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Artistas, Temas

Wayne Shorter: cinco temas de leyenda

Nunca he tenido la oportunidad de ver a Wayne Shorter en directo. Y aunque es verdad que desde 2018 se había retirado de los escenarios y había dejado de grabar, un siempre guarda esa clase de esperanzas: el tal vez, el quién sabe, el homenaje al que no puede decir no. Y entonces me imaginaba haciendo tal vez una de esas locuras musicales que acaban con tu cuenta tiritando y un «pero ha merecido la pena» después del concierto.

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My Funny Valentine
Historia, Temas

«My Funny Valentine»: más que Chet Baker

Si le preguntásemos a cualquier aficionado al jazz por tres standards clásicos, estamos seguros que el de «My Funny Valentine» estaría en la boca de la mayoría de los aficionados. El tema, al que Chet Baker debe buena parte de su fama, fue compuesto por el pianista Richard Rogers, mientras que la letra corrió a cargo de Lorenz Hart. No fue el único standard que le debemos a la pareja, ya que también son autores de clásicos como «The Lady Is A Tramp», «Blue Moon» y «Have You Met Miss Jones».

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Artistas, Discos, Temas

My Favorite Things: cinco versiones en directo del clásico de John Coltrane

Pocas cosas podemos decir que no se hayan dicho ya de “My Favorite Things”. Lanzado en 1961, además de por su tremenda calidad, todos los aficionados recuerdan el que es uno de los mejores álbumes de la historia del jazz por dos hechos fundamentales: el primero, que es el primer disco en el que John Coltrane se “atreve” a grabar con el saxo soprano y el segundo, por la maravillosa reinterpretación que el artista hace del tema que Rodgers y Hammerstein escribieron para el musical “Sonrisas y Lágrimas”.

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Discos, Otros, Temas

The Shape of Jazz to Come: la revolución de Ornette Coleman

Contaba ya en los primeros meses de vida de Caravan, que al escuchar por primera vez el “Kind of Blue” de Miles Davis, supe de forma casi instantánea, que para mí los tiempos del grunge y de Metallica habían quedado atrás y que lo único que quería era lanzarme de cabeza en la piscina del jazz.

Poco después confesaría que el primer CD de mi recién descubierta afición, fue casi por casualidad el “A Love Supreme” de John Coltrane. Hoy quiero contaros en cambio, la profunda impresión que me causó el “The Shape of Jazz to Come” de Ornette Coleman y cómo me sedujo precisamente por su falta de armonía y ligera atonalidad.

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Otros, Temas

It’s the stories

La otra noche mi amigo André y yo volvíamos de un bolo, hablando de música, como suele ser habitual. Durante la charla, André me recordó aquella anécdota sobre Charlie Parker, al que alguien vio metiendo monedas en una jukebox y eligiendo una pieza country. Parker, a la pregunta de “¿pero qué haces escuchando eso, Bird?” respondió: “it’s the stories, man. Listen to the stories”. 

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Itziar Yagüe
Artistas, Actualidad, Otros, Temas

«Red River»: la lucha de Itziar Yagüe contra la violencia de género

Hoy os voy a hablar de Itziar Yagüe. Es la segunda vez que lo hago en este blog y estoy seguro de que no será la última. La primera vez, os contaba cómo su primer EP, «Delicious«, se había convertido en uno de esos discos que tienes que sí o sí tienes que escuchar, porque sinceramente, es uno de los grandes debuts de este año. Y porque voy a decirlo ya, es un disco que me encanta.

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década dorada
Temas, Historia

Diez temas para disfrutar de la década dorada del jazz moderno (1953-1962)

Que nadie me entienda mal. Me encanta el jazz clásico y creo que el jazz de hoy en día, con su mestizaje, su fusión con otras músicas, o la «bastardización» del jazz es capaz de brillar a gran altura. Pero coincido con el gran Diego Manrique cuando dice que la década dorada del jazz, esos diez años que lo cambiaron todo son los que comprenden desde 1953 a 1962. Es en esta década cuando en mi opinión Miles Davis entrega sus mejores discos, es la década en la que explota el talento descomunal de John Coltrane y es la década en la que también arrancan con Ornette Coleman.

Son diez años en las que los espectadores pueden seguir escuchando a clasicazos como Louis Armstrong, Count Basie, Coleman Hawkings o Sidney Bechet, pero en la que a la vez, junto a los Davis y Coltrane ya mencionados, asistimos a una explosión de talento descomunal, con Cannon Adderley, Chet Baker, Art Blakey, Dave Brubeck o Sonny Rollins por solo citar algunos nombres. Son diez años en los que el aficionado al jazz podía pasar en una misma noche de bailar al ritmo de swing de una Big Band, a dejarse arrollar por las infinitas notas de los boppers más atrevidos o relajarse en las «sábanas» del cool jazz. Para finales de la década a esto podía sumar todo tipo de distorsiones y estridencias para salir rezongando de la sala y decir si uno era un clásico, «no sé lo que acabo de escuchar, pero esto no es jazz».

Pero más interesante que hablar de jazz y del sonido de una década, resulta mucho más interesante escucharla. Y esto es lo que os propongo: una playlist compuesta por diez temas que creo que de alguna forma, sintetiza lo que fue el sonido de esos diez maravillosos años.

Cannonball Adderley – Autumn Leaves 

Incluido en su disco «Somethin’ Else», esta grabación cuenta con dos elementos que la sitúan en un plano superior. El primero, que aunque el disco está firmado como Cannonball como líder de la banda, quienes le acompañan son Miles Davis, Art Blakey, Hank Jones y Paul Chambers y con eso ya está dicho casi todo. Si a esto le añadimos la producción de Rudy Van Gelder, poco podemos añadir, salvo que los once minutos que dura el tema está considerado como una de las clases magistrales de jazz más importantes de todos los tiempos.

Chet Baker & Gerry Mulligan – Five Brothers

En 1953,  Chet Baker era prácticamente un desconocido en el mundo del jazz, mientras que Gerry Mulligan que llevaba diez años «partiendo la pana» se fijaba en el joven talento blanco, del que decía que «es el trompetista más talentoso con el que haya trabajado, o al que haya escuchado». Juntos firman una colaboración en la que «Five Brothers» es el tema más destacado pero que arranca maravillosamente con «Line for Lyons».

Ornette Coleman – Lonely Woman

Ódialo o ámalo, pero desde luego, Ornette Coleman no deja a nadie indiferente. Que «Lonely woman» sea el tema que inaugura un disco que lleva como título «The Shape of Jazz To Come» lo dice casi todo. Sin estar en ese punto de pura vanguardia que posteriormente veríamos en su disco «Free Jazz», aquí encontramos muchos de los ingredientes que acabarán por definir su carrera. Sesenta años después de su composición, «Lonely woman» sigue siendo uno de los temas más tristes y bonitos de la historia.

Miles Davis – So What

Lo sé, a veces me falta imaginación. Pero qué queréis que os diga, «So what» es «So what». Y es que si «Kind of Blue» es el disco más famoso de la historia del jazz, «So what» es su puerta de entrada. Un tema curiosamente en que gran parte del protagonismo se lo lleva el contrabajista Paul Chambers, con uno de los solos más famosos que se recuerdan porque como explica Ted Gioia en su imprescindible «El canon del jazz», el diálogo que mantiene Chambers, con sus frases interrogativas respondidas por los instrumentos de viento, representa algo insólito, nunca visto en el jazz de la época.

John Coltrane – Naima

Dedicar un tema a tu novia y que se convierta en un clásico entre los clásicos está al alcance de muy pocos. Y John Coltrane entra por supuesto en esa reducida lista de artistas capaces de todos. Naima es también el tema central de «Giant Steps», el álbum con el que Coltrane debutó con Atlantic Records. Técnicamente, el álbum representa la consagración de un fraseo melódico, marca de la casa, que en un argot muy relacionado con el sonido Coltrane, pasaría a denominarse sheets of sound.

A diferencia de otras composiciones de Coltrane en las que el genial músico busca impresionar a su audiencia con su destreza, en «Naima» no hace alardes de complejidad e impresiona más por su placidez y belleza que por ser un tema de gran dificultad técnica. Es la gran balada de su carrera y una de esas piezas que no te cansas nunca de escuchar.

Stan Getz & Oscar Peterson – Pennies from Heaven

A mediados de la década de los ’50 Oscar Peterson era como el ketchup: probablemente no el ingrediente principal de tu hamburguesa, pero no podías imaginarte una hamburguesa sin ketchup. Y si alguien lo sabía era Norman Granz, que se encargaba de que Peterson hiciese tantos cameos que «no le daba la vida». En el otro lado de la balanza estaba por supuesto Stan Getz, un músico absolutamente genial, pero que no tendía a congeniar con casi nadie. Pese a todo, la colaboración entre ambos acabó funcionando y su interpretación del estándar «Pennies from Heaven» da buena prueba de ello.

Ella Fitzgerald & Louis Armstrong – They Can’t Take That Away From Me

Si alguien pensaba que Ella Fitzgerald y Louis Armstrong habían terminado de dar guerra, estaban muy equivocados. Que la veteranía es un grado lo demostrarían ambas figuras en un álbum de duetos que grabaron en 1956.

La cosa de hecho funcionó tan bien a nivel comercial que ambos repetirían el «experimento» tres veces más, consolidándose como una de esas «extrañas parejas» que todo el mundo quiere escuchar. ¿Y quién los acompañaba? Sí, Oscar Peterson.

Bill Evans – Waltz for Debby

No es la primera vez que lo digo: Bill Evans es el pianista con más clase de la historia del jazz . Un auténtico «hombre Esquire» y sin lugar a dudas, el mejor pianista blanco de jazz moderno.

«Waltz for Debby», tema que da nombre a su disco de 1961, se ha convertido en su composición más popular y de hecho, el propio Evans la incluye en varios de sus discos, siendo en este en el que se graba por primera vez utilizando su clásico trío.

Charles Mingus – Better Git in Your Soul

De Charles Mingus pueden decirse muchas cosas, pero no que no fuera original y completamente renovador para su época. Algunos solían decir de hecho que lo que se le pasaba por la cabeza a Mingus, es lo que demás acabarían tocando diez años más tarde. Esto le convertía muchas veces en un incomprendido y basta escuchar su álbum «The Black Saint and the Sinner Lady» para entenderlo.

Con «Better Git in Your Soul» arrancan su disco de 1959, «Ah Um», el primero de los álbumes que grabó para Columbia. El título del disco juega con una imaginaria declinación latina del apellido del propio Mingus: Mingus-Minga-Mingum. ¿Es o no es original?

Thelonious Monk – Round Midnight

No podía cerrar esta playlist sin incluir a Monk. Además de ser un grandísimo pianista, Monk era también un prolífico compositor y muchos de sus temas, como este «Round Midnight», se han convertido en standards. De hecho muy probablemente este, que aparece por primera vez en su álbum «Reflections», sea el standard más famoso escrito por un músico de jazz.

El disco recoge algunos de los primeros tríos de Monk, gabados entre los años 1952 y 1954. A la batería encontramos a los grandes Max Roach y Art Blakey.

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Temas

Jazz en tiempos del COVID-19 (II)

Os contaba en el primer capítulo de este especial, que el jazz tiene esa capacidad de levantar el ánimo de las personas. Y creo que los temas que os propuse entonces, son un buen ejemplo. Así que si queréis bailar o simplemente pasar un buen rato escuchando música alegre, os recomiendo que le echéis un vistazo al artículo. Pero por supuesto el jazz es mucho más que eso. Tal vez en esta curarentena os apetecza pasar un rato tranquilo, leyendo, descansando o incluso trabajando. De eso os quiero hablar en esta segunda parte de «Jazz en tiempos del COVID-19» y como en la ocasión anterior, os proponga la escucha de cinco temas. Comenzamos.

My Funny Valentine (Chet Baker)

No abundan en el mundo del jazz los intérpretes de trompeta que además, se animen a cantar. De todos por supuesto, Louis Armstrong es el más conocido. Pero si bajamos del olimpo de los dioses y no nos importa mancharnos de barro, tarde o temprano daremos con él, con Chet Baker. Como la de muchos músicos de jazz, la carrera de Baker está marcada por las mujeres y las drogas, a lo que en su caso hay que sumarle detenciones y algunos intervalos en prisión.

Y claro eso marca. No se le puede pedir a quien se pasa media vida entrando y saliendo de la cárcel y enganchado a la heroína para poder tocar con cierta «dignidad» que además sea alegre y ría las bromas. Casi todo en Baker es trágico. Basta cerrar los ojos, ponernos los cascos y escucharle cantar «My Funny Valentine». ¿No la canta como Frank Sinatra, verdad? No, lo suyo es intentar hacernos llorar, que sintamos auténtica lástima de esa «Valentine», no especialmente guapa, no especialmente lista, pero que necesitamos tener a nuestro lado para no hundirnos un poquito más.

Blue in Green (Bill Evans Trio)

Es el pianista con más clase de la historia del jazz. Y no me entendáis mal. No digo que Bill Evans sea el mejor pianista de la historia (escuchad a Thelonious Monk o Bud Powell). Simplemente digo que Evans es el que tiene más clase, el más elegante. Miradle en cualquier foto: siempre vestido de forma impecable, siempre a la moda, como si acabase de salir de una sesión de fotos para la revista Esquire.

¿Captáis el concepto? Bien, ahora abrid Spotify o cualquiera de las aplicaciones que utilicéis para escuchar música en esta cuarentena. Disco a buscar: «Portrait in Jazz». Mi recomendación, escuchadlo de un tirón. Intentad que no sea en un día lluvioso, porque entonces acabaréis en «la mierda». Fijaros que el disco tiene hasta tres versiones de «Blue in Green» (primero Take 3, después Take 1 y finalmente, Take 2).

El tema como muchos sabréis ya, aparece por primera vez en ese «Kind of Blue» del que hemos hablado tantas veces y en el que el propio Evans figuraba como pianista. Pero es en este disco, «Portrait in Jazz», en el que Evans lo desarrolla en toda su complejidad, lo estira y lo reinventa.

Poinciana (Ahmad Jamal Trio)

En ocasiones, hay temas que definen a quien los interpreta. Es el caso de Ahmad Jamal y su Poinciana. Aunque Ahmad Jamal no fue el primero en interpretar el tema y otros como Glenn Miller, Bing Crosby, Charlie Parker, Chet Baker o Dave Brubeck tienen sus propias versiones del tema compuesto originalmente por Nat Dimon y Buddy Bernier, desde luego la interpretación que hace Jamal es la más conocida y la que le ha dado más fama.

Tanto es así que este tema, que podría haber sido un standard más, consiguió que el álbum que la incluía «Ahmad Jamal at the Pershing: but not for me» (1958), consiguiera permanecer más de dos años en la lista billboard de grandes éxitos

¿Pero cuál es su secreto? ¿Qué tiene de especial un tema que desde la primera vez que lo escuchas, lo comienzas a tarear una y otra vez…y ya no desaparece nunca? Si preguntamos a los expertos, nos dirán que el truco es el «vamp»: superponer el fraseo reposado del pianista a un ritmo insistente y atractivo, notas que se repiten de forma progresiva desarrollando lentamente el conjunto de la composición.

Don’t Stop the music (Jaimie Cullum)

Como hice en la primera parte de este especial, los dos últimos temas de la lista están reservados para la música actual. El primero, «Don’t Stop the Music», es una de esas joyitas que el crooner Jaimie Cullum nos regaló en «The Pursuit», el que para mí es su mejor disco hasta la fecha. Y sí, es una canción ligeramente más alegre de las que os he hablado hasta ahora, pero se trata de superar esta crisis del coronavirus con vida ¿no? así que un poco de aire antes de entrar en el gran final.

Si para el mes de julio hemos conseguido batir esta terrible enfermedad y si para entonces se siguen haciendo conciertos, podréis ver a Cullum en el Wizink Center de Madrid. Si tenéis la oportunidad de verle en directo, no os lo perdáis: es de lo mejorcito que ha dado el jazz vocal actual.

Morning Sun (Melody Gardot)

Tuve la oportunidad de ver a Melody Gardot en directo en 2017 y 2018. Pocas artistas tienen esa fuerza sobre el escenario, cantan tan endemoniadamente bien y cuentan con ese talento tan descomunal. ¿Lo mejor de todo? En España casi todos estamos de acuerdo. En ambos conciertos el recinto estaba hasta la bandera. Lo único que puedo echarle en cara es que lleve desde 2015 sin sacar un disco nuevo.

Lo curioso de Hardot es que ni siquiera quería ser artista. A los 19 años fue atropellada por un automóvil y la música, componer y cantar se convirtió en parte integral de su terapia. No quería ser profesional y si no hubiese sido descubierta casi por casualidad cantando en las calles de Nueva York, nos habríamos perdido un pequeño prodigio musical.

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