Buddy Rich

The Buddy Rich Way

Para ser batería en un conjunto de jazz hay que ser como mínimo, bueno. Se puede ser por supuesto muy bueno, se puede llegar incluso a ser un excelente percusionista y en otro nivel, inalcanzable para casi todos los demás, se puede ser Buddy Rich.

Cualquier persona que alguna vez haya tocado en una banda de jazz sabe que el del batería es un rol fundamental. Si el batería una noche no está inspirado, el resto del grupo se cae detrás y como suele decirse, «con todo el equipo».

Para ser batería en un conjunto de jazz hay que ser como mínimo, bueno. Se puede ser por supuesto muy bueno, se puede llegar incluso a ser un excelente percusionista y en otro nivel, inalcanzable para casi todos los demás, se puede ser Buddy Rich.

No importa que el que lo escuche no sepa nada de jazz. Cualquiera que se haya tomado la molestia de ver en Youtube vídeos como el solo que se marca en el «Concert of the Americas» o en este «Caravan», no tendrá más remedio que admitir que sólo alguien especialmente inspirado y con un talento descomunal, puede aproximársele.

No en vano, llegar al nivel de Rich, es lo que intenta hacer Andrew (Miles Teller) a base de sangre, sudor y lágrimas, durante los 106 minutos que dura la gran «Whiplash«, probablemente la mejor película sobre el mundo del jazz que se ha filmado en los últimos años. ¿Pero qué es lo que le hacía ser tan bueno?

La última Big Band

Rich (1917-1987), habitual en los conjuntos de Tommy Dorsey, Harry James o Count Basie, no sólo marcó un antes y un después como percusionista, sino que además fue uno de los pocos baterías en liderar su propia Big Band («The Buddy Rich Band») contando para ello, con el apoyo financiero de la estrella ascendente de Frank Sinatra.

Lo curioso fue que a mediados de los años 60, cuando la época dorada de las Big Bands había pasado, a la banda de Rich no le costaba mantener su popularidad, con actuaciones especialmente lucidas gracias a esos solos de batería que desde el principio de cada concierto la audiencia esperaba.

Si esto era así se debía en gran parte a que el estilo enérgico y frenético de Rich funcionaba de maravilla en espacios abiertos (de hecho muchos de sus conciertos se organizaban en campus de universidades y otros espacios abiertos) y aunque desde luego no sufría, tendía a rehuir del clásico «club de jazz» en el que no tenía tantas facilidades para desplegar su arsenal.

Con todo, sería injusto afirmar que Rich era simplemente un virtuoso de la batería. Su participación en el magnífico «Bird and Diz» acompañando a dos monstruos como Charlie Parker y Dizzy Gillespie, o las sesiones de estudio junto a Ella Fitzgerald, Louis Armstrong o el Oscar Peterson Trio muestran la talla de un artista excepcional.

¿Ha sido Buddy Rich el mejor batería de jazz de la historia? Como siempre, es difícil afirmarlo de forma categórica. Una afirmación similar podría decirse de percursionistas de la talla de Gene Krupa, Jo Jones o Chick Webb. Y sin embargo, la película de Chazelle le encumbra en lo más alto. No os perdáis los dos vídeos que os mostramos a continuación. El primero, el original. El segundo, la más que espléndida copia.

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