Harold López Nussa – Timba a la Americana

El pianista y compositor Harold López-Nussa no ha dejado de ganar adeptos en el mundo del jazz y fuera de él en las dos últimas décadas, desde que ganó el prestigioso Concurso de Piano Jazz de Montreux en 2005.

Nacido en el seno de una familia de músicos de La Habana (Cuba), su música refleja toda la variedad y riqueza de la tradición musical cubana, con su distintiva combinación de elementos folclóricos, populares y clásicos, así como su apuesta por la improvisación.

López-Nussa remonta los orígenes de la «Timba a la Americana» a un día del primer invierno de su familia tras abandonar Cuba para vivir en Toulouse, Francia. Hacía frío y tenía nostalgia. De repente se encontró revisando mensajes de voz en su teléfono, escuchando jams y fragmentos de ideas de canciones que se le habían ido ocurriendo en los últimos años. No tardo en darse cuenta que todas ellas le retrotraían a la comunicación rítmica que formaba parte de su vida en Cuba.

«Para mí fue emocionante estar en Francia y escuchar estas ideas del pasado, porque la transición no fue fácil», recuerda el pianista. «En Cuba, los músicos venían a mi casa varias veces por semana, a tocar, de fiesta. Mis hijas crecieron yendo a conciertos todas las semanas. Éramos muy activos con la música».

Hasta ese momento, el pianista había publicado una serie de proyectos de jazz latino con su propio nombre y había participado en colaboraciones interesantes como Ninety Miles con Stefon Harris, David Sánchez y Christian Scott. Sin embargo, sentía una fuerte necesidad de escapar del pensamiento convencional sobre la forma y la estructura de las canciones que ha definido el jazz latino desde la década de 1950. Las ideas que tenía en su teléfono (melodías líricas, intrincados compases impares) le sugerían nuevas formas y estructuras poco convencionales.

«Es casi como si necesitara pensar en Cuba desde lejos», cuenta. «Tenía todos esos sentimientos de desafío, de vida nueva, de cosas nuevas que nos pasaban. Había mucho de nuevo y, por supuesto, eso se reflejaría en la música, pero yo seguía sintiendo ese conflicto: quiero que esta música suene a Cuba, pero ¿cómo hacerlo si no estoy allí?».

Esas preguntas, sobre la distancia y la dislocación le llevaron a crear de formas que no había hecho antes. En colaboración con Michael League (Snarky Puppy) ambos buscaron nuevas configuraciones para los patrones de clave que son el latido de la música cubana. Tomaron elementos del danzón, el baile fundacional que comenzó en Matanzas a finales del siglo XIX, y los majestuosos riffs del son tumbao que enmarcan las canciones de Benny Moré y tantos otros. Trabajaron con antiguos ritmos de tambor bata utilizados para invocar a las deidades, y luego los incorporaron a las agitaciones polirrítmicas entrecortadas de los colectivos improvisadores modernos. Vincularon los mambos de Dizzy Gillespie y Machito a las ideas modernas sobre la estructura de las canciones.

El resultado: «Timba a la Americana» es un ciclo de canciones provocador, lleno de color y en ciertos aspectos renovador del jazz latino. Porque sin duda es jazz latino, pero sin esa añoranza o saudade de muchos discos, ni tampoco esa alegría tan caribeña. Es como si el latín jazz se hubiese introducido en la coctelera del pop y del funk moderno. Un experimento que a Harold López Nussa le funciona y que no podemos sino recomendar.

Blue Note: Harold López-Nussa (piano) Grégoire Maret (harmónica) Luques Curtis (contrabajo), Bárbaro “Machito” Crespo (congas), Ruy Adrián López-Nussa (batería)