Caoilainn Power (saxo alto); Andrés Vial (piano), Michael Davidson (vibráfono) Ira Coleman (bajo); Elli Miller Maboungou (percusión)

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Puntuación: 4 de 5.

Adrián Royo Trío – Pangea

“Pangea” es un elegante ejercicio de jazz contemporáneo, íntimo y lleno de sutiles ecos de otros estilos musicales como la música latina o el pop, nunca gratuitos, ni forzados, entretejidos con la naturalidad del que lleva muchos años en el oficio, lo que resulta muy poco común en un disco de estreno.

Partiendo de su Miranda de Ebro natal, Adrián Royo nos propone un viaje en el que nos anima a recorrer mil caminos musicales a lo largo de sus ocho temas (desde el arrebatador lirismo de cámara de piezas como “Obarenes”, al ritmo hipnótico y de aire casi post-rock de “Bangkok” o “Línea 1” o a la sensualidad latina de “Halcón”) y regresar en ese homenaje a su tierra en forma de versión del Himno de la ciudad que cierra el disco. Le acompañan en este sueño, dos invitados de lujo: Manel Fortià al contrabajo y Gonzalo del Val a la batería.

Errabal Jazz: Adrián Royo (piano), Manel Fortiá (contrabajo), Gonzalo del Val (batería)

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